CAPÍTULO 27.

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Novia.

Después de la escenita que armó mi estómago, Brayden redujo la velocidad.

Aproveche de dormir un rato, pero no duró mucho cuando sentí que empezó a picarme el hombro con su dedo como si tuviera miedo, luego tomó la osada decisión de sacudirme como trapo viejo.

—¡PARA!

—¡No despertabas!

—¡No soy un maldito pez de feria, Brayden!

Bajo del auto desquitándome con la puerta.

Observo la enorme casa frente a nosotros, me duele el cuello y no sé si es por quedarme dormida en el carro o por mirar tanto tiempo hacia arriba.

Comienzo a bajar mi maleta cuando escucho la puerta principal abrirse y de ella sale Diana McCarthy.

Ella camina con gracia, acompañada de un asqueroso perro igual de rubio. Trae un vestido azul de tela delgada que se moldea a su figura, su cabello en una trenza cae a un lado de su hombro.

Me sentí extrañamente impresionada. Se veía tan hermosa, angelical y refinada, que si no la conociera... igualito pensaría que es la misma basura roba novios.

Ella todavía no me ve... y muero porque lo haga.

Una cálida sonrisa nace en su rostro al ver a su hermano y el perro no tarda en salta hacia los brazos de Brayden.

— ¡Zeus! —se arrodilla a abrazarlo.

Una mueca tuerce mis labios al ver que los tres son extrañamente similares.

Diana llega hasta Brayden, él abre sus brazos con alegría hacia su hermana y con la misma sonrisa amorosa le lanza una patada en la entrepierna.

Salgo del carro y apoyo mis brazos en el techo.

Esto se puso bueno.

— ¡Por hacerme viajar con la ladilla de Jeremy!

—Maldita... loca —dijo lo más que pudo.

—¡A ver, dímelo en la cara!

—¡¿En cuál de las dos, bruja!?

La rabia de Diana se corta al verme, sus ojos se agrandan a tal punto de parecer salir de sus cuencas, en ellos veo reflejado miedo; reúno todo mi esfuerzo para no reírme.

Me encamino a Brayden y lo ayudo a levantarse, ella da un paso hacia atrás y eso me confirma que tengo un dominio en ella que me resulta encantador y favorable.

Tal vez mi estadía aquí no sea taan mala después de todo.

En ese mismo momento una anciana con largo cabello canoso acapara la atención de Brayden y luego de los 15 minutos que la vieja se tomó para bendecir y quitarle los demonios, ella por fin nota mi presencia.

— ¿Hola?

Enarco una ceja detallando a la vieja, es baja, si a lo mucho me llega por el pecho.

Brayden tose y a la señora le entra una repentina luz de entusiasmo hacia mí.

—Soy Nora, la abuela ¿cool? —Mira a Brayden buscando aprobación y él levanta ambos pulgares—, tú debes de ser la famosa Noah.

Igual que Jeremy, cambiándome el nombre.

—Nova—me presento con una sonrisa—. Nova Thompson—extiendo mi mano, pero rápidamente pasa a la deriva cuando la anciana también se me abalanza, abrazándome con mucha fuerza dejándome paralizada.

Los secretos de Nova. |COMPLETO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora