Diez

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—Ethan —susurro para comprobar si está despierto pinchandole la mejilla con el dedo.

Él gruñe llevándose la mano a la cara.

—Joder nena, me despertaste ya tres veces.

Me aguanto la risa porque tengo a mi pobre marido cumpliendo mis caprichos. Y es que la primera lo hice levantarse porque quería una mantita para mantener caliente mi barriga, la segunda para que cerrara bien las cortinas porque me molestaba la luz y la tercera para que me trajera un vaso de agua.

—¿Y si te digo que quiero sexo?

Sus ojos se abren de golpe y yo me río. Se gira a mirarme más que despierto.

—¿Enserio?

Suelto una carcajada y tiro de su camiseta para que se tumbe de lado y abrazarnos.

—Eres cruel —murmura apoyando la mejilla en mi cabeza—. Pero esto me gusta.

—Shh... Déjame dormir.

Chista indignado y sonrío contra su cuello metiendo mi pierna entre las suyas acomodándome mejor.

Hoy dormí de maravilla, bien calentita y con las caricias de Ethan que me dejan relajada. La falta de su cuerpo grande y caliente pegado al mío es lo que me hace despertar por la mañana y no solo eso sino unos ruidos como quejidos. Agudizo el oído tratando de descubrir que es.

—Joder, no pares —los gemidos me hacen abrir los ojos.

Me incorporo al notar a Ethan moverse. Levanto la cabeza mirando por encima de mi hombro y lo veo tumbado boca arriba con esa cara de satisfacción que solo pone conmigo cuando lo hacemos.

—Dios, que buena estás.

¿Está montándoselo conmigo en sueños? Podría despertarlo y lo hacemos realidad. Que sexy y tierno que sueñe conmi...

—Sí pequeña, justo ahí.

¿Perdona? ¿Cómo que pequeña? A mi nunca me llama así.

¿Con quien estás soñando maldito infiel?

Lo observo molesta como se le tensan los músculos y respira acelerado gimiendo por lo bajo.

Me levanto furiosa y voy al baño. Me quedo mirando mi reflejo de ojos chispeantes por el cabreo y labios apretados. Oigo un gemido más fuerte y pierdo los estribos. Tiro los cepillos de dientes a un lado y lleno el vaso de agua, me planto junto a la cama. Está quieto pero esa expresión de relajación no me gusta.

Le tiro toda el agua por encima y despierta sobre saltado.

Atónito se pasa la mano por la cara empapada y alza la mirada a mi sin entender nada.

—Levántate —gruño volviendo al baño y cerrando fuerte y pasando el pestillo para que no entre.

Salgo del baño ignorandolo pero es mi debilidad más fuerte y verlo colocarse la corbata y mirarme me remueve pero estoy molesta. Me voy a vestir y me coloco mis joyas que tengo en la mesilla bajo su atenta y silenciosa mirada.

—¿Nena?

Recojo mi bolso y mirándolo con odio salgo de la habitación. Me ha engañado en sueños y eso no se hace. Es decirme en toda la cara que hay otra mujer que lo excita más que yo.

Reviso el móvil los mensajes de Patrick para asegurarme de la hora a la que vendrán a llevarme a la psicóloga. Ethan tiene trabajo y no puede acompañarme y ahora mismo mejor porque no quiero verlo delante o igual se me escapa un bofetón.

Saludo a Karen en la cocina y le pido que me ponga el café con leche en un termo y me como la tostada hasta la salida. En la puerta ya me esperan con el coche y Patrick me abre la puerta. En cuanto estoy con la psicóloga pienso muchas cosas la primera que me siento bien conmigo misma al haber dado un paso de poder alejarme de Ethan sin que me entre la ansiedad y que lo echo de menos en su justa medida como debe ser sobre todo porque ahora le odio por lo de esta mañana.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora