Capítulo 15

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Este capítulo va dedicado a Liliana_2924. Gracias por todo el apoyo que muestras a la historia.

***

Athenea no entendía cómo es que estaba podía mostrar tranquilidad mientras los demás se volvían locos.

Entendía que se preocuparan, después de todo, Hera era como Apolo una especie de adivina para señalarles cuando el peligro llegaba a ellos; sin embargo ¡La estaban estresando!

OK. Athenea no iba a negar que no pensaba en ello, lo hacía. Es decir, ¿Quién no lo haría después de un ataque como el que sufrió?

Estaba claro que la chica la quería muerta.

—Tienes que pensar Aty —le dijo Artemisa nerviosa— Piensa por qué Jelly te odia tanto.

—¿Te das cuenta que recién la conocí hace unas semanas, verdad? —cuestionó.

—Reformulare. Piensa por qué Jelly odia a la diosa Athenea —dijo la pelinegra y ella cerró los ojos contando hasta diez.

No estallaría con Artemisa como lo había hecho con Hefesto, quien venía tres pasos detrás de ella con Apolo y Hermes.

—No soy ella —gruñó— Es ficción, mitología ¡No existen! —respondió Athenea molesta.

«¿Cómo podía hacérselos entender?»

Artemisa la analizó un momento antes volver a hablar— Eso no importa, Jelly cree que eres esa diosa que tanto odia y vendrá contra ti —le recordó.

—Jelly está loca.

«Más que loca, desquiciada», pensó Athenea pero no creyó prudente decirlo.

—Por favor...

—Basta, Artemisa —pidió Athenea— Basta, de verdad pensaré en ello, pero lo haré sola —le dijo.

Quería dejar el tema atrás al menos por unas horas y eso no podría hacerlo si seguían mencionándolo a cada momento.

La pelinegra se veía como que quisiera discutir; sin embargo, no lo hizo y Athenea agradeció al cielo por los pequeños favores.

Cuando llegaron a su casa, los cuatro se despidieron de ella y esperaron a que entrará antes de irse.

Athenea cerró su puerta con fuerza por la rabia que tenía debido a todo lo que había sucedido por lo que subió a su habitación tirando su mochila a un lado antes de tirar se a su cama.

—Piensa por qué Jelly te odia tanto.

Recordó.

—Piensa por qué Jelly odia a la diosa Athenea.

Volvió a escuchar en su mente y Athenea gritó contra su almohada de frustración.

«Cállate, cállate», le pedía a su cerebro, pero este no parecía querer obedecer; ya que, se encargó de recordarle todo lo que había vivido desde que llegó a Agrigento y se frustraba conteniendo sus ganas de llorar.

—Todo empezó desde que llegamos aquí —susurro con la voz quebrada— Todo empeoró cuando quise investigar que pasaba.

Athenea no era tonta, reconocía el peligro y sabía que este no se detendría a menos que... No, no podía dejar todo a medio camino, por lo que sentándose en su casa y tomando profundas respiraciones para calmarse.

Tomando su computadora la encendió y espero a que cargará el servidor; sin embargo, antes de que pudiera buscar lo que quería una voz desde la puerta de su cuarto la sobresaltó.

Athenea [Olímpicos mortales #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora