Los almuerzos en el dormitorio solían ser ruidosos. Entre conversaciones al azar, chistes (buenos y malos), hablar sobre las próximas canciones y coreografías, y Seungmin quejándose de que Minjae le echó vegetales a su comida.
Ese día, sin embargo, no había risas ni chistes de mala calidad. No había charlas ni burlas el uno al otro. Lo único que se escuchaba eran sus respiraciones, y eso era decir demasiado.
–Jun, ¿ya no vas a comer más?
Huijun no miró a Seongjun, que, como siempre, estaba sentado a la cabeza de la mesa. Solo negó, dejando los palillos a un lado de su plato prácticamente lleno. No había probado ni dos bocados.
–No tengo hambre, hyung. Lo siento –murmuró.
Los demás se miraron y Minjae, que estaba sentado al lado de Huijun, colocó su mano en la nuca del omega, acariciando el cabello de la zona.
Los últimos tres días habían sido así. Tres días en los que Huijun no les hablaba más de lo necesario y no los miraba a la cara; tres días en los que no comía más que unos pocos bocados sin sentir que vomitaría, tres días en los que no dormía y, cuando lo hacía, despertaba llorando por las pesadillas. Tres días en los que sus ojos estaban llenos de cansancio y dolor, sin ese brillo tan especial que todos conocían.
Eran tres días en los que Minjae veía cómo su lirio seguía marchitándose hasta no quedar nada.
Ya no era el Huijun confiado, alegre y sonriente que conocían. El chico que tenían en frente había sido lastimado de la peor forma posible. Fue humillado, maltratado y pisoteado como nadie merecía serlo. Fue herido y sangraba, aunque nadie pudiese verlo.
Él estaba roto, y nadie sabía si podrían sanarlo.
════ ∘◦❁◦∘ ════
Luego del almuerzo, Huijun volvió a encerrarse en su habitación, mientras los demás se arreglaban para irse a la empresa. Eso ya se había vuelto una especie de rutina en el dormitorio.
Durante esos tres días el omega no había ido ni a la escuela ni a la empresa. A ninguno le molestaba, ni a ellos ni a su mánager, ya que todos sabían que tardaría un poco (al menos más de lo que a cualquiera le gustaría) en volver a un estado medianamente normal, en el que no sintiera tanto miedo de salir. Sin embargo, su staff sí estaba comenzando a impacientarse, llegando hasta el punto de ni siquiera llamar a Seongjun, sino llamar directamente al teléfono de Huijun solo para decirle que tenía que ir a la empresa.
A Minjae le parecía estúpido que quisieran obligarlos, no tanto a ellos, sino a Huijun a seguir al pie de la letra los horarios. Sí, entendía que estaban a poco más de un mes del próximo comeback, pero el staff tenía muy en claro, porque el mismo Andy se los había dicho, que Huijun no estaba en las mejores condiciones para regresar a las prácticas, y que aún con eso siguieran insistiendo era tan desagradable.
En especial porque, cada vez que su teléfono sonaba con el tono de un número desconocido, Huijun se asustaba creyendo que sería Dong-yul o el sasaeng quien llamaba.
–Hablaré con Andy-sunbaenim sobre lo que pasa. Esto de las llamadas del staff ya se está volviendo molesto. No puede ser que estén pasando sobre Sungjae-hyungnim y sobre mí –dijo Seongjun, colocándose los zapatos en el recibidor del dormitorio.
Seongjun, Junhyuk y Seungmin eran los únicos que iban a la empresa, solo porque alguien debía responder por el grupo. Y decir que iban los tres y cumplían con todo el horario era decir mucho; Junhyuk se escapaba cada que podía, y Seungmin también lo haría de no ser porque alguien debía quedarse con Seongjun, que era quien tenía demás responsabilidades por ser el líder y alfa del grupo.
ESTÁS LEYENDO
Lirio Blanco || MinJun || LB #1
Fiksi Penggemar"Si la flor se está marchitando, significa que tu omega está sufriendo." Los omegas son seres tiernos, vulnerables, y aunque los tiempos habían cambiado y ya no eran vistos también como débiles y hubiera leyes que los protegieran, seguía habiendo pe...