Había una tristeza humilde dentro de ti, que nadie parecía notar, como un charco que refleja un hermoso cielo todo el día, pero nadie mira.
—Dulce María Loynaz.Dazai no diría que fue a la biblioteca a ver si estaba Akutagawa solo porque Chuuya le dijo que lo hiciera, pero de todos modos así fue como pasó. No suele ser una persona que deja que le ordenen qué hacer, y es más, le cabrea que le digan que haga algunas cosas. No obstante, en esta ocasión no tenía nada mejor para matar el tiempo antes de que su clase de horario distorsionado, iniciara.
Ahí, sentados en una mesa variada entre el alcance de los primeros rayos del sol dando en dirección a donde estudiaba Atsushi, y el otro lado contrastando con una vasta sombra dando toda en dirección a Ryūnosuke; Dazai decidió sentarse en un lugar donde pudiera verlos a los dos, lo que ocasionó que el sol le diera de lleno, pero solo en la mitad de la cara que compartía con el peliblanco, dejando a la otra mitad fresca compartiéndola con el pelinegro.
Y tal parece que ellos no serían interrumpidos en sus estudios por nada del mundo, ni aunque de pronto empezase a temblar con inmensidad, porque no fue sino hasta que Dazai carraspeó su garganta, que los dos notaron su presencia.
—Dazai-san... —dijeron al mismo tiempo, y el castaño podría jurar que en ese momento pensó que eran algo. Pero no dijo nada, porque de inmediato notó otra cosa que le rompió toda la idea de su mente.
—¿Chuuya-san ya está en clases? —preguntó con un tono de voz neutro, sin dar a entender si le interesaba o si le valía un pepino que ya haya empezado.
—Sí... —contestó de todas formas jugando con el lapicero de Atsushi que estaba olvidado en la madera tibia. —Por cierto, ¿ustedes saben quién es un tal Fyodor? —se animó a cuestionar para saciar su duda, una vez que se acordó de lo acontecido recién.
Ambos chicos se miraron entre sí.
—Es solo el rival de Chuuya-san. —respondió Atsushi apenado de quién sabe qué, como si temiera decir algo que podría llegar a ser personal para su amigo, pero ese no era el caso, muchos en las carreras de artes ya conocían la rivalidad entre esos dos. Por lo que secreto, definitivamente no era. —Los dos tocan el violín, y en el primer año de Chuuya-san, Fyodor lo retó a una competencia y perdió. Hasta ahora ha ganado pocas veces, ¡y lo sigue retando! Pero creo que Fyodor lo está superando de a poco en poco.
Akutagawa, quien también seguía ahí, pero ensimismado en su lectura, le prestó atención. Es algo que había notado, pero en vez de fijarse en que Fyodor rebasaba a su amigo, notó que Chuuya dejó de apasionarse tanto por aquéllas competencias y solo no estaba dándolo todo de sí.
—Dazai-san. —pidió Atsushi que se acercara y lo mirara con sinceridad. —¿Usted sabe guardar secretos?
El castaño y el pelinegro lo miraron con interés.
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| GRAFFITI | Soukoku
FanfictionNakahara Chuuya es conocido como "el rey del arte", lo que atrae a un chico periodista quien investiga un caso en particular. Nakajima Atsushi, el chico que se ha enamorado de quien no debía. Yosano Akiko, quien no desea que su amor acabe siendo un...