"Una vez estemos frente a frente, por más que te ruegue irnos si es necesario obligame a no hacerlo."
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Te estabas arrepintiendo en realidad de tus palabras dichas en momentos anteriores para darte ánimos, al punto de llorar por la desesperación de ser llevada a rastras por todo el colegio en una tarde sin sol. Pediste a tu compañera de clase -la cual no consideraba tu amiga- hasta que ella lo hiciera contigo llevando ya bastante tiempo de conocerse entre anbas, le tenías tanta confianza depositada como para pedirle un favor como que me llevará personalmente al lugar en donde se encontraba el prisionero de tus pensamientos.
- ¡Aimi-san! Era una broma ¡¿Podemos ir por el otro ladoooo?! - te sorprendía por su increíble fuerza, ya hasta había botado tu bolsa con chucherías por la velocidad y la fuerza con la que te halaba del brazo impidiendo que caminara correctamente en algunas partes del recorrido en el camino.
- Llevas un mes ignorandolo y nosotros te damos ese empujoncito que necesitas~ - aunque la verdad detrás era que disfrutaba molestarte pero claro que era hasta donde yo se lo permitiera.
- ¿Nosotros? ¿Necesito?... Ahhhestá bien pero sueltame - querías armar un berrinche pero como era la hora de la salida todos vagaban por todos lados, sentía sus miradas que terminaban avergonzandote.
- ¿No te escabulliras en un aula de clase si te suelto? - giraste la cabeza hacia ambos lados izquierda a derecha - Mmmm, vamos a creerte. Portate bien niña necia.
- Graciasssss~ pero oye... ¿Quienes son “nosotros”? - cuando detuviste tu caminar te miro expectante al ver que dejaste de caminar a medio camino, estaba alerta por si te escapabas nuevamente y fallara en su misión.
- Lo sabrás cuando entres, anda.
Desconfiaste muchísimo entrecerrando los ojos mientras intercambiabas tu mirada enfocada en ella y la puerta del lugar. Que molestía, solo eras una cobarde.
Inhala.
Exhala.
¡No puedes concentrarte en entrar al lugar! Llevabas tratando de sacarlo de tus pensamientos, después de oír su rechazo.
- Hola... - su voz agitó la velocidad del ritmo de mi corazón, su voz fue lo primero que lograste ver aparecer y luego lo viste a él completamente.
- Hmmm hola... - no esperabas otra reacción rápida de tu parte, ¿después de ser rechazada que se hace si te hablan? Te sentías tan tímida en estos momentos, algo no muy usual en alguien tan parlanchín como tú
¿¡Kozume-san que sucede contigo!?
- Escucha. Eres molesta, ruidosa, escandalosa, desesperante, irritante... - a medida que hablaba de ti se notaba la molestia que aparecía en su rostro - oh, pero eres una buena persona, entretenida, divertida y extraña. Y... Yo tal vez me gusta mucho una escandalosa como tú.
No te iba a sonrojar después de que antes te llamará "molesta". Si así era entonces de verdad te molestaría.
- ¿Eh? - tenías las cejas fruncidas producto de sus primeras palabras, a Kenma le sobra mucho tacto jaja.
- Tuve que hablarlo mucho con un amigo para entenderlo. Eres extraña y eso es lo que me gusta de ti... Pero también lo que dije antes, eres molesta, MUCHO. Pero podemos empezar a hablar... ¿Seamos molestos los dos?
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Quería hacerlo triste pero sera próximamente.
Estoy muy feliz por las lecturas y los votos que trataré de hacer lo posible por actualizar más seguido.
