Viva México, Cabrones

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Capítulo 12

"Es usted, lo sé...
Desde hace muchos sueños atrás"


Bulma.

El avión aterriza y estoy más que emocionada, en primer lugar porque el señor Vegeta está a mi lado y me acompañará en esta aventura, en segundo lugar porque todas las veces que he venido a este bello país me reciben con la comida más rica del mundo.

Después de dos hora nos encontramos en Chilchotla, Puebla, en casa de los familiares de Caulifla, sus abuelitos y sus tías las metiches.

¡Pequeña, Bulma! —exclama alegre don Pablo, el tío más agradable de Caulifla, extiende los brazos y corro a él abrazándolo— ¡que gusto tenerte por aquí!, pero mira que grande, has crecido bastante desde la última vez que te vi.

También me da mucho gusto verlo, tío Pablo —hablo su mismo idioma con acento americano— ya un año desde la última vez.

¿Dónde dejaste a tu padre? —comienza a buscarlo pero su mirada se centra en el señor Vegeta.

No pudo venir este año pero que dijo que los saludará de su parte, pero me acompaña el señor Vegeta —le hago una seña al pelinegro que camina a nosotros— señor Vegeta, él es el tío Pablo, tío Pablo, él es el señor Vegeta —los presento y ambos se estrechan las mano.

Mucho gusto —dice el señor Vegeta en un perfecto castellano.

Pasen, pasen, Mariana los llevará a su cuarto —dice y su esposa nos saluda.

Síganme —pide y comienza a caminar delante de nosotros.

Miro a Caulifla que está con sus abuelos en la hamaca, nuestras miradas se encuentran y alza los dos pulgares sonriente, niego con una sonrisa y sigo a la tía Mariana.

Bajen cuando gusten —dice sin quitarle la mirada a mi acompañante.

Muchas gracias —agradezco y cierra la puerta— ¿no te molesta que compartamos habitación? —hablo ahora en Inglés.

—Lo hemos hecho antes, no veo el porque deba molestarme —comenta del mismo modo— mejor ven y bésame.

Lo tomo como una orden, una sonrisa enorme se dibuja en mi rostro y corro a besarlo, sus manos me envuelven apretándome,  profundizando el beso, el ambiente se torna caliente, los besos de Vegeta me ponen y mucho.

—Será mejor que bajemos —dice después de unos minutos para volver a besarme.

Ambos bajamos y la familia trata de entretenernos.

Sigo jugando con el pequeño Beto, un niño de solo cuatro años, miro hacia la cocina de humo y veo al señor Vegeta platicando cómodamente con los tíos y el abuelo de Caulifla, me cacha mirándolo y sonríe, le devuelvo la sonrisa.

—Bebé —llega Caulifla hasta mi— mis primos acaban de llegar, dicen que vayamos con ellos abajo —dice y asiento.

Caminamos por las matas de hierba y nos encontramos con los chicos; Juan y Pepe, unos chicos de nuestra edad más o menos.

¿Qué vamos hacer? —pregunto.

¿Ven eso? —pregunta el castaño de Pepe.

Señala al frente y hay un corral lleno de cerdos enormes, todos asentimos ante su pregunta.

Veremos quién dura más montando uno —sonríe divertido.

¡Hagámoslo! —responde decidida la pelinegra.

𝔼𝕝 𝕄𝕖𝕛𝕠𝕣 𝔸𝕞𝕚𝕘𝕠 𝔻𝕖 𝕄𝕚 ℙ𝕒𝕕𝕣𝕖 []+𝟙𝟠[] (𝕍.𝔹)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora