TEIPO • Libro 1 [Obi Wan Kenobi]

V • Lothal

~ • ARCO V • ~
LA MAESTRA EQUIVOCADA

—Quiero darte una sorpresa, padawan —le dije a Barrani cuando salimos a dar un paseo por los terrenos exteriores del templo.

— ¿Y qué es, maestra? —me preguntó llena de ilusión.

—Vamos a hacer una peregrinación a un antiguo templo Jedi, situado en Lothal. Sigue en uso, pero está en cierto desuso, y el destino de muchas peregrinaciones. He pensado ir porque dicen que es una buena...

— ¡Me encantaría ir! —sonrió, y yo le sonreí en respuesta.

Habían pasado cinco meses desde nuestra misión en Kalee. Obi Wan y yo habíamos intimado bastante más, aunque no gracias al tiempo. Por desgracia, ambos estábamos muy atareados, y era muy difícil coincidir, y mucho más difícil estar a solas. Sin embargo, incluso el tiempo que pasamos juntos sin poder ser sinceros, ya que estábamos en presencia de alguien más, se nos hizo maravilloso.

Por mi parte, había mejorado aún más mi relación con mi padawan. Llegó a mostrarse graciosa y hábil, y demostró ser una gran alumna, con una unión a la fuerza muchísimo mayor de lo que cabía esperar.

Tras mi visita a Dooku, el consejo me interrogó, pero no pude ofrecerles más que lo que ya sabían: las razones por las cuales Dooku abandonó la Orden. Se sorprendieron de que eso fuese lo único destacable, e insistieron, pero no consiguieron nada más de mí.

Insatisfechos, me preguntaron cómo iba mi investigación sobre el Lord Sith y el fin de los Jedis. Les dije la verdad: lo único que sabía es que Qui-Gon era una de mis oportunidades para detener el fin, y la había perdido, pues él había muerto.

Ellos comenzaron a debatir, meditando y reflexionando, y me dijeron que tal vez no era Qui-Gon la persona de importancia, sino Dooku, su aprendiz, y que Qui-Gon podía ser un puente para hallar verdades sobre el Conde. Sin embargo yo defendí que no vi a Dooku en ninguna de mis visiones, a lo que Yoda respondió que las visiones pueden ser confusas y que debía tener cuidado con ellas.

Esto fue en parte lo que me impulsó a marchar al templo de Lothal, una idea que yo llevaba tiempo planteando. La peregrinación no solo beneficiaría a mi aprendiz, sino que a mí también. El templo de Corsucant había sido un templo Sith en el pasado, y a pesar de la actual concentración de energía luminosa, el lado oscuro seguía presente en el templo, era fácil percibirlo. El templo de Lothal era puro, inmaculado. La meditación allí sería más clara, y tal vez la fuerza me pudiese iluminar.

Barrani y yo comenzamos nuestra peregrinación en Coruscant, aún en el templo. Meditamos toda la noche en un patio, rodeadas de naturaleza artificial, y cuando el sol apareció tímidamente en el horizonte, nos marchamos del templo.

—Un nuevo día —comenté sonriente, y miré a mi padawan, tan sonriente como yo.

—Creía que este tipo de cosas solo se hacían con el trece cumpleaños.