La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADA

Capítulo 25

Evangeline Wright

Solía odiar la escuela hasta que vine a estudiar aquí, vaya, no creo que alguien odie ir a la escuela cuando está en un país en el cual siempre quiso estar.

Las clases habían finalizado, Tom y Margot me invitaron a tomar algo con ellos, tuve que rechazar debido a que tenía tarea pendiente.

Me despedí de ambos y comencé a caminar fuera del edificio de mi escuela. Tom me había regalado una paleta, recordé aquello así que me coloqué mi mochila de lado para abrir uno de los cierres y sacarla.

Antes de que pudiera hacerlo, sentí como una mano grande agarraba de mi muñeca para darme la vuelta hacia la persona.

—Agh, ¿qué quieres, Ben?

—También hola para ti.

—No me apetece saludarte, mucho menos ser amable, ¿qué quieres?

—Necesito hablar contigo.

—Yo no necesito ni quiero hablar de nada contigo, adio...

Me volvió a tomar de la muñeca con brusquedad— No estoy de humor, Evangeline. Te dije que necesito hablar contigo y hablaremos.

—Suéltame ahora mismo si no quieres que grite —para mi buena suerte, aún habían alumnos a nuestros alrededores, cualquier grito por más leve que sea, lo escucharán.

Hizo caso a mi orden.

—Es sobre Draco.

—¿Draco? Pero ni siquiera lo conoces, ¿qué tendrías que decirme sobre él?

—Oh Eva, querida... —intentó colocarme un mechón de cabello detrás de mi oreja, pero lo aparté a tiempo— Sé más de él de lo que piensas. Incluso por tu reacción, pienso que sé mucho más que tú.

Draco Malfoy

Mis padres eran unos imbéciles. Llevaban toda la mañana hablando sobre la supuesta boda que tendría con Astoria. Me ahorré cada comentario que tenía, no estaba de humor para causar ninguna pelea.

Estábamos en la sala, ellos de pie frente a mí siguiendo con esa tontería, yo estaba sentado en un sillón individual, con un brazo en el respaldo y mi puño recargado en mi cabeza.

A mi izquierda, había un reloj, el cual me ayudó a darme cuenta de que Vange saldría de la escuela en una media hora.

Mientras mis padres estaban distraídos volteando a otra parte, aproveché para levantarme sigilosamente y salir de la habitación.

Logré llegar a tiempo a su escuela, justo cuando estaba entrando al estacionamiento, escuché el timbre de salida.

Entonces la vi.

¿Qué demonios hacía con ese idiota? ¿Por qué la tenía agarrada de esa forma? ¿Y si ya le contó todo?

Me apresure a llegar hacia ellos, no tardaron en notar mi presencia, él la liberó de su agarre y ella corrió hacia mí.

—¿Estás bien? —la tomé de los hombros inspeccionando con la mirada cada parte de su cuerpo que me permitiera ver, para asegurarme de que no tuviera algún golpe o herida.

Ella asintió.

—Justo a tiempo, Malfoy.

Me acerqué a él para después tomarlo por el cuello de la camisa y acercarlo a mi rostro.

—Aléjate de ella, ¿me escuchaste?

—Parece que el que no escuchó fue otro —susurró— ¿No recuerdas lo que te advertí? Sería buen momento para contarle toda la verdad.

Lo estrellé contra un coche detrás de él.

—Más te vale cerrar la boca, sino quieres conocer la sensación de mi puño contra tu cara.

Se limitó a sonreírme, lo solté con brusquedad y comencé a caminar hacia Vange, quién estaba a unos cuantos metros de nosotros y se estaba abrazando a sí misma.

—¡Oye, Evangeline! —mierda, mierda, mierda—Escuché gritar a Ben— ¿Te gustaría que lo volviéramos a intentar? —¿qué dijo este idiota?—.

—¿Qué? Estás loco, ¿no? —dijo ella.

—Hablo enserio. Éramos buenos juntos, ¿Recuerdas?

—Cuando creí que no podías llegar a ser mas estúpido, me sales con esto.

Se formó una leve sonrisa en mis labios al escucharla. Estábamos dispuestos a seguir con nuestro camino hacia la mansión, cuando escuché a Ben decir algo que hizo que la gota del vaso se derramara.

—Mejor dicho... La única razón por la que estuve contigo fue para follarte y lo logré, así que ya no me sirves.

No sé muy bien que sucedió después. Las imágenes son borrosas al momento de soltarle el primer golpe en la cara.

¿Cómo se le ocurre hablarle así a mí Vange?

Merlín, se está sintiendo tan bien golpearlo, a pesar de que yo también estoy recibiendo golpes, está valiendo cada maldito segundo.

Quiero parar por los gritos de fondo de Vange, pero no puedo.