Lirio Blanco || MinJun || LB #1

: ̗̀➛Veinticuatro

Lily was a little girl

Afraid of the big, wide world

She grew up within her castle walls

"Bastardo".

Ese era el primer pensamiento, la primera reacción, la primera palabra que salía de la boca de todos los que lo rodeaban al enterarse de que no tenía el mismo apellido de su padre.

"Eres un hijo bastardo".

Había escuchado mucho esa frase en su infancia. De amigos de su padre cuando iban a casa, de sus profesores cuando veían las listas, de cualquiera que lo supiera. Recibía miradas de repulsión y lástima de los mayores; miradas de confusión y curiosidad de sus compañeros de clase. Tal fue así, que en algún momento hasta él comenzó a preguntarle cada día a sus padres porqué no tenía el apellido Yoon. ¿Acaso su papá no lo quería? ¿Los que decían que no era su hijo tenían razón?

Sin embargo, su padre siempre le dejó muy en claro que la sangre pesaba más que el apellido. Que los que decían eso solo tenían envidia porque no pertenecían a la familia de uno de los cabecillas más importantes de los raza pura, y que con su apellido o no siempre sería su hijo. Y le creyó porque era su padre, su héroe, su modelo a seguir; le creyó todo, como un tonto.

–No soy un hijo bastardo.

Eso fue lo primero que dijo cuando estaban todos en la mesa. Había tteokbokki caliente frente a ellos; había insistido en que, si seguían su rutina, si actuaban como si fuera una conversación normal, tal vez se le haría más fácil hablar.

–Junnie, ninguno dijo que lo fueras –dijo Minjae, que estaba a su lado.

–Pero lo pensaron, ¿No? 

No respondieron, sino que los demás se miraron con cierta duda en sus rostros. Sintió el agarre de Minjae en su mano apretarse levemente.

–No me molesta, si es lo que les preocupa –dijo, llamando de nuevo su atención–. Creo que me acostumbré a esa reacción. Quiero decir, ¿Porque otra razón no tendría el apellido de mi padre?

–Estoy seguro de que podría haber una decena de razones para no tener el apellido de ese señor –opinó Seongjun.

Y en parte tenía razón. Pero sacudió la cabeza, negando.

–En las familias raza pura no. De hecho, para ellos, decir que soy un hijo bastardo es casi un halago.

Ser un hijo bastardo significaba que al menos tenías sangre raza pura por parte de tu madre. En cambio, ser alguien adoptado, alguien que recogieron de la calle, hasta ser de un vientre de alquiler eran considerados como pecados entre los raza pura. Irónicamente, corrió con suerte.

Suspiró.

–Sé que tienen preguntas –dijo–. Si les estoy hablando de esto, es porque quiero que hagan todas las preguntas que quieran. Así suenen estúpidas. Quiero que sepan todo lo que puedan sobre los raza pura, porque si mi padre va a estar merodeando por ahí no quiero que...

–Hey, Junnie, respira. Estás temblando.

Minjae apretó levemente su hombro, lo que lo hizo regresar a tierra. Fue ahí cuando se dio cuenta de que la respiración comenzaba a fallarle. Cerró los ojos y respiró profundo, concentrándose en que debía regresar su respiración a un ritmo normal. La mano de Minjae en su hombro lo ayudó a recuperarse más rápido.

Pasaron algunos minutos, en los que nadie dijo absolutamente nada. Por un segundo creyó que no hablarían, hasta que...

–¿Por qué no tienes el apellido de tu padre? –preguntó Junhyuk.