Chapter Twenty - two

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- No eres más que una débil - escupió con odio, Eris.

Lanzó el cuerpo lastimado de la diosa Artemisa lejos, impacto contra una roca haciéndola añicos y creandole más heridas de las que ya tenía.

- Ahora tu atributo... será mío - rió malevolamente.

Pero no pasó nada, Artemis se levantó con dificultad pero el maná que los dioses tenían en su cuerpo no salió de le cuando perdían en batalla ¿Porque? Eso desconcierto a todos, incluida Eris.

- Que estúpida eres - gruño Artemis queriendo ponerse de pie.

- No te levantes, necia - le dijo Demeter, preocupada por ella.

Pero no le hizo caso, sostuvo uno de sus brazos que sangraba a causa del impacto más reciente.

- Siempre me subestimas, eres igual o peor que Hera - jadeo del cansancio, pero no iba a darse por vencida.

Si no paraban a Eris ¿quién lo haría? Nadie y aunque su última opción era 50 a 50 apostaría ese 50 que ganaría, apostaría la pérdida de su razón y cordura, la poca fuerza que le quedaba, la arriesgaria y aunque no pueda regresar, lo haría para ganar. Frío a ver a sus amigas del Olimpo, se acercó a abrazarlas y les dijo unas palabras que sólo ellas entendieron.

- Μέχρι να πέσει το φεγγάρι - sonrió triste para después abrazar a su hermano con todo el cariño que le tenía.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó asustado.

Artemisa era alguien impulsiva, pero que siempre ponía primero la seguridad de otros antes la suya propia y no le importaba sacrificarse por los demás, era alguien tan empatica y tan cariñosa, que siempre debían cuidar de ella; por último se dirigió y Sinbad y a su tripulación.

Abrazó a Mystras, Jafar, Vittel, Hinahoho y por último al peli morado; lo estrujo tanto contra ella que por un momento pensó que lo dejaría sin respirar.

- ¿Porque este abrazó me parece una despedida?

- Lamentó que las cosas entre nosotros no pudieran darse como quisimos - dijo la diosa con su mirada ida en los vellos ojos de su contrario.

-  No hagas eso - pidió suave - siento que no volveré a verte si me dices las cosas así.

- Te amo, Sinbad... - besó sus labios cortamente, pero con todo el amor que le tenía.

No pudo evitar que algunas lágrimas se realizarán de sus ojos y murieran en su barbilla, se separó de él sin antes decirle las últimas palabras que ella sentía.

- Πάντα σε φροντίζω - él la vio sin entender, pero sólo asintió.

Se separó de ella con tanta dificultad y la vio elevarse hasta quedar frente a Eris a dos metros de distancia, su cuerpo lastimado empezaba a molestarle más de lo debido, aunque pudiera curarse con ayuda de la noche; las heridas internas de los dioses debían tratarse en el manantial sagrado del Olimpo.

(Poner canción en multimedia)

Levanto su mirada hacia su oponente, sus ojos brillaron de un plateado casi cegador pero precioso, respiro profundo una vez y levantó su mano al cielo haciendo una extraña ceña con sus dedos.

- Alineación astral - de un movimiento rápido, las lunas tomaron forma, aliniandose perfectamente bien.

Sus ojos volvieron a brillar más intensamente al estar las lunas en su lugar, pero esta vez de un dorado tan intenso que nunca antes habían visto, puso sus manos en su pecho y su cuerpo volvió a brillar.

Tu pirata soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora