Nakahara Chuuya es conocido como "el rey del arte", lo que atrae a un chico periodista quien investiga un caso en particular.
Nakajima Atsushi, el chico que se ha enamorado de quien no debía.
Yosano Akiko, quien no desea que su amor acabe siendo un...
¿Qué sería la vida si no tuviéramos el valor de intentar cosas nuevas? -Vincent van Gogh
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El ruido de las patrullas hacía eco en toda la magnífica ciudad de Yokohama. Necesitaban llegar rápido, antes que cualquier otro medio de comunicación, aunque eso era imposible, ya que la foto ya había sido expuesta por todo internet. Las redes sociales hoy fueron sus enemigas.
Tan pronto como se les informó de la situación, hicieron cerrar el museo y sacaron a cada persona.
Una vez llegados al museo, un guía los llevó a la exhibición. Pero los policías dudaron, no sabían si esto era considerado un delito o alguna violación a las normas del museo. Como mucho pudo ser una, pero no era nada que no se pudiera arreglar con el pago de una multa.
El cuadro en exhibición, en este caso un autoretrato, era completamente opacado por una réplica casi exacta hecha en un lienzo de madera, puesta a su derecha fuera del vidrio que la cubría. Casi exacta porque un rojo neón bailaba por toda la obra, desde la cabeza de la persona retratada se podía apreciar un sombrero del mismo color. Y en el cuerpo del retratado se podían apreciar marcas que recordaban a las runas; los ojos tenía las pupilas dilatadas y unas inmensas ojeras los cubrían por debajo.
A pesar de que los policías no conocían bien el arte, incluso ellos pudieron notar las intenciones del artista anónimo.
Quería marcar la corrupción dentro de los seres humanos, con esta obra lo dejaba más que claro. Era realmente espectacular cómo transmitía los sentimientos de una persona que ya se encontraba corrompida.
-Jefe Oda, ¿Qué deberíamos hacer con esto? -habló uno de los policías mientras retiraba la foto de la pared mientras la seguía admirando.
-La llevaremos a la estación. Se quedará como evidencia para el caso. -claro que, no obtendrían respuesta alguna. A menos que obtuvieran un pincel del artista, no conseguirían ni una pista que los acercara a él.
Al mismo tiempo, un chico se encontraba caminando por las calles, su andar era relajado, mas su capucha en su cabello evidenciaba su intento de huida. Para su suerte, nadie transitaba esa zona a estas horas.
Con cuidado retiró la capucha unida a su sudadera y descubrió un cabello negro opaco. Desde luego, esta era solo una peluca hecha sólo para esta ocasión, pues al parecer su plan había funcionado a la perfección. La foto de su obra de arte ya debería estar rondando en internet por estos momentos. Una pena que la quiten tan pronto, esperaba que al menos se quedara un día como mucho.
Con sus ojos zafiro examinó bien que no hubiera nadie cerca, para entonces retirar la peluca con cuidado y dejar a la vista su reluciente cabello cobrizo. Y con sus inmensos ojos azules brillando en travesura.
-Esto realmente fue divertido.
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No veo algo importante para remarcar aquí, es solo una historia Soukoku más jeje Por favor lean y si les gusta comenten y voten! El siguiente capítulo se actualizará pronto!
