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—Tranquila, ya no estarás más sola —sonrió ayudando a bajar una niña rubia de su carroza—. Y aquí nadie va a hacerte daño.

La pequeña acercó una mano al vientre de Nadiame, y sonrió.

—Tendrás un bebé muy pronto.

Nadiame la miró desconcertada, y luego se obligó a sonreír.

—Que linda eres, ve con las demás.

La observó irse con las demás niñas, y mujeres que habían rescatado aquel día con Bakiela, y desapareció por un momento de allí, yéndose a un lugar alejado.

Posó una mano sobre su panza, y sintió una pequeña y suave vibración, algo tibio creciendo dentro de ella... La niña tenía razón, estaba embarazada.

Sus ojos se cubrieron de lágrimas, emocionada, feliz, y se sentó sobre el césped, cerrando sus ojos, acariciando su vientre.

—A ti te amaré y protegeré mucho, nadie jamás va a hacerte daño. Tú no pasarás por las mismas cosas que a mí me tocaron vivir. Voy a dar mi vida por verte siempre feliz, bebé —sonrió suavemente.

¿Tendría que decírselo a él? No... No debía hacerlo. Después de como había reaccionado con ella, que la golpeara, no era ni siquiera una idea para considerar contarle que estaba embarazada.

De seguro la obligaría a interrumpir su embarazo, y Nadiame jamás lo permitiría.

—Te amo desde ahora y para siempre —pronunció bajo, sin dejar de acariciar su panza.

***

—Hoy te ves muy feliz, radiante —sonrió Bakiela, observándola.

—Sí, hemos rescatado a muchas mujeres y niñas. Y eso me pone feliz.

—Debes dejar de ocultar tu energía, Nadiame, aquí nadie ya podrá hacerte daño.

—Lo sé, pero... Aún temo por él, que pueda aparecerse —le dijo desviando la mirada.

—Antes de que pueda volver a ponerte un dedo encima, lo asesinamos —sonrió.

Nadiame la miró, y no dijo nada. Ella no quería que le hicieran daño a Gabrale. Pero si aún seguía ocultando su energía, era para que no notaran la de su bebé también.

En cuanto su panza comenzara a crecer, y se hiciera evidente su estado, se iría por un tiempo.

—He visto que te llevas bien con las niñas, así que, te dejaré el grupo de niñas a ti, y las mujeres conmigo. No soy tan dulce y paciente como tú —sonrió divertida Bakiela—. Mañana mismo comenzaremos con la instrucción, cuánto antes aprendan a controlar su energía, mejor.

—De acuerdo, no me molesta enseñarle a las niñas —sonrió suavemente.

—Recuérdalo, Nadiame, deja de ser tan emocional. Es momento de que te conviertas en una mujer fuerte y poderosa, y alguien que tiene piedad de otros, no puede serlo. Y visto tu mirada al decir que podríamos asesinar al bastardo de tu ex, y eso sólo demuestra que aún lo quieres. Olvídalo, él ya lo hizo contigo.

***

Llevaba dos semanas actuando de forma bastante sospechosa, extraña, es por eso, que había decidido seguirla, para saber que es lo que estaba ocultado.

Lo que no quería Bakiela, era que Nadiame terminara por traicionarlas a todas, ya que sabía muy bien que la castaña seguía teniendo sentimientos por su ex.

La vio entrar en una cabaña que había en la montaña, y la siguió por detrás, fue entonces que la vio tocar su panza, y sentir la energía de ambas.

—Estás embarazada.

Nadiame se sobresaltó del susto al escuchar la voz de Bakiela detrás de ella, y se giró para mirarla, nerviosa.

—¿Q-Qué haces aquí?

—Te seguí, para saber que es lo que estabas ocultado, y ahora lo sé. Estás esperando un bebé ¿Por qué no me lo dijiste?

—E-Es... Es hija de él.

—¿Cómo puedes estar segura? Podría ser de cualquiera.

—Porque lo sé, es él único que se ha corrido en mi.

—Esto quiere decir que planeas tenerla.

—Sí —le dijo mirando hacia abajo—. Yo no puedo ser como tú, Bakiela, no puedo ni imaginar en la idea de quitarle la vida a mi hija.

—Tú no, pero el padre seguro lo hará cuando sepa de ella.

—No, no permitiré que lo haga —pronunció seria—. No dejaré que nadie jamás la lastime.

—Entonces tendrás que dejarla.

—¿Q-Qué?

—Nadiame, es la única forma que tienes de protegerla. Cuando sepan que es tu hija, querrán quitártela, si es que no intentan matarla antes. Te has creado muchos enemigos.

—Pero no quiero dejarla, quiero tenerla conmigo, cuidarla. No puedo dejarla —pronunció sintiendo sus ojos cubrirse de lágrimas—. Ella podría crecer creyendo que su madre no la amó, que la abandonó, y no es así, porque yo la amo mucho.

—Si la amas como dices, entonces entenderás que esto es lo mejor para ella.

...

NadiameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora