: ̗̀➛Ocho

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jansorineun stop it, araseo hal... ¡No, espera, corte!

–¡¿Y ahora qué?!

–¡Lo estás haciendo mal! Es al otro lado.

–¿Eh? ¿De verdad?

–Ush, intentémoslo de nuevo... ¡Acción!

Sunhee no sabría decir si su rostro era de asco, confusión, sorpresa, conmoción o sorpresa, o tal vez de todos, mientras veía a sus muy queridos hermanos tratar de hacer el pasito de hombros desde el pasillo.

¿Quién demonios graba un cover a las siete de la mañana un lunes?

Sus hermanos, por supuesto. Solo ellos.

–I wanna be me, me, me...

–¡Yah, par de idiotas!

–¡Oh, no! ¡La bestia ha despertado!

–¡Sálvese quien pueda!

Que excelente forma de empezar el día.

════ ∘◦❁◦∘ ════

–¡Pórtate bien, Sun!

–Eso debería decírselo a ustedes.

–¡Pero si somos unos ángeles!

Sunhee rodó los ojos y les hizo un hermoso gesto con la mano. Con las carcajadas de sus hermanos de fondo fue hacia su casillero, sin poder ocultar la sonrisa en su rostro.

Tenía tres hermanos mayores, dos alfas que, para mala suerte, eran mellizos, y un beta que era el mayor y el más "racional" de los cuatro, considerando que ella era la pequeña rebelde y los mellizos los tontos sin remedio. Lo único que los tres tenían en común era su increíble nivel de sobreprotección con ella, aún a sabiendas de que se podía cuidar perfectamente por sí misma.

"Es nuestro deber cuidarte".

"Primero traten de no repetir el año escolar".

Todos eran unos tontos, pero así los amaba.

Nunca se los diría en voz alta, claro.

Cerró su casillero ya con su libro de matemáticas en mano y, por costumbre, miró alrededor. Luego, con su mano libre, sacó su teléfono para ver la hora.

7:55 a.m

Hizo una mueca.

¿Dónde rayos se metió Huijun?

Se quedó ahí parada hasta que sonó el timbre y tuvo que ir a su salón, extrañada de que Huijun no hubiese llegado todavía. Él siempre llegaba, no más temprano, pero sí antes que ella.

Tal vez le pasó algo.

Miró alrededor, más específicamente al otro extremo del salón. Entrecerró los ojos hacia Dong-yul y sus amigos, que estaban muy entretenidos viendo de sobremanera a los omegas -chicas y chicos- que entraban al salón.

Idiota, pensó, sentándose en su puesto usual. Dejó su bolso en el que estaba a su lado para que nadie más lo tomara; Huijun solía avisarle cuando no iría a la escuela, así que lo más probable es que llegara tarde.

Y, como siempre, sus instintos fueron correctos ya que minutos después Huijun entró al salón, yendo a su asiento con rapidez antes de que la profesora apareciera.

–Pensé que yo era la de llegar tarde– dijo con burla, tomando su bolso. Huijun le dio una sonrisa sarcástica en respuesta –¿Fin de semana difícil?

Lirio Blanco || MinJun || LB #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora