Era un lunes por la mañana cuando llegó al aeropuerto de Seúl, el clima frío, junto al cielo grisaceo provocando un sentimiento de nostalgia en su interior.
—Así estaba el cielo el día que me fui... —YoonGi cerró los ojos, sintiendo la brisa sobre su piel.
—¡YoonGi!
YoonGi abrió los ojos de golpe, sintiendo su corazón latir rápidamente. Giró su rostro y lo miró, su mejor amigo, de pie ahí con un pequeño cartel en sus manos con el mensaje de "Bienvenido a casa", plasmado sobre este.
—¿Nam?
Namjoon lo abrazó, YoonGi se quedó estático por unos momentos, pero finalmente correspondió el abrazo, solo entonces dándose cuenta de lo mucho que había extrañado a su amigo.
—Te extrañe, ¿porqué nunca llamaste?, ¿tienes alguna idea de la falta que me hiciste?
—No lo entiendo, ¿Cómo...
—Tu padre me informó, y claramente le dije que yo vendría a recogerte.
YoonGi miró a Namjoon, tenía tantas cosas que contarle, tanto que organizar en cuanto a las acciones que se realizarían en la empresa debido a su regreso, así como las nuevas sucursales que se abrirían en Daegu y Busan, y sin embargo...
—¿Cómo está Taehyung?— fue lo primero que salió de sus labios. Namjoon lo miró sorprendido.
—Él está bien, está en casa.
—¿El sabe que regresé?
Namjoon asintió
—Cuándo te fuiste, el estuvo muy triste, me pedía mandarte cartas mes tras mes, cartas de las cuales, jamás recibió respuesta.
—Yo...
—Descuida, yo se que estuviste ocupado, y yo se lo hice entender, tardo en aceptarlo, pero lo hizo.
—¿Creés que este molesto conmigo?
—No lo creo—respondió Namjoon con una sonrisa—mi hijo es muy noble y para nada rencoroso, estoy seguro que ya ni siquiera se acuerda de eso, ya sabes como son los niños.
Niños... Cierto, Taehyung era un niño
—Ya veo.
Si, Namjoon tenía razón, seguramente Taehyung estaría ocupado en sus propios asuntos, algo como emocionarse por ver de nuevo al mejor amigo de su padre, seguro que no estaría dentro de sus prioridades.
YoonGi lo sabía, entonces, ¿porqué?, ¿porqué dolía tanto?
—Eunha preparo una comida de bienvenida, vamos.
—No es necesario, Nam, te lo agradezco pero..
—Oh vamos, ¿vas a dejar plantado a tu mejor amigo?
—Técnicamente no, porque yo no te invite.
—¡YoonGi!
YoonGi se rió
—Esta bien.
—¿De verdad? —YoonGi asintió.
—Genial, ¡entonces vamos!—dijo para agarrarlo del brazo y arrastrarlo hasta su auto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Amor, llegamos.
—¿Tan rápido?, o por dios, ¡YoonGi!, pero que guapo que te has puesto, me imagino que Kotomi no te ha de dejar solo ni un segundo.
YoonGi forzó una sonrisa y Namjoon bufó.
—Me siento celoso.
Eunha sonrió
—Sabes que yo solo tengo ojos para ti, amor—dijo para dejar un beso sobre los labios de su esposo.
YoonGi desvío la mirada
—Oh cierto—dijo Eunha al separarse del beso—le hablaré a Taehyung para que te salude también, seguro que se alegrará muchísimo de verte—dijo para darse la vuelta—ya regreso.
—¡Espera! —la detuvo YoonGi, el nerviosismo incrementando a cada segundo que pasaba.
—¿Porqué?, ¿qué pasa?
YoonGi iba a responder, cuando una voz lo interrumpió, una voz que el conocía bastante bien, sin embargo ahora era un poco distinta, sonando un poco más grave y ronca.
—¿Señor Min?— YoonGi sintió su labio inferior temblar, al igual que la parte inferior de sus piernas, pero aún así se giro, encontrándose con la mirada de Taehyung —¿De verdad es usted?
YoonGi miró al menor frente a él, era más alto y mucho más bonito de lo que lo recordaba.
Esto era una mierda
—Taehyung—interrumpió Namjoon —El señor Min regresó a Seúl, y lo hemos invitado a cenar, así que saluda a nuestro invitado.
YoonGi estiró su mano hacia el menor, esperando que nadie notará como esta temblaba un poco, se sentía ansioso por sentir el calor de Taehyung de nuevo, aunque sea sólo un poco de contacto.
Sin embargo, YoonGi no se esperaba lo que pasó a continuación, el cómo Taehyung había ignorado su mano, y había rodeado su cintura en un cálido abrazo. YoonGi sintió su camisa humedecerse y entonces lo supo, supo que Taehyung estaba llorando.
—Lo extrañe tanto, no tiene idea de cuánto —dijo Taehyung entre lágrimas y YoonGi casi se rompió, pero no lo hizo, en su lugar, acarició levemente la espalda del menor, sintiendo como el agarre sobre su cintura se profundizaba.
YoonGi inhalo aire
Sintiendo como si hubiese respirado por primera vez en años.
