Capítulo 37:

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Diminutas gotas de lluvia golpeaban el vidrio de la ventana de la habitación de Liam Payne. El muchacho rubio que se encontraba recostado en la cama y empezando a despertar, observó durante un segundo el lugar, y al reconocerlo sonrió recordando escenas de la noche pasada. Al lado de él no se encontraba el chico que amaba y con quien había compartido una increíble e intensa noche.

Se levantó, sintiendo un extraño y poco conocido dolor en su espalda baja, e hizo una mueca, negó suavemente con la cabeza y luego soltó un suspiro. Intentó buscar con la mirada ropa suya, pero no había nada más que un boxer y una camiseta de Liam tirados cerca suyo en el piso.

Caminó lentamente hacia ellas y se vistió con las prendas con cuidado, cuando estaba terminando de ponerse la camiseta de su novio, que le quedaba como 2 o 3 tallas más grande, así dejando ver uno de sus blancos hombros, no se percató de los pasos acercándose por el pasillo. Al levantar la mirada, se encontró con el castaño que justo estaba abriendo la puerta.

Liam tan sólo llevaba puesto unos boxers.

Las sonrisas de ambos aparecieron en sus rostros y las mejillas del menor se sonrojaron levemente.

El castaño, como cada vez que tenía la oportunidad, admiró a su novio, su imagen, la extraordinaria e hipnotizante belleza que poseía: sus rubios cabellos estaban despeinados, su piel parecía ser de porcelana, y sus hermosos ojos azules brillaban más de lo normal.

Liam Payne no entendía como cada segundo que pasaba se enamoraba cada vez más de aquel angel.

Suspiró, mordiendo ligeramente su labio, mirando al irreal chico en frente suyo.

Las manos del castaño se deslizaron suavemente hasta la cintura del menor en cuanto se acercaron el uno al otro, y los brazos del rubio se deslizaron por el cuello del mayor.

No habían cruzado palabra alguna todavía, pero en sus miradas se veía y se transmitían las emociones y sentimientos que sentían.

La mano del castaño quitó suavemente algunos traviesillos mechones de cabellos rubios que se encontraban en la frente del muchacho, cubriendo parte de sus hermosos ojos. Deslizó con lentitud la mano hasta su mejilla y lo acercó del mentón, a sus labios.

—Eres el más hermoso chico sacado de un sueño —susurró contra sus labios.

Niall sonrió, antes de volver a besarlo el timbre que se escuchó en la planta baja los interrumpió, Liam suspiró, y sin importarle demasiado lo besó, y lo siguió besando después de que se escuchara el timbre por segunda vez. Niall se alejó, soltando una risa.

—Yo iré —mencionó Niall, sintiendo a Liam darle una nalgada al darse la vuelta.

El rubio se rió, y con demasiada felicidad bajó las escaleras desde la habitación de Liam para abrir la puerta. La sonrisa que desde hacía tiempo no había sido tan verdadera, se borró de golpe cuando vio a Judith parada frente a él.

La chica hizo una mueca al verlo a él abrir la puerta y no Liam, no le era difícil imaginar lo que había pasado allí, estando el rubio con sólo los boxers y la camiseta puestos, que estaba segura eran de Liam. Lo había visto muchas veces con esa camiseta, y los boxers, bueno, también.

—¿Qué quieres aquí? —cuestionó indiferente el chico.

—¿Está Liam?

—¿Por qué? ¿Qué haces aquí?

—¿Está o no está? —gruñó.

—Sí está, pero no puedes pasar —intentó cerrar la puerta, pero la chica puso su pie—. ¿Para qué lo quieres ver?

¡Y todo por una apuesta! |Niam| (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora