Tu pirata soy yo

Especial 1/?

- Sin ¿Has visto mi...

- No es lo que crees - se apresuró a decirle.

- ¿Porque estas oliendo mi ropa? - preguntó con confusión.

- No lo hacía - negó y tiró la prenda en la cama.

La inusual pareja de la diosa y el rey marinero llevaban apenas tres meses de casados, aún no planeaban tener hijos ni nada por el estilo; querían disfrutar un poco de sus vidas antes de tener una enorme responsabilidad como lo era hacerse cargo de un bebé.

- ¿Entonces? - preguntó.

- Tenía un bicho y lo maté - mintió.

Artemis levantó una ceja con incredulidad, sabía que Sinbad mentía, pues cada vez que lo hacía, le salía un pequeño tic en su ojo derecho como en esos momentos.

- Claro - respondió con sarcasmo - ¿Has visto mi espada? Mystras junto a Jafar quieren entrenar un poco y así aprovecho a entrenar al resto.

- ¿No puedes aparecer una y ya?

- ¿Las visto o no?

- ¿Porque no sólo apareces una de las tantas que tienes?

- ¿Porque no dejas de contestar mis preguntas con otras preguntas?

Ambos se vieron serios, la vida de casados para ellos era divertida y todo un reto, todos respetaban a la diosa no sólo por ser eso, sino porque se había ganado el corazón de Sindria.

Artemis rodó los ojos y suspiro con pesadez, no se le estaba haciendo fácil, ella era la encargada de entrenar a los guerreros, por muy raro que parezca, Sinbad se lo había pedido ya que sabía que él se encargaba de eso, sólo terminaría bromeando. Mientras que la diosa de la luna era más rígida a la hora de entrenar y claro que ninguno puso objeción.

¿Cómo hacerlo? Se daban gusto viéndola, desde la pelea con Eris, ella había cambiado físicamente, su cuerpo siempre estuvo con curvas, pero ahora estaba más hermosa sin llegar a la exageración.

Más tarde, Sinbad bajo al patio de entrenamiento, donde su valiente y hermosa esposa llevaba puesta una de sus armaduras brillantes, claro que no estaba utilizando su poder de diosa con los aprendices.

En cuanto vio a su esposo no dudo en ir hasta el y besar sus labios cortamente para luego separarse de él con lentitud.

- Como que empiezo a odiar que entrenes a puros hombres - bufo Sinbad.

- Sabes que no veo a nadie más que a ti ¿verdad?

- Si, pero me molesta que te vean el...

- ¡Sinbad! - chillo con vergüenza a lo que el marino rió.

Artemis se había vuelto alguien con vergüenza ¿cómo culparla? Si su esposo era un desvergonzado, descarado y pervertido con ella.

Pero así se amaban, ambos lo demostraban y el pueblo disfrutaba de ver la plenitud en ese matrimonio tan hermoso y apenas concretado. Sin duda Sindria, tenía buenos reyes que velaran por su nación y bienestar. 

🌙

No estaba del todo segura si hacer estos especiales o no, pero en fin... aquí está, espero lo disfruten.

Besos a todos ♥️