Tres

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Bostezo abriendo los ojos notando el aire frío en mi barriga pero siento algo caliente en la parte de abajo. Me froto los ojos para aclararme la vista y en la penumbra de la habitación con las cortinas ligeramente abiertas veo a Ethan mirando fijamente mi vientre con su gran mano acariciándome.

Tiene el ceño fruncido y está concentrado mirando mi abdomen.

—¿Qué pasa? —pregunto pasando la mano por su cabello rubio cada vez más largo.

—Es muy pequeño aún —gruñe—. Haz que crezca más rápido, nena, quiero conocerlo ya.

Suelto una risita y él besa mi vientre apoyando la mejilla en la zona baja sin dejar de pasar la mano en caricias que me provocan cosquillas por todo el cuerpo.

—Es del tamaño de un garbanzo —murmura subiendo a besar mis labio—. Un pequeño garbancito.

Despertar así con él hace que me ponga cariñosa y de ahí a ponerme caliente hay un paso cuando me aprieta el culo y me muerde el cuello. Aprieto la mano alrededor de su bíceps tragándome el gemido.

Me cubre con su cuerpo sin aplastarme. Su lengua juguetona se cuela en mi boca y aprieto mi cuerpo en busca del suyo.

—Me excita saber que te dejé embarazada —me muerde los labios, gimo contra su boca.

—¿Te excita saber que me preñaste con esto? —bajo la mano entre nuestros cuerpos y le aprieto la prominente erección.

—Muchísimo.

—Demuéstrame cuanto.

Me suelta los labios haciéndome soltar una queja y se pone de rodillas en la cama metiendo los dedos por el elástico de mis pantalones de pijama. Levanto la pelvis y me los arranca de un tirón junto a mis bragas que acaban tiradas en el suelo.

La mirada lujuriosa que me dedica enciende todas mis terminaciones nerviosas que arden por el calor.

No llevo sujetador por lo que al quitarme la camiseta me quedo completamente desnuda y eso hace que sus ojos ardan con más deseo. Apoya las manos a cada lado de mi cabeza y acopla su cuerpo sobre el mío pegando nuestros pechos que se rozan y se me erizan los pezones contra su piel caliente. 

Se baja los pantalones y con mucha habilidad se lo quita tirandolos a un lado. Coge mi mano y entrelaza nuestros dedos sin dejar de besar y de frotar su pelvis contra la mía, el roce de su dureza contra mi entrada húmeda me hace gemir contra sus labios, aprieto las piernas en torno a sus caderas y siento esas deliciosas cosquillas en el vientre por la anticipación.

—Abre bien las piernas, nena, quiero que me sientas todo.

Obedecí y abrí más las piernas. Ethan metió la mano entre nuestros cuerpos y agarró su prominente pene llevándolo a mi entrada. La primera embestida me hizo gritar y clavé las largas uñas en sus hombros. En un ritmo muy muy bueno me hizo ver las estrellas. Rodee su cuello con los brazos para impedir que se aleje y no pare nunca de follarme así de bien.

Entra tan a fondo en mi que siento que me llega bien a fondo y tocara un punto en especifico que me encanta.

Se me antojan horas estar con él en la cama sudando, dándonos placer ya sea a base de caricias en los sitios, besos de esos calientes con lengua que me hacen delirar, mordiscos que me hacen cosquillas y tenerlo entre mis piernas dándome el primer orgasmo del día.

Cambiamos y me pongo yo encima porque también me gusta tener el control y ver esa expresión sexy de disfrute me pone muy caliente.

Me roza el clitoris con el dedo pulgar y me fallan las fuerzas. Apoyo las manos en su duro pecho sudoroso y le inco el diente cuello en un punto exacto que descubrí hace tiempo donde más lo derrite.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora