: ̗̀➛Treinta y siete

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Se dejaron llevar por el guardaespaldas de regreso al escenario. Por fortuna, ya no había rastro de Gem en el lugar, no estarían en riesgo.

Había al menos diez guardaespaldas a los pies del escenario y otros tres en cada puerta del lugar, sin contar a los que supuso debían estar en el exterior del salón. Huijun pudo sentir que el aroma a acónito se hizo más fuerte, tanto que le provocó náuseas; todos ellos tenían la planta. Cada parte de sí mismo tembló cuando vio a su padre caminando hacia el escenario, con las manos tras la espalda, con su típica postura de superioridad.

Instintivamente, Minjae se movió para cubrirlo, y agarró el borde de su camisa.

—Hijo mío, que gusto verte —dijo su padre—. Disculpa que hayamos llegado sin avisar.

—¿Se puede saber qué es lo que quieres? —cuestionó directamente.

Su padre se rio.

—Es hora de que regreses a la comunidad, hijo. Ya no hay escapatoria.

—Pero hicimos un trato, ¿recuerdas? Y los raza pura respetan y cumplen los tratos.

—Así es, a menos que alguien proponga uno mejor —respondió.

Huijun se tensó, ¿en serio lo había hecho? Minjae soltó algo parecido a un gruñido.

—Déjese de tonterías. Huijun no irá a ningún lado con usted —dijo.

—Por tu bien, muchacho, será mejor que no te metas en los asuntos entre mi hijo y yo.

Huijun jaló levemente el borde de su camisa para que se calmara. Eso era un asunto entre su padre y él.

—¿Qué trato puede ser mejor que tu hijo deshaciéndose de su parte omega? —preguntó. Debía saber si no eran ideas suyas, debía saber si su padre en realidad había hecho ese tipo de trato.

—Creo que te gustará escucharlo, hijo, porque ya no tendrás que someterte a la cirugía —dijo su padre, con una sonrisa, como si fuera la mejor noticia—. Encontré a un alfa que te aceptará así tal y como eres, ¿no te parece maravilloso?

Maldición. En serio lo hizo. Sintió las miradas de los demás sobre él, todos confusos sobre a lo que se refería su padre. Agarró con más fuerza la camisa de Minjae debido a una terrible sensación de mareo que se apoderó de él y su marca empezó a picar.

—¿De qué está hablando? —preguntó Seongjun.

—Deberías decírselos —dijo su padre—, para que sepan las razones del por qué dejarás el grupo.

Y lo dice con tanta confianza.

Sacudió la cabeza, tratando de reaccionar.

—En la medialuna los raza pura se emparejan a los alfas y las omegas para crear nuevas familias, sin importar si son o no predestinados —dijo, casi de memoria, de tantas veces que lo había escuchado cuando aún estudiaba en la comunidad.

—El alfa con el que hice el trato me ofreció una suma bastante beneficiosa a cambio de entregarte, tienes suerte de que no le importe que seas un sucio omega.

Debía ser Heechul, era el único capaz de exponerse al nivel de humillación que conllevaba tener a un hombre omega, ¿eso era lo que él quería a cambio de las fotografías? Además, a él y a su padre les convenía, unir las familias Yoon y Lee, el renombre que les daría. Casi tuvo que apoyarse en Minjae para no caer. ¿En serio su padre había sido capaz de hacer un trato como ese?

Minjae maldijo entre dientes.

—¿Vendió a su propio hijo?

—Es por un bien mayor.

Lirio Blanco || MinJun || LB #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora