Capitulo 17

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Capitulo 17 - Grita mi nombre (maratón 3/???)

El despertador hizo retumbar mi habitación y me levanté con ojos de lechuza. Miré el reloj...

–¡¡¡Joder!!! ¡¡¡Las 10:00!!! –pegué un salto de la cama y corrí hasta el baño, cepillé mis dientes, ¡No hay tiempo para maquillaje!

Me puse un jean junto a una remera de "Miranda", unas convers rojas y salí corriendo, ¡No habia tiempo para coger el auto!

Corrí lo más rápido que pude, parecía una loca. La gente me miraba raro, subí las escaleras hasta la sala de juntas y cuando abrí la puerta caí al suelo rendida.

Robert me ayudó a levantarme mientras yo estaba en plan "por favor matadme antes de que deje crías".

–No cambiarás _____(ta) –el director de la compania tan simpático como siempre, por dios, que os follen a tí y a tu editorial de mierda.

–Lo siento dir... –él me interrumpió.

–Llegas dos horas tarde ____(ta) si quieres que sigamos con este trabajo tienes que ser más responsable. Dejar de ser tan... tú–me menospreció. Tenía razón, pero ese día me sentía con valor.

–Llego tarde por las horas que me obliga usted a desvelarme escribiendo diez capitulos por día para las cuatro sagas.

–Porque ahora yo soy tu jefe...

–¿Perdón? ¿escuché mal? Nadie es mi jefe...

–Tu novela no tendrá éxito sin esta editorial

Amigos con derechos tuvo éxito sin usted. –lo miré desafiante.

–Escucha bien "niña rebelde", tu novela aún no está terminada. Si quieres la pasta que te ofrecemos trabajas como te diga

–Puedes quedarte con la pasta que se te de la gana. –el sonrió sínico.

–Tu novela no está terminada, si sigues con estas quejas, dejaremos de trabajar contigo, y tu novela será publicada sin ti. –round 1, el puto de la editorial ganador. Se retiró del lugar, era mi culpa, tenia razón, pero soy la jodida esclava de este idiota. Pero bueno, hora de trabajar.

–¡Argh! –pegué un grito tirando los papeles de la mesa agachando mi cabeza enterrandola en mis manos.

Llevo noches sin dormir por este hijo de puta. Sentía que las cosas no iban para nada bien. Que la única persona que alegraba mis días era... era Christian. Sonreí al nombrarlo, parecia bipolar, vaya sensación que siento con él.

Bajé las escaleras y fui hasta la disquera. Últimamente lo visitaba mucho a su trabajo, y siempre me decia que le encantaba mis visitas.

–¡Hola Ryan! –dije entrando a la disquera, sip, ya me conocían. Pero me conocian como la amiga de Christian.

–¡Hola ____(tn)! Christian está del otro lado de la tienda.

Fui hasta el otro extremo de la tienda y ahi estaba, escuchando música y ordenando unos cd's de... Mmh, ¿Red Hot? Si, adiviné.

–Pss... Christian. –él no me oía, sus cascos estaban a tope. Agravé la voz haciendola parecer a un hombre. –¡¡¡Christian!!!

–¡¡¡Jefe lo siento!!! –dió la vuelta asustado. Cuando logró notar que era yo su susto desapareció. –¡No fue gracioso!

–Vale vale lo siento–reí.

–¿Cómo estas? –sonrió mientras me saludaba con un beso en la mejilla, ya saben, sus compañeros.

Porta y tú [Dulce y Ardiente Venganza] Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora