DOHKO X SHION (CAP 2)

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Ryusaki 

"Por favor no te vayas

Por favor no te vayas

Te amo tanto

Te amo tanto

Por favor rompe mi corazón...

Por favor no te vayas

Te necesito tanto... "

(Breezeblocks. Alt-J)


Un par de pasos más y no pudo resistirlo, su pecho inflándose y desinflándose cansadamente le exigía sentarse en lo primero que encontrase en su camino, por lo que lentamente se dirigió hacia una de las rocas más cercanas, finalmente reposando en ella, sus piernas se sentían pesadas y sus pies le dolían.

Levantó su pequeña mano quitándose el sudor de la frente tratando de aliviar con ello el calor que le provocaba el sol incandescente que caía como lluvia sobre él. A su lado dejó caer pesadamente aquella mochila con sus pertenencias que cargaba entre sus manos, la cual, a pesar de que no era muy grande ahora le parecía extremadamente pesada. Cómo le gustaría que existiera algún tipo de mochila con alas, pero lamentablemente ese tipo de objetos eran solo parte de su imaginación.

El pequeño miró hacia la lejanía, allá donde se perdía el largo camino que estaba transitando desde la última vez que se detuvieron a descansar, sintiéndose abatido al comprender que todavía le faltaba un largo tramo por recorrer hasta el santuario, un camino repleto de tierra ardiente que parecía penetrar por la suela de sus sandalias.

Dohko prefirió seguir tomando un par de minutos más para descansar a pesar de que el sol de medio día parecía volverse más abrasador fatigando su piel y haciéndole sentir un calor sofocante estaba seguro que si continuaba caminando las pocas fuerzas que le quedaban lo abandonarían y terminaría desmayándose. Su cuerpo de apenas ocho años parecía que se quebraría en cualquier momento encorvándose como una rama torcida sobre aquella caliente piedra en la que reposaba. Miró sus pies unos instantes antes de decidir pararse nuevamente, se cubrió la frente con su pequeña mano para poder ver a lo lejos, como si con ello pudiese divisar de pronto el santuario, cosa absurda e imposible, considerando que aún le faltaba bastante camino por recorrer.

Finalmente después de un largo rató de reposo dejó la roca sobre la cual estaba sentando y caminó a un ritmo extremádamente lento, pero continuo teniendo la esperanza de que en cualquier momento su maestro le dijera que ya habían llegado.

Por su parte Itama se encontraba bastante divertido, pues no había pasado mucho desde la última vez que se detuvieron a descansar, además solo faltaban unos cuantos minutos para llegar al santuario, pero su pequeño discípulo, lo hacía ver como si aún faltran meses, y mentiría si dijera que no estaba conteniendo ninguna carcajada, ya que el drama andante frente a él solo había dado unos pasos desde que se levantó de la roca, y una vez más estaba sentado en otra. A ese paso nunca llegarían.

.- Dohko.- El aludido volteó a verlo aún sentado en la roca .-Ya sólo quedan unos minutos, continuemos.-

.-Pero maestro, me duelen los pies, y mis brazos ya no aguantan la mochila.- dijo el pequeño haciendo un puchero que a Itama se le antojaba de lo más adorable, así que como la mayoría de las veces decidió consentir a su discípulo, agachándose para que este pudiese subir en su espalda, y como era de esperarse, el pequeño ni siquiera lo pensó dos veces, pues al poco tiempo ya estaba abrazando a su maestro con las piernas a la altura de sus costillas y sus brazos en el cuello.

Entonces avanzaron, de una manera lenta, pero más constante, caminaron aproximadamente durante media hora, hasta llegar a la entrada del santuario. Lugar que despertaba demasiadas emociones en ambos.

TAKING IT ALL FOR USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora