Veinticuatro

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ETHAN 

Despertar en mi cama es mucho mejor que despertar en un maldito hospital. Estoy harto de los hospitales, solo me traen desgracias. Todo lo mejora el haber salido, ya estar en mi cama y abrir los ojos descubriendo a mi hermosa mujer que tiene sus tetas contra mi cabeza y rodeandome con sus brazos. Ella ya está despierta y debe de llevar un rato acariciándome el pelo por eso me siento tan a gusto.

—Buenos días, nena —miro hacia arriba a su preciosa cara y sonríe.

Sí joder, que hermosa es.

Me quedaría así de por vida. Besa mis labios y estiro la mano buscando más cercanía, más contacto. Tengo la mano sobre sus piernas desnudas, que piel más suave y cálida. El sol del otro día le puso la piel un poquito más morena y está tremenda.

—Como me pones —murmuro sobre sus labios.

Su risa es una melodía perfecta solo para mí.

Paso el brazo bajo su cintura y tiro de su cuerpo más cerca y que acabe con medio cuerpo sobre el mío y puedo abrazarla mucho mejor.

Se esconde en mi cuello y lo que creo que es una forma de buscar cariño se convierte en un mar de lágrimas cuando la oigo sollozar y las gotas mojan mi piel.

—Nena —murmuro con el corazón siendo apretado.

Intento que me mire pero se aferra a mi cuello. Las lágrimas se ahogan porque empieza a costarle respirar. La obligo a apartarse de mi para que me mire a los ojos y encuentro el pánico en sus iris castaños.

—Estoy aquí, nena —murmuro apartando el pelo de su cara y acariciando su mejilla limpiando las lágrimas—. Necesito que respires. Lo haremos juntos.

—No puedes dejarme —se apartó de mi cuello con los ojos rojos—. Garbancito necesita a su papá. Y yo también te necesito.

—Nada ni nadie conseguirá alejarme de ti. Tú eres parte de mi y yo soy parte de ti, siempre encontraré la manera de volver si intentan separarnos.

—Te amo mucho —dice con voz dulce y afectada por las lágrimas llevando mi mano a su vientre—, y garbancito también.

Cada vez está un poquito más hinchadito y está realmente bonita como una futura mamá.

—Recuerda que yo estoy contigo siempre —subo mi mano y la apoyo en el centro de su pecho sin segundas intenciones, solo queriendo notar su corazón.

Me pone la mano en la mejilla y me besa con dulzura.

—Ve a vestirte, nos vamos —le palmeo el culo y se ríe.

—¿A donde? 

—Voy a pedir una cita urgente con la psicóloga, te va a hacer muy bien.

Asiente y se levanta al baño. En lo que ella se da una ducha rápida yo llama a la psicóloga para pedirle la cita urgente ahora mismo y por suerte tiene hueco y puede atenderla en media hora. Me aprovecho a meterme en la ducha con Loren con la escusa de ahorrar agua y tiempo, aunque por dentro sea para poder tocarla un poquito ya que no hubo sexo mañanero del bueno.

Nos preparados y vamos a desayunar. Le cojo la mano en todo momento asegurándome que mi mujer come bien y está tranquila hasta llegar a la consulta del psicólogo.

En la consulta se queda Patrick con ella últimamente para yo poder ir a la oficina y hacer mi trabajo. Esta vez bajo con ella y la acompaño a la puerta para luego irme al despacho. La agarro de las mejillas y la miro a esos ojos de chocolate que me tienen atrapado.

—Está bien derrumbarse de vez en cuando, nena, lo importante es levantarse después —le aseguro mirándola a los ojos—. Solo tienes que saber que me tendrás para recogerte siempre que quieras.

Llama del amor ✔️ [Llamas #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora