: ̗̀➛Extra II

51 4 71
                                    

Normalmente, cuando tenían algún día libre, los chicos se ponían de acuerdo para salir juntos o quedarse hasta tarde viendo películas y comiendo comida chatarra.

Esta vez, sin embargo, fue un poco diferente. Aunque considerando toda la locura de los últimos días, con el fansign y todo lo que vino después, a nadie le extrañaba que su rutina fuera alterada. Más bien, la empresa les había dado un par de días libres más de lo que normalmente les daban. No es como si fueran a quejarse, de todas formas.

En fin. Volviendo al tema.

Huijun pasaría un par de días en casa de Minjae antes de volver a los dormitorios, y Minjae no podía estar más que encantado con eso. Especialmente ahora, cuando ya habían oficializado su relación como debía ser. Y, bueno, tal vez no podía evitar tener una pequeña crisis de "quiero comerme a Huijun a besos" cada vez que se volvía hiperconsciente del peso de la cadena de plata donde estaba el anillo.

(Fue una precaución. Para que no fuera tan obvio para el fandom que tenían anillos de pareja alfa-omega.)

Claro que, como estaban en su descanso, había ciertas costumbres que no se podían cambiar. Por ejemplo, una partida de League of Legends contra Junhyuk, que en ese momento estaba en casa de sus padres, y que determinaría quién de los dos era el mejor. O eso se suponía, porque seguían en empate desde hacía ya un buen rato.

—Hyukkieeeee, ¿dónde estás?

¡Vete!

Huijun estaba acostado en la cama de Minjae, acurrucado entre sus mantas y con uno de sus suéteres puestos porque nunca era suficiente del aroma de su alfa, mirándolo mientras sonreía con diversión. Siempre era entretenido ver a su alfa y su hermanito jugar por todas las tonterías que hacían y decían. Jay, a los pies de la cama, hizo sonar su juguete de gallina, esas que suenan cuando las aprietan.

—Un momento, Jay-ah, hyung está tratando de ganarle a un cachorro por aquí —dijo Minjae, como si el sonido hubiera sido dirigido hacia él.

Huijun se rio, acostándose de lado para mirar con más facilidad a la espalda de su alfa. Últimamente Minjae había estado haciendo más ejercicio, lo que se notaba por cómo las camisetas ahora le quedaban un poco más ajustadas, en especial esa que usaba ahora y que lo hacía ver cómo un buen muñeco para abrazar y acurrucarse y...

Su lobo se removió.

Sí, bien, ahora tiene un problema.

—Jae, quiero mimos —lo llamó, sin moverse ni un centímetro de su cama.

Minjae soltó una risita.

—En un segundo, amor.

El apodo y las risas de Junhyuk por los audífonos fueron suficientes para hacerlo sonrojar por completo. Tomó el peluche de Snorlax y lo lanzó a la espalda de Minjae, que solo se rio otra vez.

Pasados unos minutos, Huijun hizo un puchero ante la falta de atención de su alfa.

—Jae, quiero mimos —insistió.

—Un momento, ya estoy a punto de ganarle.

Huijun frunció el ceño y se sentó, cruzándose de brazos.

Bien, tal vez estaba actuando como un pequeño omega malcriado (así lo llamaba Minjae cada vez que quería mimos), pero ¡no podía culparlo! Después de todo lo que había pasado y de que oficializaran su relación, su lobo pedía más contacto con su alfa, y eso incluía muchas sesiones de mimos y besitos y cariñitos y todo lo relacionado con lo anterior. Y, sí, sabía que tener celos de su hermanito era ridículo, especialmente cuando Junhyuk y Minjae solo estaban jugando su partida usual para fastidiarse el uno al otro, pero...

Lirio Blanco || MinJun || LB #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora