Capítulo 24

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Capítulo final 

***

El primer día de clases después de haber faltado una semana siempre atraía la atención de todos, y Athenea no sería la excepción a ello, pero eso no le importo en lo absoluto, en especial cuando Apolo se había acercado a saludarla alegre de volver a verla.

—Si te soy sincero confieso que pensé que no regresarías y solo nos estabas engañando con eso de que regreso en una semana —se quejó el pelinegro de camino a su salón.

—Mentiroso —Hermes le saco la lengua antes de mirarla— Estuvo vigilando tu casa para asegurarse de que no le mentías.

—¡Porque creía que si lo hacía!

Athenea se rio por las locuras de ambos chicos.

—Yo lo sabía —admitió y ambos se giraron a verla— Sabía que Apolo me espiaba —explicó.

—¿Por qué no dijiste nada?

—¿Por qué debería hacerlo?

Athenea no creía que debería justificarse, además dentro suyo esperaba que Apolo confiara en ella por si solo y no porque ella le pusiera límites.

—Pero duele que pienses que te miento —les respondió en broma— Yo no soy el dios de las mentiras —agregó señalando con el mentón a Hermes.

—La chica tiene la razón ese es mi lugar —dijo Hermes con una sonrisa.

Era la primera vez desde que estudiaba ahí que Athenea hacía una broma de ese tipo, pero ahora que sabía la verdad y se sentía más cómoda en su propia piel parecía ser normal decir aquello.

Lástima que no todo fuera tan perfecto.

—Puede que no sea la diosa de las mentiras, pero es capaz de mentir si lo quiere —el veneno tras esas palabras le dolieron.

—Artemisa...

—¿Aliarte con Afrodita? Eso es bajo —le dijo la pelinegra con veneno en cada palabra.

—¿Igual que ser su amiga? —le cuestionó Athenea.

Quizá no fuera lo más inteligente para hacer, pero tenía que evitar que la pelinegra siguiera lanzado palabras mordaces a diestra y siniestra antes de hubiera daños colaterales como cuando se conocieron.

—Al menos yo aprendí de mis errores ¿Puedes decir lo mismo?—le preguntó antes de ingresar al salón dejándolos atrás.

—Ella...

—No la defiendas, Apolo —dijo cortando al chico— Conozco a tu hermana, pero agradecería que ambos me hicieran un favor —ambos chicos la miraron expectantes— Artemisa aún no sabe que tú y yo hablamos —dijo señalando a Apolo— Mantengámoslo así por el momento —pidió y cuando ambos asintieron Athenea creyó que por el momento todo estaría controlado, olvidando por un segundo con quienes estaba hablando.

—O podemos darte información valiosa de Artemisa con la que no podrá reclamarte algo —Hermes se veía muy seguro de lo que fuera que sabía de la pelinegra. Echando un vistazo a Apolo que miraba traicionado en dirección a su hermana Athenea se preguntó qué había pasado entre ellos.

—¿Qué quieres a cambio? —podían llevarse bien, pero Hermes no hacía nada gratis.

El chico lo pensó un momento antes de decir— Un favor, me deberás un favor que cobrare en cualquier momento y no podrás negarte.

Dado el conocimiento que tenía Athenea sobre quienes era ellos debía pensarlo muy bien.

Su vida desde ese momento en adelante solo se complicaría y lo que Hermes pedía era específico y sin salida para cuando cobrara su favor.

Athenea [Olímpicos mortales #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora