Chapter nine

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La calma tan placentera que no querían avanzar para nada, unas ruinas llenaron la visión de todos a su alrededor, Artemis las conocía bien pues su Djinn le había hablado de ellas hace mucho cuando apenas tenía trece años.

- Las rejas de granito - dijo viéndolas.

- ¿Las conoces? - preguntó Mystras.

- Apolo las conoce, estamos más cerca de lo que creen - respondió viendo las ruinas que sobresalían apenas del mar - pero bueno ¿alguien tiene hambre? Yo cocino.

Se paró de la silla donde estaba sentado su se fue a la cocina, desde que partieron apenas habían probado algo decente y sus intenciones eran pedir disculpas por medio de su comida. Bajo a la cocina del barco donde preparó nuevos revueltos, pico fruta, hizo leche caliente y se las ingenio para hacer algo de carne, cuando estuvo lista, subió con los platos en sus manos y cabeza sin votarlos, vaya equilibrio que tenía.

- Princesa Artemis - llegó Hinahoho a su rescate - No tenía porque hacer eso.

Le ayudó con el palco que traía en su cabeza y los dos que llevaba en sus antebrazos.

- Descuida, quería hacer algo por ustedes, aunque sea eso - dijo la chica caminando junto a él hacia donde estaban los demás - Espero les guste, no soy tan buena cocinando pero es pasable.

La chica corrió nuevamente a la cocina para traer los cuatro vasos con leche, ella por su parte no toledana la lactosa, por esas razones no comía cosas así, los dejó al lado de sus compañeros y ella se sentó a comer en silencio.

- Esto está delicioso - dijo Jafar comiendo más.

- No tenía idea de que cocinaras - comentó Mystras.

- Talentos ocultos - sonrió la ojiazul.

- Princesa, quien llegue a casarse con usted tendrá la mejor de las suertes - le dijo el guerrero Imuchakk.

Artemis se atragantó con un pedazo de manzana al escuchar la palabras del guerrero, el pelirojo reía a más no poder, Jafar trataba de ayudar a Artemis, Vittel junto a Hinahoho comían para evitar reírse y Sinbad estaba serio por el comentario que había echo su amigo respecto al matrimonio.

- ¿Estas mejor? - preguntó el rubio.

- Si, gracias - respondió ella.

Y cuando todo parecía estar bien, de pronto todo comenzó a ponerse helado a tal punto que podían ver sus propias respiraciones. Todo a su alrededor se congeló evitando que el barco se moviera, el navío quedo atrapado en el cielo seco donde antes estaba el agua, la temperatura comenzaba a descender más y tambien habia comenzado a nevar.

- ¿Y ahora que? - preguntó Sinbad molesto viendo el paisaje.

El clima para el guerrero de cabello celeste no era inconveniente pues el venía de las regiones heladas del mundo, para el resto igual, soportaban el frío pero no se podía decir lo mismo de la castaña, no era su tipo de clima preferido y tampoco estaba acostumbrada a él.

- Achu - estornudo la chica mientras un escalofrío la recorría de pies a cabezas.

- Salud - contestó Vittel fue do la como temblaba del frío - ¿Estas bien?

- S-si, sólo no estoy acostumbrada a este clima - respondió caminando a su camarote.

- De acuerdo, pónganse algo abrigado y hay que picar hielo para mover el barco - ordenó el capitán.

- ¿Porque no utilizas a Valefor? - le preguntó Mystras.

- El poder de Valefor es congelar, no puedo hacer eso - le dijo Sinbad.

Tu pirata soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora