𝔼𝕝 𝕄𝕖𝕛𝕠𝕣 𝔸𝕞𝕚𝕘𝕠 𝔻𝕖 𝕄𝕚 ℙ𝕒𝕕𝕣𝕖 []+𝟙𝟠[] (𝕍.𝔹)

The Big One

Capítulo 17

“No sé cuando me enamore de ti, pero ahí estaba el amor más imposible del mundo"

Los últimos días de vacaciones los paso con mis amigos.

—No lo puedo creer —habla feliz Frost— ¡he ganado! —se levanta con los brazos arriba festejando su victoria.

—¡Eres un maldito! —le dice divertida Caulifla aventando el control del Xbox al sofá.

—¿Otra partida? —pregunta alegre.

—Pues claro —contesto.

Todos tomamos asiento e iniciamos una nueva partida de Halo Reach.

Felices los tres, comenzamos a jugar, el primo de Frost; Frezeer, se nos une en la siguiente partida mientras su madre nos trae limonada.

No dejaré que me vuelvan a vencer.

Un mensaje llega a mi teléfono:

Sr. Vegeta.
Mándame tu dirección, voy para allá, necesito de ti.

El latido de mi corazón se acelera de emoción, ¿cómo un mensaje puede ponerme así?

—Eh… chicos —hablo ganándome su atención— ¿lo dejamos para después? Me tengo que ir.

Los tres sueltan pucheros molestos pero aún así me pongo de pie dispuesta a irme.

—¿Enserio nos vas a dejar por irte a coger? —me recrimina Caulifla.

—Amiga ¿qué ha hecho ese hombre contigo? —sonríe maliciosamente el teñido— eres toda una sumisa.

—Me gusta pasar tiempo con él —me encojo de hombros simple— alégrense por mi.

—Claro que nos alegramos —responde feliz la pelinegra— y vaya que lo hacemos, todo el tiempo pedimos por ti y por el bombón que tienes por novio.

—Denme un abrazo —pido y mis dos amigos se acercan a abrazarme mientras Frezeer nos mira ajenos a la conversación— nos vemos en la escuela.

Salgo feliz de la casa y camino hacia el punto donde quedamos. Visualizo el Camaro blanco, llega a mi lado y me monto de copiloto.

—¿Ahora llevas bragas o tanga?

Lo miro anonada.

《¿Ni un hola?》

—Bragas —contesto serena.

《¡Joder, si soy una maldita sumisa!》

Asiente y sonríe, le sonrío igual, amo que sus sonrisas las provoque solo yo.

—Dame tus bragas —demanda.

Su increíble voz hace que se me erice la piel.

Me las quitó y se las doy, se las mete en el bolsillo, su mirada recorre mi atuendo, la mayor parte del tiempo uso falda y blusas escotadas, sus ojos pasan lentamente por mis piernas pero se detienen en mis pechos.

—Veo que no llevas sujetador.

—Caulifla me lo ha quitado.

Sonríe. Posa su mano en mi muslo acariciándolo.

—Me encanta tu suavidad.

La satisfacción abunda en su rostro, sube mi falda hasta dejar a la vista mi tentador y depilado monte de Venus y me separa las piernas.

—Mantenlas abiertas para mí —pide con cierto tono morboso.

Me acaloro, ¡a este hombre no le importa el lugar ni el momento!

Me mira con tanto deseo excitándome aún más, comienza a conducir mientras acaricia con suavidad mi entrepierna poniéndome más húmeda.

El auto se estaciona una hora después, salimos y es un poco incómodo ir sin bragas, estiro mi falda tratando de cubrirme, entrelaza nuestro dedos y empezamos a caminar a un enorme local.

—¿Qué es esto? —pregunto cuando llegamos a la barra.

—Pidamos algo para merendar —ignora mi pregunta.

El camarero nos sirve un plato con algo ligero y gustosos comemos.

—Sígueme —pide cuando acabamos.

Cruzamos una puerta y entramos en otra sala del local.

Pedimos unas bebidas en la barra y coge un taburete invitándome a sentar.

—The Big One es un club liberal de Atlanta —explica.

《¿Un club liberal?》

Su boca ataca la mía ¡enfrente de todos! Adoro su boca, es lo más rico que he probado en mi vida.

—Abre las piernas para mí.

Lo miro sorprendida por su petición, echo un vistazo a mi alrededor. No llevo bragas y si hago lo que pide, no sólo quedaré expuesta ante él.

Sin embargo, consciente de su juego, obedezco y al final las separo como él pide.

Complacido, posa las manos en mis muslos. Acerca su boca a la mía.

—Me encantas —murmura sobre mis labios.

Sus palabras me enloquecen. Pasea las manos por la cara interna de mis muslos.

—Tranquila, pequeña. Estamos en un club de intercambio y aquí todo el mundo ha venido a lo mismo —susurra sobre mi oreja.

Lo que ha dicho me paraliza.

Todo esto es nuevo para mí, me hace girar en el taburete, miro a mi alrededor. Varios hombres en la barra nos observan desde que hemos entrado.

—Todos están deseando meter la mano bajo tu corta falda —me susurra al oído—. Sus gestos me demuestran que se mueren por chuparte los pezones, por desnudarte y, si yo los dejo, follarte hasta que te corras. ¿No ves sus caras? Están excitados y desean atrapar tu clítoris entre sus dientes para hacerte chillar de placer.

Mientras dice eso, posa la palma de mi mano sobre su dureza.

《¿Qué me está pasando? ¿Dónde quedó la vergüenza?》

Las mejillas me arden, ver a todas esas personas que me desean, realmente me prende.

—¿Quieres que ellos te tomen?

—Hm —realmente no quiero eso— No —respondo firme— solo tú.

—Bien, vayamos a casa pequeña —cierra mis piernas y salimos del local tomados de las manos.

Las luces alumbran la ciudad, Atlanta es muy bello, me siento algo abrumada por lo que pasó ¿realmente estoy dispuesta a que otros me follen?

El carro se adentra al jardín de mi casa.

—Hola papá —saludo a mi papá Jiren cuando entramos.

—Cariño, te dije que regresarás antes de que oscureciera —me regaña.

—La lleve a merendar —me justifica Vegeta y papá Jiren asiente.

—¡Amigo! —entra mi papá Goku con un delantal— estuve asiendo postres ¿Por qué no pasas a probarlos?

—Veamos una película —propongo.

—Buena idea, cielo —opina papá Goku— Todos acomódense en la sala, ya mismo llevo los postres.

Entro a la sala y me incoo frente al televisor. Reviso las películas que son tendencia, decido poner una de comedia: Viaje de Chicas.

Tomo asiento a un lado de mi padre Jiren y del señor Vegeta, papá Goku entra y deja diferentes postres en la mesa y se sienta a un lado de Vegeta, rápido tomo un pedazo de tarta con helado de cereza.

Veo la pequeña sonrisa que se asoma en los labios de Vegeta, sonrío por instinto. Pasan una manta para taparnos las piernas, busco su mano con la mía.

La película avanza y mis parpados pesan, recargo mi cabeza en el hombro de mi acompañante hasta quedar profundamente dormida.