Capítulo 30

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MARATÓN 2/2

Draco Malfoy


Lo último que quería en estos momentos era perderla.

Me daba tanto miedo y frustración que en cualquier momento cruzara su puerta y se marchara. Me frustraba aún más el hecho de que yo estubiera aquí en mi habitación, en lugar de estar haciendo algo para evitar que lo hiciera.

Caminaba de un lado a otro, pasando las manos por mi cabello y tratando de tranquilizar mi respiración, la cual estaba algo agitada.

Comencé a arrojar al suelo cada objeto de los escritorios, sonaba vidrio roto, uno tras otro. Pateaba cada cosa que se atravesaba en mi camino, sumando los golpes que recibía mi armario, haciendo que la ropa cayera de su lugar.

En mi espalda sentí un tacto que reconocía perfectamente, su tacto.

—¡Draco, Draco, para! —gritaba pero su voz sonaba tranquila.

Me giré para verla y no fue hasta que sus manos hicieron contacto con mis mejillas, que me di cuenta de las lágrimas que habían salido.

—Lo-yo... Lo siento —dije con la voz entrecortada, mirando a mi alrededor y lo que había provocado.

—Está bien, todo está bien.

—No quiero que te vayas, Evangeline, solo no quiero... —me arrojé hacia ella, quién no perdió ni un segundo en recibirme con los brazos abiertos.

—No me iré, Draco.

Volví a levantar mi vista hacia sus ojos.

—Sí, escuchaste bien. —sonrió sin mostrar los dientes— Supongo que cuando quieres a alguien de verdad, no puedes estar demasiado tiempo molesto con esa persona... Siento mucho como te hablé.

—No, no, no, yo lo siento. Evangeline...

—Vange... Por favor llámame así.

Asentí, tratando de ocultar mi sonrisa— Vange, hace unas horas me dijiste que me querías. Perdóname por no habértelo dicho antes, pero también te quiero... Y mucho. Quiero estar contigo, les diré a mis padres y a Astoria que el compromiso se cancela.

—Es muy riesgoso.

—¿Qué es riesgoso?

—Decirle eso a tus padres. Astoria vino hace un rato a hablar conmigo, me informó de algunas cosas y al parecer sus apellidos pertenecen a algo parecido a la realeza... La verdad es que no entiendo mucho pero a la vez sí. El punto es... Que me dijo que si te negabas al compromiso con ella, tus padres podrían incluso quitarte tu herencia. No quiero que discutas con ellos por mi culpa, no quiero que abandones quién eres y a lo que estás destinado a ser por mí.

—Esto es una decisión que yo tomé. Ni tú ni nadie me está obligando... No a esto. Sé que puede traer consecuencias, pero mis ganas de estar contigo son más grandes que las de tener una boba herencia. Solo necesito saber si aún... Si te digo que quiero estar contigo oficialmente, que quiero ser tu novio, ¿Aceptarías?

—Claro que aceptaría —sonrió, para luego hacer que nuestros labios de juntaran.

—Bien. Necesito hablar con Astoria, aún está en la casa, no sé exactamente dónde pero iré a buscarla para explicarle todo. Quédate aquí por favor.

Ella asintió.

*

—Gracias por entender.

—Me alegra que hayan tomado esa decisión. Puedo ver que ambos se quieren y espero que sean felices juntos.

—Gracias de verdad, Astoria.

—Vamos, no te pongas sentimental —sonrió y me dio un leve golpe en el hombro, a lo que yo también sonreí— Te deseo lo mejor, Draco, mereces ser feliz.

—También mereces serlo, espero que pronto lo seas. ¿Puedo abrazarte?

—Por supuesto.

Juntamos nuestros cuerpos para abrazarnos.

—¿Segura que no tendrás problemas con tus padres?

—No te preocupes por eso, no son de mis padres de los que te deberías de preocupar... Hasta luego, Draco.

—Hasta luego, Astoria.

*

—¡Te casarás con Astoria y punto!

—¡YA NO TENGO 5 AÑOS PARA QUE ESTÉN DECIDIENDO POR MÍ! ¡MUCHO MENOS POR LO QUE DECIDO HACER CON MI VIDA!

—¡DEJA DE SER TAN EGOÍSTA! ¿¡ACASO NO TE IMPORTA TU FAMILIA!?

—¡A TI LO QUE TE IMPORTA ES NUESTRA REPUTACIÓN! ¡PUES ADIVINA! ¡ME IMPORTA UN CARAJO ESO!

—¡NO TE CASARÁS CON ESA MUGGLE, DRACO!

—Escúchame. Ya no soy el niño de 11 años ingenuo que entró a Hogwarts, obedeciendo cada orden que le daba su padre. Me haz hecho demasiado daño y sé que te importa una mierda, pero es momento de que a mí me importe una mierda lo que tú quieras y hacer finalmente algo que me agrade. Les guste o no, voy a estar con Evangeline, porque la quiero, porque es la única que ha estado conmigo de verdad, que me ha escuchado, que me ha querido por lo que soy, que me ha apoyado.

—Perderás tu herencia y tu apellido, si estás con esa chica no volverás a saber nada de tus padres, ¿Verdad, Narcissa?

Mi padre y yo quienes estábamos en la biblioteca discutiendo, giramos a ver a mi madre la cual estaba sentada en uno de los sillones, presenciando nuestra pelea.

—Hijo... —se levantó y caminó a mí, colocó sus manos en mis mejillas y dijo— No es lo que quieres, solo es... Solo es un flechazo, se te pasará pronto. No creo que quieras perder todo esto.

—Me da igual si pierdo todo esto —la imité— También me da igual si mis padres no me apoyan o me dejan de hablar, como sea, realmente no notaría su ausencia, ha sido de la misma forma cada año desde mi infancia.

Me aparté de su agarre y salí de la biblioteca con los gritos de fondo de mi padre pidiéndome que regresara.

Al llegar a mi habitación, Vange estaba ahí. Se encontraba recogiendo un poco del desorden que provoqué.

En cuanto notó mi presencia, fue hacia mí.

—¿Todo en orden?

Asentí.

Ella sabía. Sabía que no era verdad, pero también sabía que no era un buen momento para preguntar, por lo que no insistió.

—Vange... Quiero contarte algo.

—Sí, adelante.

Tenía que decírselo. Ahora estábamos juntos y si quería que siguiera de esa forma, tenía que saber quién soy realmente. Quién es mi familia. Por mucho que me costara, también tenía que saber las cosas que había hecho.

Tenía que saber mi historia.

La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora