CAPÍTULO 24.

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¿Sabré que hacer?

La ambulancia tardó una eternidad en llegar, o así lo sentía mientras intentaba parar la hemorragia de la cabeza de Brayden.

Llegue al hospital llena de sangre, mamá fue la primera en recibirnos y la única que evitó que no entrara a urgencia con Brayden.

Él seguía sin despertar.

Y esto era mi culpa,

Mi pecho ahora es un galope sonoro que siento en los oídos, me abarca un silencioso desespero mientras pensaba en cómo solucionar esto sin que nadie más salga herido.

—¿Puedes dejar de destruirme la vena? —le quito mi brazo a la enfermera.

—Solo hago mi trabajo.

—Pues renuncia, no lo haces bien.

—¡Nova! —me regaña mamá antes de retirarse y dejarme en el laboratorio sola.

Ya no soporto fingir que no sé nada.

Esta situación ya superó los limite dejándome aún más claro que ellos no juegan.

Esto no fue un accidente, fue una advertencia.

«Estoy en el hospital. ¿Puedes venir?» envío el mensaje. Tiene que ser lo más casual posible para no llamar su atención.

Maldito hipócrita.

—¿Cómo esta? —intercepto al doctor cuanto lo veo en el pasillo.

—Tu novio está completamente bien, Nova. Nada grave pasó, tuvo un golpe fuerte que le noqueó, y un pequeño corte en la frente que tuvimos que suturar. No quedara cicatriz.

—¿Llamaron a sus padres?

Ni siquiera tengo el número de la Basura para avisarle que su hermano tuvo un accidente. Creo que Sombra me lo puede conseguir.

—Em... creo que no. Su herida solo fue superficial y su expediente dice que es mayor de edad.

Por alguna razón lo siento como una acusación, con cierto sabor a: "¿Qué hacías con alguien mayor que tú en un carro?"

—¿Seguro que está bien, Guillermo?

El amigo de mi madre me dedicó una sonrisa.

—Puedes pasar a verlo.

Comparto una sonrisa como gesto de despedida.

Lo mejor para él será que desaparezca. Él mensaje fue claro y no pienso poner la vida de Brayden en riesgo otra vez.

Aunque me haya empezado a acostumbrar a él.

Por un momento... creí que... tal vez podría darme otra oportunidad.

¡Que estúpida soy!

Siento unas pisadas detrás de mí en cuanto decido irme del hospital.

—¡Vine lo más rápido que pude! —Luke jadea, sosteniéndose de sus rodillas—. Tenemos que poner un código para este tipo de situación. Roja seria hospital, ya que es urgente.

—Hablemos en privado, por favor —lo agarro del brazo y lo arrastro hasta llegar a un sitio apartado.

—¿Todo bien?

—Claro que no, casi me matan.

—Oh, qué alivio, por un momento... ¡Espera! ¿¡QUE?! ¿Estás bien?

—Deja el show, y decidle a Adrián que Brayden no sabe nada, que yo no le he dicho nada a nadie.

—¿De qué hablas? —da un paso atrás, confundido.

Los secretos de Nova. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora