: ̗̀➛Treinta y ocho (Final)

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Huijun observó de arriba abajo la puerta frente a él. Sus manos se aferraron a las correas de su mochila y tragó grueso.

—Sí... No puedo hacerlo, nos vemos.

—Yah, ven acá.

Minjae lo tomó de los hombros cuando intentó escapar y lo regresó a su lado.

—Amor, ya conoces a mis padres, ¿por qué estás tan nervioso?

Oficialmente todas sus actividades habían culminado. Presentaciones en vivo, fansigns, grabaciones, entrevistas y cualquier tipo de aparición pública, y la empresa les había dado algunos días de descanso antes de los preparativos para sus actividades especiales por el aniversario. Huijun pasaría esos días en casa de Minjae, razón por la cual los tres (contando a Jay) se encontraban ahí, de pie frente a la puerta del apartamento donde vivía la familia Song.

Huijun tenía los nervios de punta. Sí, ya conocía a los padres de Minjae, pero estaba asustado porque no iba a casa de Minjae como su mejor amigo, sino como su pareja. Y sí, los padres de Minjae ya lo sabían, y eso solo lo hacía asustarse más porque no sabía cómo reaccionarían, qué le dirían, ¡no sabía nada!

—Porque siempre que los veía era en la empresa, con todo el grupo y neutralizador, ¡ni siquiera conozco a tus hermanas! —dijo, con un chillido involuntario. Agarró la mano de Minjae y jaló—. ¿Y si volvemos al dormitorio? Los chicos no están, podemos ver películas todo el día, si quieres yo lavo los platos, ¡pero vamos!

Jay ladró y Minjae se rio, derretido por la ternura de su omega cuando estaba nervioso. Tomó sus mejillas, que estaban rojas como tomatitos.

—Me parece una idea tentadora —dijo y los ojitos de Huijun brillaron—, pero ya le prometí a mamá que te traería. Además, sabes que mis papás te adoran, y mis hermanas siempre preguntan por ti, están ansiosas por conocerte.

Huijun hizo un puchero y sus hombros cayeron.

—No tengo escapatoria, ¿verdad? —preguntó. Minjae negó con la cabeza, sonriendo, y suspiró—. Está bien, pero me debes una hamburguesa con muchas papitas fritas.

—¡Woah! Parece que alguien tiene antojos.

—Cállate y abre antes de que me arrepienta.

Minjae, muy obediente, abrió la puerta del apartamento. Lo dejó pasar primero junto con Jay, que en seguida comenzó a olfatear todo lo que estuviera a su alcance. Se oía música infantil de algún lado y había un fuerte olor a mandarinas. Minjae cerró la puerta detrás de sí y cuando volteó vio un poster de ICE AGE pegado en esta.

Alzó una ceja y Minjae rio.

—Idea de Mila, le gusta presumir que soy idol.

Se quitaron los abrigos, se cambiaron los zapatos por pantuflas y dejó su bolso en un rincón que Minjae le señaló. Jay se mantuvo sentada junto a ellos, esperándolos.

—¿Listo? —preguntó Minjae.

Huijun respiró profundo.

—Yo, eh, ¿me das un segun...?

—¡Mamá, ya llegué!

Golpeó el hombro de Minjae y por costumbre buscó esconderse detrás de él, lo cual fue un intento fallido ya que Minjae se hizo a un lado, y no le dio tiempo para esconderse de nuevo cuando una mujer llegó a ellos.

—¡Minjae, hijo! Qué bueno que llegaste —saludó la mamá de Minjae y con emoción abrazó a su hijo—. Mírate, ¿te volviste más alto? Has estado haciendo ejercicio, ¿no?

—Sí, pero, mamá, me estás asfixiando —se quejó Minjae, pero tenía una enorme sonrisa de osito decorando su rostro.

La señora, que, si no le fallaba la memoria, se llamaba Min-soo, soltó a Minjae y se volvió hacia él. Huijun se paralizó y sintió su rostro artes.

Lirio Blanco || MinJun || LB #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora