Capítulo 22

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Draco Malfoy

De no ser porque Vange estaba sentada en mi cama viendo cómo me ajustaba el traje, mi estado de humor estaría peor.

Los Greengrass no tardarían en llegar y afortunadamente, ella seguía con su promesa en pie; estaría conmigo en la cena.

Al despegarme del espejo, noté como me recorría con la vista de pies a cabeza, lo cual hizo que se me formara una sonrisa de orgullo.

Pareció darse cuenta de que mi vista estaba sobre ella, debido a que se aclaró la garganta y se acomodó en su lugar.

—Te ves bien —dijo apenada y con un tono rojo en las mejillas.

Reí un poco— Gracias. También luces bien —en realidad, te ves perfecta con ese vestido—.

—Gracias. Solo... —se levantó de la cama y caminó hacia mí, al estar frente a frente, tomó en sus manos el cuello de mi traje para acomodarlo —¿por qué con mi madre comenzaba a detestar esto, pero con ella quería que lo hiciera toda la vida? Y lo más importante, ¿cómo es que se le ve tan bien el color negro en sus uñas?—.

Volvió a levantar su vista a mis ojos, nos quedamos de esa forma por lo que me pareció una eternidad —una hermosa eternidad—.

—Creo-creo que deberíamos de bajar —terminó con el silencio.

—Sí, vamos.

Bajó sus manos de mi traje y salió de la habitación.

Resoplé, saliendo detrás de ella.

Para mi sorpresa, al llegar al comedor ya se encontraba la familia invitada junto con mis padres. Todos levantaron la vista hacia mí.

—Hijo, ven a que conozcas a Los Greengrass —dijo mi padre, extendiendo su brazo señalándome.

Al acercarme, me tomó del hombro, ejerciendo fuerza lo cual me dio a entender que me comportara.

—Draco, ellos son Maximilian y Astrid Greengrass y a sus lados, sus hijas Daphne y Astoria.

—Es un gusto al fin conocerte —me dijo la Señora Astrid. Viéndome obligado a hacerlo, tomé su mano y le di un pequeño beso en ella.

—El gustó es mío... Señor —me dirigí a Maximilian mientras estrechaba su mano e inclinaba un poco la cabeza.

—Al fin nos conocemos, Draco. Cómo ya te mencionó tu padre, ellas son mis hijas —las señaló, al parecer no sabían que Daphne y yo ya nos conocíamos, éramos cercanos en Hogwarts, sin embargo, no éramos amigos— Daphne la mayor...

—Sí, ya lo sabe, ya nos conocíamos —interrumpió a su padre, dirigiéndome una mirada juguetona. Algo me dijo que ella tampoco quería estar ahí. Siempre me cayó bien, era muy divertida y sarcástica, si fuera mi tipo, tal vez podría haber ocurrido algo entre nosotros.

—Señorita, no me hables de esa forma, ya lo sabes —genial, otro padre que se cree que merece el mayor respeto del mundo— Ahora, ella es nuestra hija menor; Astoria.

Astoria era dos años menor que yo, habíamos compartido miradas en los pasillos pero era todo, me parecía bonita y definitivamente era mi tipo, no habría tenido problema en tener algo con ella de no ser por que estaba bajo algún tipo de hechizo, por parte de la chica que yacía aún en la puerta del comedor.

—Que tal, Draco.

—Un gusto, Astoria —tomé su mano e hice lo mismo que con la de su madre.

Vi de reojo como mi padre sonreía.

—¿Tú eres la chica de intercambio, no es así? —la Señora Greengrass rompió el silencio, aparté mi vista de Astoria y la dirigí hacia donde todos miraban.

—Sí, mucho gusto, me llamo...

—¿Gustan pasar al comedor? —mi padre la interrumpió, rápidamente le ofrecí una mirada de "¿qué demonios?"  la cual obviamente ignoró.

Pasamos todos a sentarnos, antes de iniciar con la cena, el Señor Greengrass se levantó de su silla y levantó su copa— Me gustaría brindar. Por la familia que pronto se creará.

Al inspeccionar el rostro de todos los presentes, pude notar las sonrisas en los rostros de nuestros padres, la cara de molestia de Daphne, la mirada hacia abajo de Astoria y la de sopresa de Vange.

—¿Qué-qué familia? —pregunté.

—No te preocupes por eso, Draco, al finalizar la noche entenderás. Ahora a comer —dijo mi madre.

*

—Evangeline, Evangeline, por favor abre la puerta.

La cena no terminó nada bien. Mi padre anunció mi supuesto casamiento con Astoria, por el rostro de ella, sabía que ya estaba enterada de aquello, también sabía que no quería hacerlo. Tenía que admitir que de alguna forma también yo ya estaba enterado, mis padres no los hubieran invitado sin ningún propósito.

Vange estaba presente cuando mi padre lo dijo, mi primera reacción fue girarme a verla, su rostro era un combinación de tristeza y confusión.

Al momento de que la familia invitada se marchó, ella subió a su habitación y se encerró. Llevaba 5 minutos esperando a que me abriera.

—Necesitamos hablar, por favor, solo 1 minuto —escuché como se aproximaba a la puerta, para después abrirla. Mis ojos encontraron los suyos, me dolió verlos, estaban rojos y su maquillaje estaba corrido— No tenía idea, yo...

—Draco, no tienes nada que explicarme. Tú y yo... Tú y yo no somos nada, ¡Vaya, ni siquiera sé si sientes algo por mí! Discúlpame por haber entendido mal las señales.

Intentó cerrar la puerta pero coloqué a tiempo mi mano para evitarlo— No, no te disculpes de nada. Yo soy el que se tiene que disculpar por no haber tenido antes el valor de decirte... De decirte lo mucho que me gustas, Evangeline. No me gusta Astoria, no quiero casarme con ella, ni con ninguna otra, quiero-quiero... Quiero estar contigo, tú eres quien me gusta.

Por favor di algo bueno.

La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora