TEIPO • Libro 1 [Obi Wan Kenobi]

VI • Los niños de la Fuerza

¿Conoces el timo del Jedi?

El timo del Jedi es un truco que recurrentemente usan los grupos esclavistas para raptar niños sin tener que gastar demasiado dinero. Lo único que tienen que hacer es comprar una capa.

No suelen intentar raptar a niños de tribus indígenas, por sorprendente que parezca, porque los indígenas, al no hablar su misma lengua, se fijan más en la comunicación no verbal de los esclavistas, y mientras sus palabras dicen maravillas, su cuerpo dice "mentira".

El timo consiste en lo siguiente: un hombre o mujer se pone una capa similar a la de los Jedis y se pone en contacto con una familia. Esa familia tiene un hijo de entre meses de vida y unos cinco años, normalmente. El raptor le dice a los padres que su hijo posee habilidades especiales pues es sensible a la Fuerza y le hace entender que el niño debe ser entrenado en el Templos Jedi.

Por supuesto, los niños no son sensibles a la Fuerza, ni serán entrenados. Serán raptados y vendidos a señores esclavistas, y solo eso serán, esclavos, hasta el fin de sus días.

Aunque mis misiones suelen centrarse en la exploración del lado oscuro de la Fuerza o son misiones humanitarias, en varias ocasiones he tenido que intervenir en estos timos, cuando se trataba de cazarrecompensas, pues yo conocía sus métodos mejor que nadie.

El maestro Plo Koon, quien se dedicaba a encontrar niños de la Fuerza (como llamamos a los sensibles), me contó que en una ocasión un hombre interceptó su señal y se hizo pasar por maestro Jedi para esclavizar a una niña sensible a la Fuerza.

Es por eso que yo tenía tanto miedo. El Sith sabía todo sobre mí, y tal vez supiese también que quería entregar a mis hijos. Cuando un Jedi, que no había visto en mi vida, entró en la habitación y se acercó para ver a los niños, me entró el miedo.

Al parecer Obi Wan sí lo conocía. Pero no estaba allí para decírmelo. Se fue poco antes para que el Maestro Jedi no supiese que él era el padre.

—Se que es difícil, maestra Bakk —se sentó a hablar conmigo—. Pero tú mejor que nadie debes saber lo importante que es.

—Precisamente porque sé cómo funciona la Orden no quiero que entren en ella. Serán Jedis, estoy segura. Pero no serán mis hijos. Un día soñarán que un día tuvieron una madre, pero no recordarán mi nombre.

—Es así como debe ser. Si tu apego les está privando de su destino, si sienten apego a ti, no serán capaces de convertirse en Jedis. ¿Vas a ser tan egoísta?

Tenía razón. Cada palabra que decía era cierta. Era muy agudo, sabía cómo convencerme. Tal vez por eso le enviaron a él expresamente, porque sabían que yo no sería fácil de convencer, aunque yo misma hubiese solicitado que se los llevasen.