El día siguiente, desperté a Barrani en la madrugada. Tuve que calmarla, porque le había sentado fatal dormir tan poco.
-Me lo agradecerás más tarde, cuando puedas descansar después de entrenar tanto. Será mucho mejor que haber descansado ahora y tener que ir directamente a la misión sin haber descansado después de entrenar.
Terminó dándome la razón, y fuimos a una sala de meditación, donde encontramos a varios Jedis, como el Maestro Windu y el Maestro Mundi, quienes no nos saludaron, pues estaban muy concentrados. Barrani, cohibida, comenzó a meditar, al igual que yo. Cuando terminamos de meditar, descubrimos que habían desaparecido. Ya había amanecido.
Bajamos a desayunar, mi padawan hambrienta, y allí encontré a Obi Wan. Fingí no haberle visto, y mi aprendiz y yo nos sentamos en una mesa, solas, junto a la entrada, lejos del Jedi. Temía no saber cómo reaccionar en público ante Obi Wan, y él parecía temer lo mismo, por lo que no se movió de su sitio.
Cuando terminó, pasó por nuestra vera y nos saludó con indiferencia. Si no supiese lo que verdaderamente sentía por mí, habría pensado que yo no era importante para él. Buena actuación.
Al terminar, fuimos a la sala de entrenamiento. Como todas las mañanas, estaba repleta de jóvenes aprendices de Jedi luchando en un duelo sincronizado contra sus oponentes. Barrani fue enseguida al encuentro de Anakin, que la recibió con una sonrisa de mejilla a mejilla. Ambos estaban deseando batirse en duelo de nuevo, inspirados por la noche anterior.
-Hola otra vez -sonrió Obi Wan incrédulo a mis espaldas, dándome una sorpresa-. ¿Me estás siguiendo?
-Ya sabes que esta noche tenemos que marcharnos a una misión. Creo que después de un poco más de entrenamiento estará preparada.
-No esperaba menos de ti -dijo cruzándose de brazos, observando a nuestros aprendices-. Parece más confiada.
-Sí, eso parece. Aunque me preocupa que se confíe en exceso.
-Le irá bien. Es muy joven todavía, y está siendo guiada por una Jedi excelente.
Sonreí.
- ¿Qué tal has dormido hoy? -me preguntó.
-Bastabte bien. Sinceramente, Obi Wan -dije sorprendida-, si bien alardeas de haber mejorado en destreza con el sable, creo que en realidad sólo puedo afirmar una cosa: has pasado de ser un joven terco y malhumorado a un hombre...
-Igual de malhumorado, pero con barba -interrumpió Siri Tachi, que se acercaba a nosotros-. Me alegra veros de nuevo.
-Lo mismo digo -respondió Obi Wan galán.
- ¿Vienes sola? -le pregunté-. ¿Dónde está tu padawan?
-Meditando. Esta mañana le mandé a ver al Maestro Yoda, y fue lo que le recomendó. Además, pronto haremos una peregrinación. Dijo también que nos vendría bien a ambos.
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TEIPO • Libro 1 [Obi Wan Kenobi]
FanfictionPara todos aquellos cansados de encontrar novelas del universo de Star Wars infantiles y superficiales, ofrezco un paseo por la era de la República de la mano de Dula Bakk, una excazarrecompensas de una especie extinta que indaga en la historia ocul...