Capítulo 18
"Hay que mirar la vida como la fruta que más nos gusta, que nos sobren las ganas de sacarle jugo"
—Este es para mí perra número uno —habla Caulifla— Frost, ten, cariño —le extiende el regalo al susodicho y ambos se dan un abrazo.
—¿Qué podrá ser? —pregunta curioso y abre la bolsa— ¡no lo puedo creer! ¿Cómo has hecho esto? —de la bolsa saca dos boletos.
—¿Qué es eso? —pregunto desconcertada.
—Dah, son dos boletos V.I.P para visitar a los diseñadores de la empresa Gucci —responde emocionado—dime que no los robaste.
—Que va, tengo contactos.
—¿Ese “contacto" —hace entrecomillas con las manos— no se llama Vegeta?
—Tal vez —sonríe— este es para ti azulita.
Tomo la caja y soco lo que tiene adentro.
—¡¿Por qué coño me regalar unas esposas con peluche?!
—Tranquila, no te enfades, las usarás con tu enamorado —me guiña un ojo.
—Si mis padres las ven, me matarán.
—Oh, joder ¿qué no te puedo regalar unas putas esposas? —se enoja.
—Da igual, las tiraré en el siguiente basurero —me levanto de la banca del parque y comienzo a caminar.
《Menudo día del amor y la amistad》
***
Posan la palma de la mano en mi cadera subiendo con cuidado, el sol de la mañana se filtra por el ventanal, inhalo preparándome para el toque de la aguja que penetra mis poros, la máquina zumba mientras sostengo la mano de Vegeta con fuerza, el tatuador se concentra en la tarea marcando
Limpia la tinta sin perder la vista de la tarea tomándose su tiempo.
—¿Duele? —me pregunta el pelinegro pero niego.
Inclina su cabeza besándome, le respondo el beso sin importar que el tatuador esté aquí aún.
—Esta listo —dice después de unos minutos untando pomada en el tatuaje— te dejaré esta pomada, úsala diario por dos semanas, es para evitar infecciones —dice y Vegeta recibe el pequeño frasco.
—Eso es todo —dice el pelinegro pagándole al chico.
La puerta se cierra y yo aún sigo recostada sobre la cama. Miro el tatuaje que me han hecho, dos cerezas, se ven perfectas.
—Felicidades, tienes tu primer tatuaje —voltea a verme y me es imposible no lanzarme encima suyo— Wow, tranquila, pequeña.
—Me alegro de pasar este día contigo —confieso enrollando mis brazos en su cuello.
—A mi igual, te tengo una sorpresa —dice levantándose dejándome al borde de la cama.
—¿Otra?
Asiente sin verme, busca algo en su armario, lo esconde detrás suyo y comienza a caminar a mí.
—Ten —extiende un paquete cubierto de papel Kraf— es algo tonto pero quería dártelo.
Rasgo el papel encontrándome con una foto de Vegeta y yo juntos en el jardín de mi casa, fue la última vez que nos vimos, yo tenía doce años y así de pequeña ya estaba que babeaba por el.
《Era una precoz》
Mis ojos se llenan de lágrimas, es tan bonito que la persona que amas te de obsequios con tanto valor sentimental como este.
—Gracias —abrazo el recuadro.
—No llores, pequeña, ven acá —extiende sus brazos.
Me carga aún con lágrimas en los ojos, me acurruco contra su pecho, amo cada momento que paso con él, simplemente es lo mejor de mi vida.
—Ya, ya —su voz mimosa me tranquiliza.
Veo mi reflejo en el espejo de una sola pieza con marco de roble, sencillo y elegante, como de un metro ochenta de alto y de un metro de ancho.
Mi nariz y ojos están un poco rojos, acaricio la nuca del hombre que me tiene totalmente loca por él, su espalda se ve sumamente ancha ante mis delgados brazos que lo rodean, gira la cabeza y ambos nos vemos en el reflejo, hacemos una linda pareja.
—¿Qué tanto piensas? —pregunta entrando a su fase de depredador, sus ojos se tornan más oscuros.
—En ti y en mi —respondo— en ese espejo.
Nos sentamos uno a lado del otro, me toma de la barbilla y acaricia mi labio inferior con su dedo.
—¿Quieres que lo hagamos mientras nos vemos en el espejo? —su voz se torna ronca.
No pensaba exactamente eso, sino más bien lo que el espejo reflejaba de nosotros: una pareja.
—No precisamente —respondo y me besa.
—Hagámoslo —pide y dudo— tranquila, te cuidaré, lo promete —susurra cerca de mi oído.
Es imposible decirle no cuando se pone así.
—En caso de que acepte ¿cómo lo haríamos?
—¿En que postura? —comienza a repartir besos húmedos por mi cuello sacándome pequeños jadeos— tú en cuatro, yo detrás.
《En cuatro》
Mi cabeza da vueltas, la fantasía de mirarme en el espejo haciendo el amor con Vegeta sería mi primera experiencia y no veo nada de malo si es con él. Él me desfloro y se quedó conmigo, además estamos compartiendo juntos este día tan especial donde se celebra el amor, así que si es con él lo quiero todo.
—Bueno —vacilo intentando sonar normal— podríamos intentarlo.
Me atrae hacia sí abandonando las sabanas, mi torso choca con el suyo al mismo tiempo en que nuestras bocas se encuentran fundiéndose en un beso urgente y lleno de ganas, al igual que nuestras manos que se mueven ansiosas por el cuerpo del otro.
Me quita mi pequeña blusa de tirantes haciendo que alce los brazos pero terminando lo vuelvo a buscar con mi toque, necesitada de él, retiro su polera y desabrocho su cinturon mientras besa, lame y succiona de manera suave mi cuello procurando no dejar marcas, baja hasta tomar mi pezón erecto entre su boca mordisqueándolo. Me tumba de espaldas dibujando un sendero de besos hasta mi vientre.
—Me encantas —susurra sobre mi tatuaje y deja un pequeño beso.
Mordisquea mis muslos internos y desliza mi short de mezclilla junto con la pequeña tela negra de encaje por mis piernas hasta liberarme. Tiro de sus pantalones y él se encarga de deshacerse de ellos. Solo su ropa interior nos salva de estar piel con piel. Aproxima su rostro al mío para darme otro beso.
—Incorporarte —murmura antes de alejarse.
Me pongo de rodillas, sus manos me toman de la cadera hasta que quede cara a cara con el espejo. Se sitúa detrás de mi completamente desnudo. Me inclino hacia el frete y me apoyo en mis antebrazos en el colchón. Soy consciente de lo expuesta que estoy en estos momentos, no me atrevo a mirar mi reflejo en el espejo.
—Lo más práctico en esta postura es que puedes estimularte a ti misma —comenta— te sugiero que lo hagas, así la experiencia será más gratificante.
Conduzco una de mis manos hasta mi coño que está chorreando, esparzo mi humedad con un par de mis dedos por toda mi vulva estimulándome con mis propios jugos.
Siento como me apunta con su glande. Me aferro a las sabanas al tiempo que se introduce. Es apretado, muy apretado, se siente tan bien. Cierro los ojos disfrutando de su invasión, se mueve despacio pero se detiene al tercer movimiento.
—Relájate, pequeña, tienes la espalda recta, inclínate, es mejor así.
Sigo su recomendación. Mueve sus caderas contra las mías, una de sus manos está en mi cintura y la otra en mi espalda acariciándome.
—Mírate, Bulma. Míranos.
Sus embestidas se intensifican, el calor que desprenden nuestros cuerpos, el sonido de nuestros cuerpos húmedos al chocar, sus testículos golpeando mi entrada en cada estocada, su longitud llenándome toda, los jadeos que emite mi boca, entonces miro… miro el espejo, como me embiste sin descanso, su mandíbula apretada, sus músculos contrayéndose por cada estocada fuerte y certera, mis puños en la sábana, mis pecho apretados entre la sábana, nuestras miradas llenas de lujuria, deseo y ganas.
Me está volviendo loca, mi cordura pende de un hilo.
Nuestras miradas se cruzan, ninguno de los dos la desvía, dirijo nuevamente dos dedos de mi mano para estimularme, rodeo mi clítoris haciendo fricción, entierro la cara en el colchón para no ser escandalosa reprimiendo los gritos de placer.
El choque de nuestros cuerpos se intensifica, es tan glorioso el sonido que produce poniéndome a temblar, su polla se hincha y juro que siento cada una de sus venas palpitando poniéndome más húmeda de lo que ya estoy. Muerdo fuerte la sabana al llegar a tan glorioso orgasmo y juro que hasta moje la cama, la vergüenza me invade pero la dejo para otro momento. Sus embestidas se detienen dejando que me vacíe toda para después volver arremeter con fuerza hasta que él eyacula dentro de mi poniéndome a delirar.
Recarga su frente en mi espalda.
—Eres preciosa.
Da besos húmedos por toda mi espalda hasta llegar a mi nuca.
—Me iré._______________
Holaaa ♥️¿Ya me siguen? 👀🥺
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𝔼𝕝 𝕄𝕖𝕛𝕠𝕣 𝔸𝕞𝕚𝕘𝕠 𝔻𝕖 𝕄𝕚 ℙ𝕒𝕕𝕣𝕖 []+𝟙𝟠[] (𝕍.𝔹)
RandomBulma Brief, una niña que acaba de cumplir sus dieciséis años de edad, vuelve a ver al hombre del que siempre ha estado enamorada... nada más y nada menos que el mejor amigo de su padre. Él juro protegerla de todo y de todos, no la veía más allá de...