Prólogo

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A mi que nunca me ha gustado ser el centro de atención, y ahora tengo esto.

— ¡Oye, que me pases la libreta te digo! —me empujan por el hombro.

Giro hacia mi izquierda para encontrarme con una Tiffany algo irritada. La observo enarcando una ceja y le extiendo el cuadernillo.

Lo toma de mala gana y regresa su mirada al computador. Ella ha estado comportandose muy estúpidamente últimamente, hasta que yo pierda la calma y la abofetee sin pena. No entiendo muy bien que le pasa, solo puedo deducir que se debe a Ryan. Pero vamos, no puede estar celosa, eso es absurdo. Digo, al parecer todas lo están pero puedo deducir a esas como unas tontas hormonales, a Tiffany la hacía inteligente.

Después de un rato sirviendo órdenes, decidí encararla. La tomo del brazo acercandola a mi algo brusca.

— ¡Oye! —se queja y me observa con hastío.

— ¿Quieres explicarme porqué pareces ridiculamente celosa? —indago algo irritada.

Ella suspira mientras rueda los ojos; yo no suelto su brazo. Me observa fijamente mientras se lo piensa unos segundos.

— No soy estúpida, no estoy celosa —declara.

— ¿Entonces? —inquiero.

Desvía su mirada y cierra sus ojos con fuerza por un momento. Luego vuelve a mi y relame sus labios antes de hablar.

— Solo me molesta ¿bien?, no tiene sentido que un chico como él se fije en chicas como tú —pausa un momento. De acuerdo, no permitiré eso—. En chicas como nosotras —añade en un susurro bajando el rostro.

Oup, por ahí va el asunto. Inmediatamente me trago el insulto multielektrapower que iba a soltarle.

— Eres afortunada —eleva su rostro, el cual se nota algo afligido aunque intente ocultarlo—; pero de todas formas ten cuidado, es algo que no se ve todos los días —advierte.

Se mueve con intención de regresar a su lugar pero sostengo mi agarre haciendo que gire su rostro hacia mi nuevamente. En ese momento la suelto y trato de transmitirle una mirada comprensiva.

— Escucha, un príncipe azul no es necesariamente un niño rico portado de mucha belleza y dones derrite chicas. No tienes porqué sentirte menos porque algún galan del universo se fijó en una chica común y eso pueda llegar a reflejar que las demás siguen siendo una sombra, o que tú lo eres.

Ella parece escucharme con atención mientras sus cejas se elevan.

— Apuesto a que hay algún chico guapo y sexy esperandote ahí afuera —añado coqueta y animadamente.

Ella sonríe a medias.

— Eres una cajita sorpresa Livingston —comenta en un tono bajo mirandome con serenidad.

Río. Es completamente cierto y creo con toda sinceridad en las palabras que le expresé. Quisiera que ninguna chica se sintiera menos por parecer no accesible para esos chicos ricos y galanes. Vengan de donde vengan, recuerden que todo está en su corazón.

— Si, pero ya que me estoy sientiendo extraña —confieso frunciendo el ceño mientras rio entre dientes.

Suelta una pequeña risa y asiente.

Antes de volver a su lugar escucho:

— Gracias.

Nota: prólogo oficial.

Nota: prólogo oficial

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