EL LADO OSCURO
Mi maestro y yo pasamos más de un año y medio explorando la fuerza. Apenas habíamos tenido misiones, y si mi maestro era responsable de alguna, no me llevaba con él. Su explicación para esto era que yo no siempre era bienvenida en todos los sitios. Sin embargo, según él decía, mi reputación iba cambiando.
No pude ver ni a Jinn ni a Kenobi cuando volvieron de aquella luna de Kashyyyk. Volvieron a partir, y fueron a Yinchorr y Dorvalla, y ahora se encontraban en la Cumbre de Comercio de Eriadu. Yoda era consciente de mi afecto por Qui-Gon y Obi Wan, por lo que me impidió verlos presencialmente. Esto significa que mediante hologramas, durante algunas reuniones, podía verlos.
En una ocasión pude tener una conversación con Jinn. Se había interesado por mi entrenamiento tanto como mi maestro o el maestro Plo Koon, quien se ofreció en varias ocasiones para ser mi mentor y guía. Como le conté a Qui-Gon, tanto Yoda como Koon meditaban conmigo, y me ayudaban a no distraerme ni cuestionar la utilidad de la meditación. Mi maestro solía enfadarse conmigo por este asunto.
Le conté a Qui-Gon los viajes que hice con Yoda por la galaxia. Él quería enseñarme los caminos de la fuerza de manera más inmersiva que el resto de los maestros. Me llevó a varios templos Jedi, en uso o en desuso, y meditamos allí y los exploramos. Reconocí ante Qui-Gon que el conocer los templos me ayudó enormemente a comprender la fuerza, y con mi poco entrenamiento, crecí en sabiduría.
Sin embargo, mi afán por conocer me impulsaba a tener largas y profundas conversaciones con mi maestro, quien valoraba mi interés, aunque a veces tenía que cortarme porque nos llevábamos demasiado tiempo hablando.
En esa situación me encontraba, hablando con mi maestro, en una sala de meditación. Llevábamos una hora en silencio, meditando, hasta que yo lo interrumpí y comencé con mis ideas.
-Maestro, he estado pensando...
-Hum, raro no es -bromeó, aún con los ojos cerrados-. Meditar más y no pensar deberías. La fuerza así iluminarte no podrá.
-Como le suelo decir, no sé en qué me tiene que iluminar.
Yoda gruñó.
- ¿Hablar querías? -retomó la conversación.
-Sí. Le decía que he estado pensando en aquel día en el templo Jedi de Eedit. Cuando vi aquella entrada... Aún me sorprende que usted no pudiese verla. El caso es que estaba analizando lo que pasó mientras caminaba por aquel sitio al que me condujo la entrada.
- ¿Las visiones?
-No eran visiones, exactamente. Eran más bien manifestaciones de la fuerza. Pero no solo encontré la armonía. A pesar de ser un templo Jedi, encontré la ira y el odio. Vi a mi marido allí, y me hizo sentir sufrimiento.
-El lado oscuro ante ti se manifestó.
-Lo sé. A lo que me refiero es, ¿cómo podemos llamarlo templo Jedi si el lado oscuro de la fuerza también se presenta allí? ¿No sería mejor decir que es un simple templo? Creo que la fuerza no tiene lado luminoso ni oscuro. Simplemente es la misma fuerza, y algunos se centran en unas habilidades y otros en otras diferentes, pero opino que no es acertado decir que son diferentes lados de la fuerza.
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TEIPO • Libro 1 [Obi Wan Kenobi]
FanfictionPara todos aquellos cansados de encontrar novelas del universo de Star Wars infantiles y superficiales, ofrezco un paseo por la era de la República de la mano de Dula Bakk, una excazarrecompensas de una especie extinta que indaga en la historia ocul...