CAPÍTULO 36.

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After party.

Esta sensación de tranquilidad y tortura no puede ser solo la causa de una borrachera. La serenidad en mi pecho, el martirio en mi cabeza y la humedad en mi entrepierna.

La vibración de mi teléfono me hace estirar la mano hacia el velador al lado de la cama. 

¿Qué hago despierta a las siete de la mañana?

Me siento en la cama. Por increíble que parezca tengo 124 mensajes de Jess, 14 de Luke, 3 llamadas perdidas de Megan y un montón de mensajes de números desconocidos lo cuales ni me molesto en abrir.

«¿QUE PUTAS SIGNIFICA ESTO?» me llega el insulto número 125 de Jess.

Subo más arriba del chat y lo que veo ni yo mismo me lo creo, fotos de Diana y de mí, no sé en qué parte de la casa, pero yo llevo su ropa y ella la mía.

¿¡Pero qué?!

¿Qué pasó?

¿Qué me hizo Diana McCarthy anoche?

Brayden entrar al cuarto en bóxer oliendo a jabón y el cabello rubio gotea por su espalda.

—Creía que los muertos revivían de noche.

— ¿Qué haces aquí? —cuestiono.

Es demasiado temprano para soportarlo.

—Es mi habitación.

— ¿Pero de qué estas...? —dejo de respirar.

Intento mirar la habitación, pero mi cerebro choca contra mi cráneo sacándome un quejido.

—Tomaste de más y viniste en la madrugada a abusar de mi cuerpecito.

Las palabras no se procesan en mi cabeza, solo escucho bla, bla, bla. 

— ¿Tu y yo...?

—No. Casi, pero te quedaste dormida.

Me quejo sujetándome la sien, creo en su palabra cuando dice que no hicimos nada porque no siento ese dolor que queda después del sexo, solo una resaca bestial que me taladra la cabeza.

— ¿Solo eso?

Guarda silencio, lo afano y me certifica su respuesta agitando la cabeza. 

— ¿En qué momento bebiste?

—En el momento que me encontraba a solas con tu linda hermanita.

Brayden termina de ponerse una camisa y se inclina sobre la cama, poniendo ambas manos a cada lado de mi cuerpo, mezclando su respiración con la mía. Escucho sus latidos acelerados mientras yo sigo con sueño.

No me muevo ni reacciono, tenerlo cerca no me pone nerviosa, ni siquiera cuando sus dedos rozan mi frente pasando algunos mechones por detrás de mí oreja.

—No vuelvas a beber—la dulzura con la que lo dice me irrita.

Me quedo quieta mientras él se acerca a dejar un pequeño beso mis labios.

— ¿Quieres café, agua o la sopa levanta muertos de la abuela? —Rechazo todo, aprendí a las malas a no tomar nada luego de una borrachera.

Brayden se termina de arreglar en el espejo de la pared, cada movimiento que realiza lo hace torpemente con mi atención sobre él.

¿Qué nunca estuvo con una chica en su cuarto?

La sonrisa de bobo no se le borrar y la imagen de Goofy me pasa por la mente.

No tengo ni idea de cómo debo estar, capaz y como un mini demonio despeinado, ojerosa y con cara del gato amargado.

—Por cierto, el "tú y yo" —repite con aire melancólico—, suena lindo.

Los secretos de Nova. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora