DOHKO X SHION (CAP3)

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Nota: Voy a usar el término "bérsek" estos van a ser los guerreros al servicio de hades 

ELIDOR

"Mira, mi amor está dormido en el suelo

En una pose que es familiar

Mira, mi sol te enviará a la guerra

Si la batalla no te mata

Y tengo un cambio de mente

Ella está llamando todo el tiempo

Pero no quiero vivir a tu lado

Aunque la rosa sea bermellón

Y me resulta tan difícil sobrevivir

sin estar a tu lado

mi dulce lavinia...

para mi dulce lavinia

Lucía mi amor, en la oscuridad brilla

Lucía mi amor... "

 (Lavinia- The Veils)

Aquel sonido ensordecedor que los llamaba a la batalla había sido su pesadilla por las noches desde que recibió esa maldita carta y ahora su más grande miedo era verdad, tendría que dejar a Dohko. Sentía que su corazón estaba en su garganta, y las náuseas no se hicieron esperar, tenía ganas de vomitar, TIEMPO, solo quería eso, más tiempo...

.-Itama.- La voz de su compañero le hizo volver a la realidad, no se había dado cuenta pero las lágrimas se deslizaban por su rostro, dejando una marca salada tras de sí.

.-No quiero dejarlo.- respondió casi inconsciente de sus palabras.

.- No puedes hacer nada, y lo sabes,tu alumno estará bien, así como tú estuviste bien sin tu maestro él lo estará.- Ryusaki trataba de compartirle cierta seguridada Itama

.- Es diferente .- susurró devilmente

.- ¿Por qué? ¿Por qué sería diferente?.- 

.- Porque yo te tuve a ti, y a nuestros demás compañeros y lo tuve a él, Dohko solo me tiene a mi, no puedo dejarlo ENTIENDE .-  a pesar de todo Itama estuvo acompañado cuando perdió a su maestro, pero Dohko no lo estaría

.- Itama, ese es nuestro destino.- Ryusaki posó suavemente sus manos en los hombros del contrario .- Tenemos que aprender a vivir con él.- le dedicó una sonrisa, la última de muchas que alguna vez fueron solo para Itama. Y es que el corazón de Ryuzaki siempre fue de él, aunque no lo supiera .- No tenemos mucho tiempo, viste tu armadura, y prepárate, caballero de libra.- habló con determinación para finalmente responder a aquel llamado de guerra

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.

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Corría lo más rápido que sus piernas le permitían los berserkers de ares habían sometido el santuario, aniquilando a casi todos los santos de Bronce y a algunos de plata, debía llegar hasta athena, si no utilizaban las armas de libra, lo más probable era que la guerra se perdiera, también corría por Dohko, no lo había visto desde que la batalla había comenzado y temía que algo grave llegara a pasarle, solo esperaba que su muchacho estuviera bien; siguió corriendo hasta llegar a los aposentos de su diosa, su corazón casi se detiene al ver a su alumno peleando con un bersek, al parecer era un metamorfo, cada que Dhoko trataba de golpearlo con su puño, este cambiaba de forma transformándose en diferentes animales, sin embargo no se transformaba en cualquier animal, sino específicamente a los que dohko les tenía miedo y él lo sabía, no por nada lo había criado desde pequeño.

El bersek se percató de la presencia de Itama, su aspecto era repugnante; su piel era pálida sin pelo y cubierta de baba; no tenía ojos ni orejas pero su boca era grande con tres hileras de dientes, lo bastante afilados como para perforar armaduras, tal vez incluso las de oro, la lengua era puntiaguda y larga de color negro; su nariz apenas y eran dos orificios por los cuales resoplaba cada segundo, emitiendo un sonido estridente al exhalar, casi como el llanto de un bebé; su postura era encorvada, lo cual hacia que varios huesos se notaran más de lo normal, su brazos eran tan largos que podrían tocar el suelo. Su armadura era negra, con joyas en la parte de las rodillas, y en el hombro derecho la cabeza de un lobo estaba tallada, su casco se parecía a las fauces de un lobo, que mostraba los colmillos al sentirse amenazado.

El bersek se giró a su dirección y de su cuello salió otra cabeza idéntica a la suya, después de su pierna salió otra, y así sucesivamente hasta que otro berserk había surgido y ahora estaba frente a él, la única diferencia que notaba era su armadura, en lugar de tener un lobo tallado este tenía una piraña, además de que no llevaba casco, lentamente el segundo berserk se le fue acercando, balanceándose de un lado a otro, haciendo un ruido gutural, Itama se colocó en posición de combate listo par atacar, pero la voz de su diosa lo interrumpió

.- Itama por favor no lo hagas será inutil.- dijo mientras se cubría la cara

.- Pero diosa Athena, esto es una guerra y esto es el enemigo.- Trataba de no bajar la guardia mientras decía esas palabras, pero había algo diferente en la mirada de su diosa, sus ojos no irradiaban esa amabilidad, compasión y gentileza de siempre, en cambio sus ojos reflejaban odio, crueldad y caos, fue ahí cuando se dió cuenta que esa no era su diosa, si no una ilusión que había creado el bersek, pero ya era demasiado tarde una especie de viento comenzó a rodearlo inmovilizando con una onda de gritos horripilantes, que cada vez se hacía más denso, como una niebla, encerrandolo completamente en ella, los gritos eran tan desgarradores que volverían loco a cualquiera, poco a poco todo se fue apagando, hasta que solo quedaba un vacío inmenso, no había nada ni nadie todo era negro y frío, pero los gritos seguián oyendose cada vez más fuertes, la cabeza comenzó a darle vueltas haciendo insoportable el ruido. Trató de callar los gritos cubriendo sus oídos con sus manos, pero el ruido seguía haciéndose más fuerte obligándolo a caer sobre sus rodillas y cerrar sus ojos, trató de gritar pero la voz no le salía, la desesperación lo consumía, pero debía ser fuerte, debía mantenerse de pie, Dhoko estaba solo con el bersek, debía ayudarlo, no podía permitir que algo le pasara, jamás se lo perdonaría.

Con mucho dificultad abrió los ojos arrepintiéndose al instante, pues la oscuridad ya no lo cubría, sino algo peor, los recuerdos que escondió en lo más profundo de su mente, todo ese caos que siempre quiso olvidar ahora lo rodeaba, y lo estaba viviendo en carne propia una vez más.

.- No otra vez .- aquel susurro era más un quejido que otra cosa.

Ese recuerdo había sido su pesadilla durante años, ver aquel pueblo en el que su maestro lo entrenó durante años, ver como lentamente era consumido por la ira del dios Apolo, mientras todo a lo que alguna vez llamó hogar ardía en el fuego crepitante y furioso.

Itama aún estaba de rodillas en aquel piso, que ahora estaba lleno de cenizas, rodeado de varios cuerpos que carecían de vida, vida la cual se les fue arrebatada por los celos infantiles de un dios, y ahí frente a él estaba su maestro Elidor tratando de combatir al inmaduro dios, sabía lo que pasaría después, y no sabía si podría soportarlo.

Vió una vez más como una flecha de Apolo atravesaba la garganta de su maestro, haciendo que este se ahogara con la sangre que brotaba de su herida, vio con total desprecio la sonrisa ladina del dios al ver como Elidor tosía sangre y hacía el intento de sacarse la flecha de su garganta, le daba asco ver como el dios se divertía con la muerte de su maestro y como se retiraba complacido de su cruel acto. Y se vio a sí mismo tratando de reanimar el cuerpo inerte de su maestro llorando en su pecho, se escuchó gritar cuando un campesino lo llevó a rastras lejos de Elidor, y se oyó gritandole a su maestro que volviera a su lado; lentamente la escena se fue desvaneciendo hasta quedar nuevamente el vacío negro, y con este lo alaridos que una vez más se volvían estridentes, pero ahora Itama comprendía que aquellos gritos eran sullos. Eran los gritos que había lanzado al ver como la sangre de Estel manchaba el rostro del Dios, Eran los gritos que le pedían desesperadamente a su maestro que volviera a su lado, Eran los gritos que lanzó al tener que recoger el templo de su maestro, al tener que ver sus cosas, y eran los gritos que a cada momento atormentaban su mente...

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TAKING IT ALL FOR USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora