Capítulo 20

6 2 0
                                    

Dos meses después.

 

El tiempo pasa rápido, pero la verdad, a pesar de ser como soy, trato de tomarme las cosas muy despacio. Sobre todo las más importantes.

La señora Sullivan, más o menos un mes después de nuestro encuentro, de poder tratarme, compartir conmigo y verme con Ryan durante esos días casi todo el tiempo, terminó por aceptarme. Con una gran sonrisa en el rostro me dijo que agradecía que hiciera a su hijo feliz. Si, supongo que todos cedemos cuando se trata de la felicidad de quienes amamos.

Ocho semanas después de dar un paso importante en mi vida, y en nuestra relación, aquí nos encontramos mi chico y yo. En un área del pueblo bastante lejana y que no conocía; un lindo parque con naturaleza divina y sin maltratos. El paso de nuestra relación es algo lento, pero auténtico y maravilloso. En los alrededores del parque se aprecian las lindas mariposas que rodean todo el entorno, hay muchas de ellas. Aún no puedo creer que yo esté rodeada de ellas, pero así estamos. Transitan pocas personas y se ha convertido en nuestro lugar favorito. Pasamos el rato y casi siempre hacemos un picnic.

El césped es tan increíblemente suave, pastoso y extenso que nos encanta recostarnos en él debajo de un gran árbol, al aire libre. Se inspira una fragancia y una libertad tan exquisita, que quisieras permanecer atado a ese lugar por siempre. Ahora mismo me encontraba apoyada en el árbol, con la cabeza de mi príncipe recostada en mis piernas mientras le acaricio el cabello y nos inunda el ambiente natural.

— Para ser tú, eres demasiado fanática de lo dulce —comenta divertido tras mis declaraciones con respecto a los postres.

Me observa con atención.

— Ya déjame —replico soltando una risa.

Sonríe con esmero dejándome observar su precioso brillo. No es una sonrisa perfecta del todo para los estereotipos de la sociedad, pero lo es para mi en lo absoluto.

— Te mencioné que mi postre favorito es el pastel de limón, ¿no? —informa.

Elevo mis cejas con sorpresa y le doy un golpe en la frente, haciendo que se queje mientras frunce el ceño y pasa a frotar sus dedos en ella.

— ¿Hasta ahora me lo dices? —reprocho.

Creo que es un dato muy tardío de su parte. Hace tiempo que le hubiera preparado el mejor pastel del mundo.

— Bueno, no quería hacer muy evidente mi asunto con el limón —confiesa sonriendo con picardía.

Llegando al punto puedo sentir mis mejillas calentarse. Ruedo los ojos y sonrío mientras niego. Hace a penas unas dos semanas me confesó el asunto del apodo que me tiene. Caí en cuenta cuando recordé la conversación en la plaza; es todo un míster limón.

Fijo mi vista al frente, mirando la nada mientras sigo acariciando el cabello de Ryan. Hablar de postres me pone a pensar en mis deseos futuros. Hace tres semanas culminé el segundo nivel de mis estudios. Me sentí tan feliz que inundé mi apartamento con miles de brownies de nueces y vainilla, tuve que repartirlos por doquier para que no se dañasen. Ya solo me falta un nivel para poder conseguir mi certificado, y luego, ponerme en marcha para empezar mi pequeño rincón de ensueños. Ryan había insistido en que me cambiase a la Master Prime y queriendo ayudarme económicamente con eso, pero le dije que estaba bien, estoy feliz con casi terminar donde estoy. Con eso me bastaría para iniciar, luego podría ponerme a estudiar en más altos renglones.

— ¿Sabes?, no veo la hora de poder inundarme con las fragancias de mis propias creaciones —bajo mi vista hasta el rostro del chico.

Conecta su mirada con la mía y curvo mis labios.

Su Realidad Y La MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora