Ven, Te Cuento Una Historia

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Capítulo 50


“Dicen que al final ganan los que se atreven"
 

—Eres lo que más quiero —confiesa después de verme por unos largos segundos— Bulma… —veo como se inquieta entre querer decirme o no— yo no puedo ofrecerte gran cosa, no soy un hombre que sabe expresar bien sus sentimientos ya que me crie en una familia donde no existía la palabra amor —me acerco subiéndome arriba de él para tenerlo más cerca, comienzo a acariciar su cabello— siempre crecí solo y me gustaba mucho, las mujeres en mi adolescencia fueron una adicción, nunca tuve a alguien con quien compartir sentimientos ni nada por el estilo, mi padre murió así que a los veintiún años estuve al frente de la compañía, el trabajo era demasiado y ocupaba todo mi tiempo o sino lo gastaba en mujeres, por dos años me vi envuelto en el mundo de la drogas, mi vida estaba llena de adicciones y malas decisiones —suelta un largo suspiro y yo me siento dichosa de que me confíe todo esto— pero Kakaroto me ayudó de cierta forma, Él se había casado y formado una familia, entonces apareciste tú, una pequeña y dulce niña que no se despegaba de mi —suelta una pequeña sonrisa de lo más lindo— Mi vida fue tomando equilibrio y las adicciones eran casi nulas, a excepción de las mujeres, cuando tenías nueve me fui a Rusia por problemas de la empresa, ahí conocí a Raditz que me mostró el mundo del BDSM, me gustó demasiado así que me quedé a vivir en ese país, cuando volví a verte ya tenías doce y comenzabas a crecer, me encariñe mucho contigo pero de nuevo me fui cuando tenías catorce —dejo caer mi cabeza en su hombro, a esa edad fue cuando me empecé a enamorar de él— Un día recibí una llamada de Kakaroto invitándome a tu cumpleaños número dieciséis, acepté ir y desde que te vi supe que siempre ibas a ser mi pequeña nena. No planeaba quedarme por mucho en Atlanta pero una extraña atracción hacia a ti me hizo quedar. Estoy loco.
 
—No lo estás —dejo un beso sobre sus labios para dejar que continúe.
 
—Claro que sí, eres la hija de mi mejor amigo y tenías solo dieciséis, bien podrían tomarlo como…
 
—No lo digas —pido en un susurro.
 
—En fin, pensé que tal vez el SDMS me hizo delirar ante ti aunque ya lo había dejado hace unos años, pero tu dulzura me hizo rendirme a tus pies después de esa noche bajo las estrellas.
 
Me sonrojo de inmediato al recordar aquella noche cuando perdí mi virginidad con él.
 
—Todo iba bien y yo me sentía pleno, creí que solo dudaría poco tiempo y que tú terminarías aburriéndote de mi pero cuando preparaste una cena romántica y me confesaste que me amabas me di cuenta que en realidad esto se me estaba yendo de las manos, por un momento pensé en corresponder tus sentimientos pero sabía que estaba mal —dejo que su mano se frote contra mi espalda desnuda.
 
Saber todo esto me llena de felicidad, ese día estuve muy triste ya que creí que él también me amaba y agradezco escuchar que tenía razón.
 
—Luego cometí la estupidez de quererte compartir —me encojo entre sus brazos al recordar eso lo cual nunca haré— Nuevas emociones aparecieron en mi y tenía miedo de que fuera amor, creí que sí te compartía o experimentamos con otros esas emociones se irían pero me equivoqué, lamento haberte propuesto eso y como de costumbre, me fui a Rusia, las llamadas calientes eran terriblemente buenas —suelta una carcajada y yo solo me sonrojo aún más.
 
¡Dios, mi yo pequeña estaba terriblemente enamorada!
 
—Pero, termino todo… —escucho como traga en seco, ya que estamos en el momento de las declaraciones quiero que me responda unas cositas. Tomo valor antes de preguntar con miedo:
 
—¿Maron… fue la causa de que termináramos?
 
Se queda callado por largos segundos antes de decir:
 
—Se hace tarde, vayamos a la cama —intenta levantarse pero lo detengo y hago que de nuevo entre a la bañera.
 
—Solo responde, lo hecho, hecho esta —pido.
 
—No, por supuesto que Maron no es motivo suficiente para dejarte.
 
—¿Entonces… hubieron más mujeres?
 
—Bulma, nunca toqué a otra mujer mientras estuve contigo —me toma de la cara para que lo mire fijamente.
 
—¿Qué fue lo que realmente pasó? —se vuelve a quedar callado.
 
¿Por qué no lo quiere decir?
 
—¿Amas a Maron? —me preparo emocionalmente para su respuesta.
 
—No, eso era lo que te quería explicar, jamás he vuelto a sentir lo que siento por ti, Maron es linda y es una gran mujer pero simplemente no es tú —me lanzo sin pensarlo a sus labios donde le doy un beso feroz.
 
—Te amo, te amo —grito alegre.
 
—Dejare a Maron. Quiero, no, necesito estar contigo. Lo pensé más de una vez y estoy convencido de ello —sus palabras me dejan muchas dudas pero rápido toma mis manos— Necesito saber si tu estas dispuestas a estar contigo —me mira a la espera de una respuestas pero yo simplemente no puedo articular palabra alguna.
 
Dejara a Maron
 
—¡Sí, por supuesto que sí! —grito yendo hacia él para besarlo.
 
Me le trepo en cima y mis movimientos son más bruscos y sin quererlo le provoco una erección que me pone caliente. Tomo su polla erecta bajo el agua para acomodarla en mi entrada y deslizarme con suavidad para después empezar a cabalgarlo.
 
—Bulma… —gruñe aferrándose a mi cintura.
 
—¡Aahh! —gimoteo al tenerlo dentro de mi.
 
Sus manos me recorrer todo el cuerpo, mis manos se aferran a sus hombros, no quiero dejarle marcas pero con tremendo voltaje no puedo. La enorme polla de Vegeta me hace querer más y moverme como una perra en celo sobre él sin dejar de gritar su nombre. Ahora más que nunca estoy segura de que lo amo.
 
Seguimos haciendo el amor por el resto de la noche sin descanso alguno.
 
—¡Aaahhh! —grito contra las sabanas mientras muerdo la almohada.
 
—Carajo —el hombre que está pegado a mi trasero gruñe mientras me empala con fuerza.
 
—Bulma —escucho un grito moribundo lejano de la habitación pero estoy tan ida de placer que es este momento no me importa nada.
 
—Ve…Vegeta —chillo al percibir cerca el orgasmo.
 
—¡Adivina lo que me pasó hoy… —me separo rápido de Vegeta tapándome con las sabanas al ver a Caulifla en la entrada con la mano en la perilla con una enorme O en su boca.
 
Vegeta se queda de pie en la cama tratando de tapar su enorme falo, la pena me invade y más con los comentarios de mi amiga:
 
—¿Remojaste el pito en danonino o que pedo? —pregunta con la ceja arqueada sin quitarle la vista a Vegeta.
 
—¡Cierra la puerta! —le grito pero no sale de trance— ¡Caulifla! —le arrojo una almohada para que reaccione— ¡largo!
 
Cierra la puerta lentamente repasando de arriba abajo la verga del señor Vegeta.
 
Por favor que alguien me mate
 
—Lo…lo siento —me coloco rápido las bragas y una playera junto con el pantalón—, puedes tomarte una ducha antes de irte si quieres —asiente algo avergonzado y salgo de la habitación.
 
—¿Qué crees que haces? —la regaño cuando la encuentro hurgando en el refrigerador.
 
—Perdón, no sabía que estarías cogiendo con tu ex amante —dramatiza abriendo una bebida— ¿eres idiota o que? Bueno, ya sé porque te tiene tan tonta, ese si es un pene follable, lastima que ya tenga dueña.
 
No por mucho tiempo
 
—¡Por Dios! ¡tiene un monstruo entre las piernas! ¿Y esa era una argolla? ¡tiene perforado el maldito pene!
 
—¡Cállate! Vegeta puede escucharte! —la regaño.
 
—Uy, sí, como si yo me quejara cada que los escucho coger —se empina la cerveza de lata.
 
—Nunca nos has escuchado coger —me cruzo de brazos.
 
—¿Pero qué tal si sí los hubiera escuchado?
 
Ruedo los ojos, es imposible ganarle una pelea a la pelinegra.
 
Me hace una seña con los ojos, volteo hacia atrás encontrándome con Vegeta recién bañado y perfumado.
 
—Tengo que irme —asiento suprimiendo el impulso de retenerlo—. Te veo después.
 
Me toma de la cara besándome con intensidad, le rodeo la cintura acercándome más, Caulifla se aclara la garganta interrumpiéndonos.
 
—Nos vemos —se despide y sale del departamento.
 
—Osea, viene, te coge ¿y se larga así nomas? —me ofendo con su comentario—, díganme cómo se consiguen personas como tú porque quiero un par, tu no eres más idiota porque no quieres.
 
Sé que está decepcionada de mi, volví a sucumbir a los mismo errores de años pasados.
 
—Estas enojada conmigo —afirmo.
 
—Mmjá —responde sin abrir la boca.
 
—Pero no es lo que piensas, yo lo estoy usando a él, no él  mi —trato de explicarle.
 
—Sí ¿cómo no? —ironiza— ¿Por qué no dejas de mentirte a ti misma? Tu sola te colocas el cañón en la frente, soy tu amiga y prometí ayudarte en todo —deja la cerveza sobre la encimera de la cocina sujetándome por los hombros—. Pero no me puedo quedarme con los brazos cruzados viendo como te haces daño.
 
—¡Pero no me estoy haciendo daño! —aparto sus manos—, no estoy pidiendo tu apoyo, simplemente me divierto un poco.
 
—Sí, te diviertes un poco con el hombre de OTRA mujer —recalca encajándome la daga en el pecho— ¡a otro perro con ese hueso! Si realmente te quisiera dejaría a su esposa por ti, enfrentaría a tus padres y te dejaría de denigrarte como una puta fácil.
 
Mi mano se estrella contra su mejilla causando una sonido agudo. La miro asombrada y arrepentida. Todo pasa demasiado rápido como para detener mis impulsos.
 
—Perdón, no fue mi intención —se lleva la mano a su mejilla con la boca abierta, intento acercarme pero me detiene—, por favor perdóname —suplico tratando de acercarme de nuevo.
 
—¡No te acerques! —me vuelve a detener.
 
El miedo abunda en mis ojos.
 
—Juro que no fue mi intensión… yo…yo…yo —los ojos se me llenan de lágrimas.
 
He golpeado a mi mejor amiga por un hombre
 
—Ya entendí que siempre lo elegirás a él, aunque tu siempre seguirás siendo su segunda opción —levanta el mentón regresando a su pose erguida.
 
Pasa por mi lado empujándome.
 
—Caulifla, espera.
 
Se coloca su bolso encaminándose a la salida.
 
—¡No te vayas! —suplico en medio de lágrimas.
 
—No te reconozco —niega con la cabeza, tiene los ojos rojos y su voz se le quiebra—, espero que algún día te des cuenta de lo que vales y no vuelvas a arrastrarte por migajas —sin decir más, sale dando un portazo dejándome con un nudo en la garganta y el corazón hecho pedazos.
 
¿Qué rayos he hecho?

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Holaaaa, mañana de nuevo tengo examen para la UNAM y aunque sé que no me quedaré ya que es la escuela más prestigiada de todo México aún así voy a estar feliz jsjsjsjsjs

𝔼𝕝 𝕄𝕖𝕛𝕠𝕣 𝔸𝕞𝕚𝕘𝕠 𝔻𝕖 𝕄𝕚 ℙ𝕒𝕕𝕣𝕖 []+𝟙𝟠[] (𝕍.𝔹)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora