Capítulo 24

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Evangeline Wright

El maravilloso sueño que estaba teniendo, sobre mí estando a punto de besar a Johnny Depp, se vio interrumpido por la alarma que indicaban las 6:30 a.m.

Soltando un quejido, giré a mi derecha para presionar el botón que se encargaba de detener el molesto sonido.

Me estiré y me levanté de la cama para finalmente tenderla. No me gustaba bañarme en las mañanas, prefería hacerlo en la noche, por lo que solo tenía que vestirme y arreglarme un poco.

Tomé mi mochila, dejé la puerta abierta como siempre y bajé a la cocina. Entre semana no desayunaba con Los Malfoy, a la hora en la que ellos lo hacían, yo estaba iniciando mi segunda clase del día. Normalmente tomaba una manzana roja y me la comía en el transcurso hacia la escuela.

Salí de la mansión y al caminar por el jardín me topé con el Señor Malfoy, se encontraba de pie, mirando al horizonte o algo así.

—Buenos días, señor —dije para después darle un mordisco a mi manzana.

Él se volteó para verme— Buen día, señorita Wright —¿qué? ¿Desde cuándo me llama así?— ¿Cómo amaneció?

—Muy bien, alcancé a dormir 8 horas y me siento como nueva, ¿qué tal usted?

—Los días soleados siempre hacen que me sienta bien —giré mi cabeza a la izquierda para mirarlo, el sol nos deslumbraba en la cara por lo que tenía mis ojos un poco cerrados, tenía que mirar hacia arriba por la diferencia de altura. Su postura me intimidaba, estaba completamente derecho, con las manos entrelazadas hacia atrás y como siempre, iba vestido de negro —¿qué tiene esta familia con ese color?—.

—Son lindos estos días.

—Me gustaría hablar contigo.

—Sí, adelante.

—¿Te haz hecho cercana a mi hijo, no es así?

—Yo diría que sí, es buen chico.

Él asintió— ¿Sientes algo más que una amistad por él?

—¿Qué? —respondí más rápido de lo que me hubiera gustado— Hum... Lo siento, ¿mande?

—Sí, ¿te gusta?

—Bueno... —vamos, di algo más, no te quedes callada—.

—Descuida, con ese silencio ya me quedó claro.

—Sé que se casará, así que no puedo seguir sintiendo algo por él.

—Tienes razón. Será mejor que cada uno vaya por su propio camino. Él merece ser feliz, ya a sufrido mucho y con Astoria puede que la felicidad vuelva a su vida.

No preguntes.

—¿No es feliz? —idiota—.

—Claro que no lo es, en el pasado... Tuvo algunos problemas y desde hace un par de meses no es el mismo. Es bueno que estés aquí, pero terminarás yéndote, por eso quiero que se case, para que no se sienta solo. Solo que hay algo que se lo impide... Alguien, en realidad.

—¿Quién? —no lo diga, no lo diga, no lo diga—.

—Tú, obviamente —demonios, lo dijo—.

Me quedé callada.

—Podrías convencerlo de que lo haga, después de todo te gusta y la felicidad de esa persona es lo que más importa, ¿no es así?

—Sí... Supongo.

—Bien, fue un gusto tener esta charla contigo —volteó todo su cuerpo para caminar de regreso a la casa— Ah y Evangeline... De verdad vete haciendo la idea de alejarte de él, lo digo en una forma amable, él solo estará con una persona y es Astoria Greengrass.

Poco a poco fue desapareciendo, para al final ver como entraba por la puerta.

¿Qué rayos? ¿Me acaba de manipular? ¿Qué signo será? ¡Concéntrate Evangeline!

Si supiera, Señor Malfoy... Pienso estudiar aquí la universidad.

La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora