CAPÍTULO 1.

1K 120 73
                                    

Quemando el pasado.


Hay una camioneta negra afuera.

Corro de aquí a allá antes que mamá llegue del trabajo y me vea empacando mis cosas. 

Guardo fotografías en el bolsillo de la chaqueta, prendas de oros y diamantes que ya no quiero ver. No sé por qué tardé tanto en hacer esto. Abro el armario introduciendo en el bolso chaquetas, suéter, vestidos, camisas y hasta lencería.

Meto el teléfono en mi bolsillo trasero luego de ver la hora. Me pongo el gorro de lana y bajo las escaleras montándome en la motocicleta que me espera.

—Tardaste —le digo a Jess, mientras se saca el casco dejando caer una cascada de cabello rojizo recién teñido.

—Lo mejor se hace esperar. ¿Trajiste las fotos de ese asqueroso Muggle? —Emití un sonido dando a entender que no las había olvidado—. Antes de irnos...

—No te daré la clave de mi wifi —me anticipo a la petición de siempre.

—Mezquina.

Son las cuatro de la mañana aproximadamente cuando llegamos a la cima de la colina.

Jess, Luke y yo, habíamos quedado de acuerdo en encontrarnos en el mirador de la ciudad para recrear un ritual gitano—o satánico—que Jess se encontró en internet.

Un ritual de fuego que consistía en la superación. Una liberación del ayer que nos hace quemar los recuerdos rompiendo las cadenas que nos atan a un pasado tóxico o una ridiculez parecida.

Tampoco es como si se hubiese informado lo suficiente, es decir, que si de allí salía un demonio empujaría fuertemente a Jess ofreciéndola como sacrificio por la grandísima idea y luego saldría corriendo.

Luke ya estaba sentados esperándonos frente a la intensidad fogata, así que, sin más, lanzo el bolso directo al fuego con todo aquello que me compró mi ex, Adrián Greed.

Una última cosa falta y es el collar en forma de corazón que me arranco del cuello y lo tiro.

—Oficialmente dejamos de ser el Equipo de los Corazones Engañados. Los ECES —anima Luke.

—¡Tú eres una heces! —rebate Jess y él la mira raro.

— ¿Qué no éramos Los Engañados por Sanguijuelas? —los miro a ambos.

Luke se encogió de hombros yendo a la parte detrás de su auto.

—Empezamos siendo Los Cuernudos, el nombre ha ido cambiado dependiendo de cómo le terminan a Jess.

Los pasos del ritual eran simples: recolectar hasta lo último que tienes de esa persona y tirarla en una hoguera. Pero decidimos dejar para el final las fotografías que carbonizaríamos de una forma distinta, a petición mía.

Saco las fotos de Adrián de mi chaqueta. Vuelvo a verlas esta vez con asco.

Que ingenuamente feliz era.

Le entrego las fotografías de mi ex a Luke sin ningún remordimiento, queriendo olvidar que tuve algo que ver con él, que perdí mi inocencia y le entregué mi corazón. 

El pelinegro las toma y se les queda viendo con una sonrisa burlona, algo en sus ojos grises brilla.

Cinismo.

— ¿Qué fue lo que le vistes? O sea, guapo si está, pero de que era un pesado era un pesado.

— ¿Qué no lo espiabas en los vestidores?

—Ser un cretino no le quita que este bueno. ¡Que arda en el infierno!

Se arrodilla frente a los cohetes envueltos con fotos de los ex de cada uno. Tengo que hacer énfasis en que se tuvieron que usar seis para Jess.

Los secretos de Nova. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora