Capitulo 11

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-Señor, la junta es en cinco minutos.

-Señor Min, habló el señor Haneul, dice que está interesado en hacer un trato con nosotros lo antes posible.

El sonido de los teléfonos en las oficinas sonaban una y otra vez, los incrementos económicos de la pequeña compañía siendo tal, que ya se hablaba sobre establecer distintas sucursales en diferentes puntos en el extranjero.

-Woahh, es el décimo cliente que desea ser socio de la empresa, señor, me imagino que debe estar muy feliz, usted y la señorita Kotomi.

YoonGi miró a su asistente y solo asintió, para dirigirse hacia su pequeña oficina. Una vez ahí, se sentó en la silla de su escritorio y suspiró, apoyando sus codos sobre el escritorio y colocando su cabeza sobre sus manos, YoonGi miró como pequeñas gotas comenzaban a caer sobre la superficie de aquella fina madera.

YoonGi miró hacia el techo, en búsqueda de la fuente de aquellas gotas, viendo sólo el minisplit, sintiendo el aire pegarle en su rostro, solo entonces fue consciente del frío sobre sus mejillas. Tocó su rostro con su mano y entonces lo entendió, estaba llorando, ¿porqué?, lo tenía todo, dinero, el crecimiento y reconocimiento de la empresa, al igual que un puesto importante en la misma, tenía una linda novia.

Entonces porque...

¿Porqué no podía olvidar a ese pequeño niño de bonitos ojos y sonrisa cuadrada?

Cada noche era lo mismo, imágenes del pequeño llorando y suplicando para que no se fuera lejos suyo, el como se aferraba a él como si fuese lo más preciado en éste mundo, su mundo.

Y aún así, lo había hecho, había destruido el pequeño mundo de ese inocente niño del cual no podía evitar sentir querer corromperlo cada vez que estaba cerca suyo.

Por eso es que se había ido, por eso mismo había estado evitando cualquier contacto con el durante todo este tiempo.

-Tres años.

YoonGi desvio su mirada hacia el pequeño cajón de su escritorio, apartandose un poco del gran mueble para poder abrirlo. Al hacerlo, una pequeña sonrisa tiró de sus labios a la par de varias lágrimas al ver aquello que veía todos los días y sin embargo se había negado a ver durante tanto tiempo...

Eran las cartas de Taehyung.

Esos pequeños sobres de colores esparcidos por todo el cajón hacían que su corazón se alegrara por un par de minutos, antes de que el dolor regresará a él, como si de la marea se tratase.

Él no habia respondido a ninguna de ellas, a ninguna de todas esas hermosas y preciadas cartas que llegaban a él sin falta cada final de mes, que era cuando Namjoon le enviaba la correspondencia correspondiente de la sucursal en donde trabajaba.

Cartas que habían dejado de llegar hace un par de meses.

Pero por supuesto que dejarían de llegar, era obvio que Taehyung se cansaría de enviar carta y no recibir respuesta alguna, YoonGi era consciente de que estaba siendo todo un cabrón en todo este asunto, y sin embargo, el aún lo quería, el deseaba que esas pequeñas cartas siguieran llegando.

Escucho su celular sonar y miro el identificador de llamadas.

Era su padre

Se aclaró la garganta, limpio sus lágrimas, y finalmente respondió

-Padre.

-YoonGi, los negocios por allá ya están estables.

-Si, justo sigo trabajando para mantenerlo así.

-Sabes lo que quiero decir.

-Pero...

-Puedes regresar YoonGi, ha sido mucho tiempo, te extrañamos.

YoonGi sintió un nudo en su garganta y se permitió llorar en voz alta, no podía soportarlo más.

-¿Estás bien hijo?

-Yo también los extraño.

Lo extraño

-Compre tu boleto para este mismo fin de semana, y también compre un departamento cerca de nuestra casa, por favor, ten cuidado al venir.

-No podre llevar a Kotomi, está ocupada en China por un viaje de negocios.

-Ya después hablaremos sobre eso, igual solo compre un boleto, aunque no me sorprende, ¿sabes?, difícilmente la ves unas dos o tres veces al año.

YoonGi se rió, su padre tenía razón.

-Cuídate hijo-dijo su padre para finalizar la llamada.

YoonGi miró a la nada por unos momentos, tenía que preparar todo para su viaje.

Lo vería de nuevo.

Estaba bien, ¿cierto?, de cualquier manera, Taehyung ya no era el mismo niño mimoso que había conocido, ya era un adolescente de 12 años, lo que es más, seguro que ni siquiera se interesaría por verlo de nuevo, teniendo otro tipo de prioridades, como amigos, o una novia...

YoonGi se forzó a sonreír

Definitivamente era lo mejor.

Solo por amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora