La Elegida [d.malfoy] - FINALIZADA

Capítulo 21

Draco Malfoy

—No cuenta, haz perdido.

—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

—Porque te faltó decir "uno" al momento de tener una sola carta.

—Ya no quiero jugar.

Me encontraba en mi cuarto jugando algo muggle que Vange quiso mostrarme. Llevábamos varias rondas y siempre que estaba apunto de ganar me venía con la misma excusa.

Ella rio al verme soltar las cartas y dejarlas en la cama.

—Ya aprenderás, te seguiré enseñando —comenzó a juntar el montón de cartas.

Me acerqué a su rostro— Me gusta la maestra que tengo.

Levantó su vista hacia mí, caí en cuenta de lo que dije cuando noté sus mejillas sonrojadas.

—Quiero decir...Hum, que me gusta la forma en la que me enseñas a jugar.

Para mi suerte, antes de que ella pudiera responder algo, tocaron la puerta de mi habitación. Rápidamente me levanté y caminé a ella.

—Hola Draco —dijo mi madre con una sonrisa al abrir la puerta.

Levanté las cejas en forma de saludo.

Asomó su vista por detrás de mí, sonrió y lo más lógico era que se la dedicó a la chica en mi cama —que mal sonó eso— Me gustaría que ambos bajaran un momento.

—¿Para qué?

—Te lo comentaré en el comedor. No tarden, por favor.

Se retiró, volviéndonos a dejar solos.

Al girarme hacia Vange, pude verla colocándose los zapatos.

—¿Vamos? —dijo al incorporarse. Su pregunta pareció más una orden, así que asentí.

Al llegar al comedor, mis padres estaban ahí. Parados. Uno a lado del otro. Mi padre con una de sus manos en su bastón y la otra detrás de él. Mi madre con ambas manos a sus lados. Algo no andaba bien.

—Me alegra que estén aquí —sí, definitivamente algo pasaba, la última vez que mi padre uso ese tono y comentó algo parecido, fue cuando aún estaba el Señor Tenebroso y ocurriría algo malo—.

—Ve al punto. —dije con un tono autoritario, lo cual sé que sorprendió a cada uno de los presentes.

—Sabes que no permito que me hables de esa manera, Draco.

—Lucius... No ahora, por favor.

—Sí Lucius, no ahora por favor —dije con una pequeña sonrisa en mi rostro.

—Draco... —me advirtió mi madre— Nos alegra que estén ambos aquí ya que tenemos una noticia que dar... —sonaba más alegre de lo usual— Mañana tendremos visitas a la hora de la cena.

—¿Qué? ¿Quienes? —pregunté.

Mis padres compartieron una sonrisa para después volver a vernos, en realidad, solo me estaban viendo a mí, era como si la chica a mi izquierda no estuviera.

—¡Los Greengrass! —mi madre levantó los brazos en señal de festejo.

Mi rostro obtuvo una facción de sopresa, pero enseguida se convirtió en una de enfado.

Empujé la silla que estaba frente a mí y salí a pasos rápidos de la habitación.

Evangeline Wright

No entendía que estaba pasando. Vi como Draco salía del comedor y se dirigía a la planta alta.

—¿Él está bien? —le pregunté a sus padres.

—Sí. Lo está. Solo que es una visita importante y se pone nervioso —me dijo el Señor Malfoy.

—Oh, bien. Bueno... Creo que me iré a dormir, buenas noches.

—Buenas noches —me respondieron ambos al unísono. No utilizaron un tono muy amable, exactamente.

Llegué al segundo piso, antes de ir la habitación en la que me quedaba, me decidí en ir a tocar a la de Draco.

—Si no eres Vange, lárgate —dijo al otro lado de la puerta.

—Soy-soy yo.

Escuché sus pasos aproximarse y no tardé en ver cómo la puerta se abría.

—Quería ver si te encontrabas bien.

—Pasa.

Me senté en su cama, viendo cómo él daba vueltas alrededor de la recámara.

Nos quedamos en silencio un tiempo. Supuse que no era un buen momento para decir algo.

—No quiero estar aquí mañana —dijo finalmente rompiendo el silencio.

—¿Es tan importante como dicen tus padres?

—Lo es para ellos, a mí me importa una mierda.

—¿No puedes decirles que no quieres estar en la cena?

Él rio un poco— Se nota que no los conoces. No tengo otra opción, tendré que estar ahí, pero...

—¿Pero?

—¿Podrías estar ahí conmigo, por favor?

Su mirada fue tan profunda. Me hizo darme cuenta de que lo pedía enserio, no tenía idea del por qué, pero no quería estar ahí solo. Decidí que sería mejor no preguntar.

—Claro que sí, Draco.