Chapter Twenty

167 11 0
                                    

De repente, la enorme cortina de viento se detuvo abruptamente y unos brazos cálidos rodeaban con cariño y ternura a la diosa de la virginidad.

- No te alteres, estoy contigo - susurró para que sólo ella pudiera escucharla.

Abrió sus ojos con asombro y de repente todas sus fuerzas se desvanecieron, Sinbad la tomó en sus brazos, cargandola como una princesa la llevo hasta su hermano, Apolo.

- Niña tonta ¿como se le ocurre perder los estribos en momentos así? - se quejó el dios claramente enojado con ella.

- ¿Estás bien? - le preguntó a la castaña pero ella estaba con sus ojos cerrados ya - ¿Va a estar bien?

- Si lo que quieres preguntar es si despertará, pues si lo hará, sólo debe descansar un poco - explicó su hermano mellizo - Cuida de ella,  yo me haré cargo de esos dos.

Los hermanos titanes no habían muerto, fue todo una ilusión de Selene para hacer quedar mal a la diosa frente a Sinbad y sus amigos, tanto era su odio hacia ella que la quería poner como la peor. Y si bien era cierto que los dioses a veces eran malos, no todo el tiempo se les pintaba así.

- Artemis me matara si te dejo ir sólo - le dijo Sinbad tocándole el hombro.

- Debo ganar tiempo mientras mi hermana despierta...

- No... no te dejaré - dijo la conocida voz de la diosa.

- ¡Artemisa! - exclamó Apolo abrazandola - No me detengas que... 

Pero no lo dejo hablar cuando le propinó un zape que hasta los demás arrugaron la cara y eso que a ellos no fue.

- Idiota, no me interesa - le dijo molesta con él - peleare contigo quieras o no y tu Sinbad, mas te vale no intervenir. 

- Pero...

- Sin peros, se hace lo que yo diga - hablo firme y los chicos solos tomaron a asentir.

- Aún no te recuperas - le recordó el peli morado.

- Mientras estén esas lunas arriba mío - señaló el cielo con su índice - tendré los poderes de mis atributos, no debes preocuparte por mi.

Le sonrió tratando de tranquilizar el ambiente de preocupación que se había formado, puede que ella sea temperamental y algo inestable, pero debía mantener la calma en esos momentos. Perder el control era crear un caos y significaba ser castigada quitando sus atributos y siendo lo que era al principio, una simple guerrera del Olimpo y no pensaba darle ese gusto ni a Selene ni a Hera, por nada del mundo.

- Sólo cuidate ¿si? - preguntó en tono preocupado.

- Tu igual Sinbad y cuida a los chicos - señaló a un asustadizo Mystras.

Camino alejándose de ellos, el primer paso que dio y la tierra tembló un poco, seguido de su cuerpo iluminado y la luna plateada igual. 

Antes de que comenzarán a atacar nuevamente, pararon en seco al escuchar una voz en su cabeza. Sabían a al perfección que era, los hermanos mellizos se vieron fijamente y serios.

- No me gusta esto - dijo Artemis con el ceño levemente fruncido.

- Nunca Zeus nos ha pedido combinar atributos con todos los dioses - susurró a su hermana.

- Si, pero no debemos desaprovechar la oportunidad - contestó firme.

- Alto ahí ¿Estás de acuerdo con eso?

Ella asintió rápido.

- Si sabes que mientras prestamos nuestros atributos no seremos capaces de usarlos ¿verdad?

- Lo sé, pero tendremos más ventaja, sólo debemos sellar a ellos dos de vuelta en el tártaro - dijo su hermana.

- Bien - suspiro el dios del sol - confió en ti hermana.

Artemis asintió, junto sus dos palmas frente a ella para después extender las hacia los titanes frente suyo, una luz azul con negro se formó a su alrededor, seguido de eso, su hermano mellizo imitó su acción creando una especie de portal que los rodeaba a los dos pares de hermanos mellizos.

- No volveré allí - dijo firme y segura Selene.

- Lo harás, a la buena o a la mala - la seriedad de la voz de la diosa sorprendió a Sinbad.

Jamás la había escuchado hablar así desde que la conoció y eso que algunas veces ella era sería.

- Tendrás que atraparme y te recuerdo que para que el sello se mantenga deben estar juntos los dos - sonrió la contra parte de Apolo.

- Esperaba que dijeras eso - hablo la castaña riéndose y desconcertando al resto menos a su hermano - estuve mucho tiempo esperando para poder usar esta técnica nueva.

- ¿Qué dijiste? - preguntó Selene.

Mientras Artemisa y Apolo compartían miradas, los otros hermanos estaban comenzando a asustarse ¿Qué traían entre manos ellos dos?

- No sé si recuerdes que entre los dioses compartimos atributo - hablo el Dios del sol.

- ¿Que con eso? - preguntó Helios muy serio.

- Cuando dos dioses son mellizos, como en mi caso con Artemisa, no sólo podemos combinar nuestros atributos...

- Tambien podemos combinar técnicas aunque el otro no sepa como hacerlo.

- ¿Qué dijiste? - preguntó algo asustada Selene.

Ambos dioses hermanos juntaron sus frentes de las cuales se emitió un gran brillo cegador dejando al resto incapaces de ver bien.

Al abrir los ojos nuevamente, había otra Artemisa y otro Apolo, pero estos eran algo traslucidos, casi invisibles.

- ¡Clones eclipsados! - dijeron los cuatro dioses ahora.

Cerrando sus ojos y conectando sus mentes, los clones lograron moverse por medio de la telepatía que compartían los dioses mellizos.

- Apolo, no desconectes tu mente de mi - dijo ella.

El mantener una conexión de mentes era difícil, debían pensar igual en todo momento que estuvieran en ese estado, no podían moverse, si se distraian, se decía que sus mentes quedarían atrapadas en el espacio tiempo por siempre y por más que tratarán de regresar no podrían y eventualmente, sus cuerpos irán envejeciendo, aún siendo dioses.

La conexión de mentes sólo era más sencilla cuando dos dioses nacían mellizos, tales como Artemisa y Apolo, pero para ello se necesitaba un alto nivel de confianza en tu mellizo o persona con quien realizarlas esto.

Tal confianza como para dejar abierta tu mente y que ese Dios pudiera ver todos y cada uno de tus secretos ocultos, la mente era tu santuario y a la vez tu mayor pecado.

- ¡Clones eclipsados, atributo del Dios de la guerra!

- ¡Clones eclipsados, atributo del Dios de la guerra!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Listo, Apolo? - preguntó el clon de su hermana.

- Siempre - sonrió.

Mientras que los verdaderos seguían en la misma posición, con los ojos cerrados y sus ceños fruncido; con su concentración al cien por ciento para que su ataque y estrategia fuese efectiva.

Ambos clones atacaron a la vez a los hermanos titanes, era su última oportunidad para después ir a ayudar a los demás dioses contra Eris de la  discordia.

Tu pirata soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora