Disculpen la larga espera.
Huijun era hijo único. Siempre habían sido él, Jay, su madre y su padre. Había crecido rodeado de solo dos aromas: margaritas de parte de su madre, una dulce omega, y sidra de parte de su padre, un alfa de raza pura. Cuando no había más familiares en casa, solo podían sentirse esos dos aromas.
Por eso, cuando entró a la cocina, muy seguro de que tenía fiebre y con un dolor de estómago que ni siquiera lo dejaba caminar erguido, y sintió un tercer aroma ahí supo que algo estaba mal.
–¿Mamá?
Se sostuvo del marco de la puerta, con una mano en su estómago, como si así pudiera disminuir el dolor. Poco después sintió a alguien frente a él y el aroma a margaritas logró aliviar un poco de su malestar.
–Huijun-ah...– hubo un repentino silencio. Se preocupó.
–¿Mamá, qué...?
–Te estás presentando, Jun.
Miró a su madre, que parecía preocupada, sino asustada. No supo porqué, hasta que reconoció el tercer aroma presente en la habitación, proveniente de él. Era suave, dulce. Como una flor.
Lirios.
–Eres omega.
El chirrido de la silla al retroceder lo sobresaltó, haciendo que viera a su padre, quien se acercaba a él con rapidez y muy notable furia. Su madre se paró frente a él en un intento de protegerlo, pero el alfa la apartó de un empujón, tomándolo del cuello de su sudadera.
Sintió tanto miedo.
–¡No, papá...!
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–¿Huijunnie?
Un pequeño apretón en su hombro lo regresó a la realidad y volteó, viendo a Minjae a su lado ya prácticamente fuera del auto.
–¿Te sientes bien?– preguntó.
Huijun solo se encogió de hombros. Minjae le dio una leve sonrisa, pasando su mano de su hombro a su cabello, acariciándolo. Eso le hizo sentir mejor, solo un poquito.
Unos momentos después salió del auto con ayuda del alfa, quien rodeó sus hombros con un brazo para ayudarlo a caminar. Seongjun y Seungmin iban delante de ellos, constantemente volteando en caso de que necesitaran algo. Estaba exhausto y le dolía la cabeza. Quería ir a su habitación, cambiarse y dormir un rato, tal vez decirle a Minjae que lo abrazara. No le importaba. Solo quería dormir y olvidarse de lo que había pasado en la escuela.
Cuando por fin llegaron al dormitorio apenas fue consciente de Minjae quitándole los zapatos, cambiándolos por sus pantuflas favoritas, hasta que sintió que lo tomó de las mejillas con suavidad para mirarlo.
–Ve a cambiarte, ¿si? Te prepararé algo de comer.
Negó con la cabeza –No, no tengo hambre...
–Necesitas comer algo, Junnie. Solo un poquito. Hazlo por mi, ¿por favor?– dijo e hizo un puchero, ese puchero al que nadie se resistía.
Huijun asintió, siendo otra víctima del muy adorable puchero de Song Minjae. Seungmin fue con él a la habitación, pero cuando se aseguró que podía cambiarse sin ayuda volvió a irse a hacer quién sabe qué. Se cambió por ropa más cómoda, dejó el uniforme en el escritorio y se acostó en la cama, creyendo que tal vez podría dormir unos minutos.
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Lirio Blanco || MinJun || LB #1
Fanfiction"Si la flor se está marchitando, significa que tu omega está sufriendo." Los omegas son seres tiernos, vulnerables, y aunque los tiempos habían cambiado y ya no eran vistos también como débiles y hubiera leyes que los protegieran, seguía habiendo pe...