Albafica X Minos

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[Único cap]

"Si no se rompe ¿Cómo logrará abrirse el corazón?"

(Khalil Gibran)

La resignación es cuando sabes que algo es inminente, cuando sabes que no existen más opciones, estás consciente de lo qué sucederá y no te rehusas ni luchas por cambiar el acontecimiento que se aproxima. Todo sucede por algo, la vida sigue un curso fijo, muchos le llaman a este destino y se resignan ante el ¿en verdad existe tal cosa? ó acaso ¿es una excusa para dejarse arrastrar ante una fuerza superior y así no hacer el mínimo esfuerzo para cambiar el rumbo de la vida?

Minos siempre creyó qué en toda su existencia él había sido el jefe sobre sí mismo, cuando él deseaba algo lo tendría al segundo, era uno de los cuatro jueces del inframundo y tenía mucho poder, era temido y respetado, con tan solo un chasquido de sus dedos su ejército de espectros haría lo que él les indicara, lo tenía todo, o al menos eso es lo que siempre creyó.

Una rosa pintada de un intenso carmesí estaba incrustada en su pecho, en cuestión de segundos había sido finalmente derrotado por el caballero de piscis, ya no podía hacer nada, debía resignarse a la "muerte" aunque realmente Minos no moriría simplemente sería sellado y dormiría hasta la próxima guerra santa; Minos no conocía el temor a la muerte, no conocía el miedo de perder algo o a alguien, nunca tuvo nada qué realmente quisiera, su existencia se basaba en caprichos para demostrar qué él era el mejor, siempre fue así, durante siglos Minos no supo el significado de muchas cosas, era un rey pero en el fondo siempre envidió a las personas mundanas, los humanos podían sentir, se maravillaban con cosas insignificantes y a pesar de qué el odio, la envidia y el rencor siempre habitaban en ellos, también reían, amaban, ayudaban a otros y sobre todo eran felices; durante su existencia todo siempre fue monótono, realmente nunca había tenido algo verdadero hasta qué aquella rosa se instaló en su corazón, justo antes de ser sellado fue que finalmente pudo sentir qué su existencia era realmente suya; de cierta forma era algo irónico, él convertía a las personas en sus marionetas pero ¿acaso no era él también una de ellas? A fin de cuentas él era solo un peón más en el juego de los dioses, a pesar de que era una figura importante en el ejército de Hades y que el dios le diera libertad de hacer lo qué él quisiese al final Minos era solo eso, parte de un ejército, un juguete para el dios del inframundo, realmente su existencia no era tan maravillosa como siempre la planteaba.

Por mucho tiempo el único sentimiento real que tuvo fue el odio hacia Radamanthys y sus lacayos,lo detestó por miles de siglos y lo detestaría hasta el final de los siglos mismos, de alguna manera esto era algo patético lo único que podría llamar real era aquello que le producía nauseas, hacer de los demás marionetas era realmente aburrido, no sentía ningún tipo de emoción al hacerlo, tal vez era algo entretenido pero no sentía ninguna emoción al escuchar el crujir de los huesos de sus nuevas marionetas, no sentía ningún tipo de satisfacción al ver los cuerpos destrozados de sus enemigos cubriendo el campo de batalla, algunas veces llegó a preguntarse si alguna vez sintió algún tipo de satisfacción o de diversión al manipular a los demás con sus hilos, realmente no lo recordaba.

La existencia de Minos se había vuelto realmente aburrida pero aquello cambió repentinamente al ver un bello Ángel parado en medio de un campo de rosas carmesí; la mirada de este ángel era profunda sus ojos celeste reflejaban la vida y la muerte, debajo de su ojo derecho un pequeño lunar le daba un toque de elegancia a su mortal mirada; era evidente que su delicada figura y bello rostro eran únicamente apariencia superficial pues aquel hermoso ángel emanaba una energía sumamente peligrosa, no había duda que era un ángel de la muerte, sin embargo todas las señales de riesgo únicamente hicieron qué la curiosidad del juez del inframundo se disparara profundamente y por primera vez después de muchos siglos un oscuro y ardiente deseo se instaló en todo su ser. Minos deseaba poseer a aquel bello ángel deseaba hacerlo suyo, convertirlo en su marioneta más preciada. Minos podría terminar todo fácilmente y continuar con las órdenes del dios del inframundo pero decidió tomarse su tiempo decidió desobedecer, decidió hacer lo qué él deseaba; incluso después de haber "derrotado" al hermoso caballero prefirió destruir la aldea qué este tanto protegía en vez de continuar su camino por el santuario.

Minos siempre se consideró alguien invencible pero una bella y frágil rosa había logrado derrotarlo y estando tirado en el suelo completamente acabado se sentía honrado de poder haber sido él el causante de la muerte de aquel bello ángel y qué a su vez este fuera este mismo el que lo hubiera vencido pues gracia a él fue que Minos pudo volver a sentir, pudo divertirse un rato y pudo ser dueño de su propia existencia después de miles de siglos. Minos fue sellado después de tomar sus propias decisiones, Minos fue sellado con un rostro grabado por siempre en su memoria...

"Amar duele. Es como entregarse a ser desollado y saber que en cualquier momento la otra persona podría irse llevándose tu piel."

(Susan Sontag)

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PD: Definitivamente esto NO es el inicio de una historia de amor

TAKING IT ALL FOR USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora