Capítulo 4

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Evangeline Wright


Era un sábado por la mañana bastante cálido, en este mes Inglaterra tiene temperaturas perfectas, al parecer tendría suerte con eso en mi primer día de colegio aquí, el cuál sería el lunes que se aproxima.

Después de lo ocurrido con Draco en las escaleras no había vuelto a tener comunicación con él, no exactamente, solamente me había dirigido la palabra unas 2 veces en 5 días y mi intuición me decía que era porque su madre lo obligaba, logré escucharlos tener una pequeña pelea en la cocina, él le decía "no intentes que nos llevemos bien, mucho menos que seamos amigos, muy apenas puedo estar en la misma habitación que ella", recordaba perfectamente cada palabra, no sabía por qué razón Draco hablaba así de mí, porque sabía que esas palabras eran para mi persona, no le he hecho nada, mucho menos me conoce, que yo recuerde no hice nada malo o inapropiado. El Señor Malfoy era un poco callado, tampoco lo veía mucho, me había dirigido la palabra más que su hijo pero mucho menos que su esposa, a veces sentía como si le incomodara mi presencia, pero trataba de no pensar en eso.

Realmente no entendía él por qué de sus actitudes, Narcissa era mucho más amable que los dos hombres en la casa, pero aún así me sentía extraña, al igual que con el Señor Malfoy; sentía que no me querían aquí. Quisiera preguntarles si hice algo mal, si los ofendí o rompí alguna regla, pero no me atrevía, me daba vergüenza, así era yo; todo me daba vergüenza.

En Escocia no era de mucho amigos, tenía un grupito de unas 7 personas, pero ahora que lo pienso y que me he alejado de ellos, no creo que hayamos sido realmente amigos, nuestra amistad se basaba en comentarios sarcásticos, pero de los crueles hacia la otra persona, constantemente hablábamos mal de uno que otro del grupo, pero no tenía demasiadas opciones, las demás personas de mi salón eran unos idiotas, eran incluso peores amigos que los míos y soy demasiado tímida para hablarle a alguien fuera de mi grupo de clase para ser su amiga.

Muchas veces me sentía sola, para algunas personas estarlo es una satisfacción, para otras una tortura y para mí era ambas, anhelaba estar sola pero al mismo tiempo quería estar con alguien y no necesariamente en forma de relación, "los amigos" que tenía no eran la clase de personas con las que te puedes desahogar, no eran como los que te preguntan cómo te encuentras pero que lo preguntaran de verdad no solo por compromiso, lo cual hacía que no tuviera con quien charlar seriamente sobre cómo me sentía.

Mis padres eran buenos haciendo su trabajo conmigo, me educaron bien, siempre he sacado buenas notas en el colegio, nunca fui rebelde, siempre que podían me daban lo que quería, pero en el tema de lo material... Jamás he sentido que me den su apoyo emocionalmente, nunca me han preguntado si estoy bien, son la clase de personas que piensan que los adolescentes no la pasan mal y que si lo dicen en voz alta es solo para llamar la atención, los quiero mucho, pero a los 15 años les comenté que quería ayuda, que la necesitaba y a mi percepción no les importó, desde ese día nunca les he contado como realmente me siento y nunca volveré a contárselos.

Es increíble como tus padres pueden arruinar tu confianza hacia ellos, incluso con una sola palabra.


*


Mi primer día en mi nueva escuela por 1 año transcurrió mejor de lo que creí, llegué temprano al aula por lo que pude sentarme en donde quisiera, decidí que sería en la parte de en medio.

Unos 15 minutos después de que comenzara la clase, entró una chica pelirroja que se veía bastante agitada, le comentó al profesor que era su primer día lo cual causó que se perdiera, este le accedió la entrada pero que sería la única vez, se sentó atrás de mí y sin darle vuelta al asunto me preguntó; "¿Qué está pasando?", amablemente le respondí lo que estábamos viendo en clase y me dio las gracias.

Al finalizar la sesión, antes de irme sentí como con dos dedos tocaron mi hombro, al voltear pude ver a la chica sonriéndome y se presentó, su nombre es Margot, ella también viene de intercambio solo que ella es de Liverpool, lo que significa que solo tuvo que trasladarse de ciudad, yo igualmente me presente y juntas salimos del aula. A punto de despedirnos, llegó un chico colocando su rodilla detrás de la de ella, me pareció ver como la golpeaba en ese punto, lo que causó que ella cayera al suelo inmediatamente, él solo se limitó a reír mientras que ella un poco molesta se levantaba diciéndole que era un idiota. El chico pelinegro se presentó ante mí mencionando su nombre, el cual era Thomas, me pidió que lo llamará Tom a lo cual accedí e igual que con Margot, me presenté.

Narcissa me había comentado que ella y su esposo saldrían, por lo que no estarían cuando llegara a su casa, antes de subir a la que era mi habitación fui al baño y me lavé las manos, acto seguido comencé a subir las escaleras y antes de cerrar la puerta una vez que estaba dentro de mi destino, logré escuchar una voz haciendo que en menos de 1 segundo lo mirara.

—Hola —dijo Draco en un susurro.

La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora