Mi boca se abre y mi ceño se frunce en una clara expresión incrédula.
— ¡¿Quiere que le muestre lo que es molestia estúpido saco pestilente?! —exclamo irritada.
Es que, no puedo creerlo. ¿Qué no me vio entrar con él?, no, como iba a hacerlo si estaba cegado con esa estúpida emoción de niño observando un pastel. Debo admitir que si, ver al chico Prior con esta chica vestida de camarera puede ser algo confuso y no muy coherente; pero maldición, estuve hablando con él hace un momento… no me jodas.
El hombre se quedó inmóvil al escuchar mi reclamo, rápidamente Ryan habló:
— Am, no señor, todo está bien ella viene conmigo —responde sutilmente a la pregunta anterior mientras asiente.
Veo al sujeto tragar grueso y asentir. Si, que se joda.
Ahora el chico me observa, sellando con esmero sus labios.
— Vamos a pedir, ¿quieres? —cuestiona serio. No encuentro nada, ni enfado ni alegría, solo un tono serio.
Observo fijamente y con mirada neutra al camarero, y antes de percibir la acción tras su mirada giro rápidamente mi vista en dirección al chico.
Asiento como respuesta a su pregunta.
Le hace una seña con los dedos al camarero para que se aleje un poco y luego a mi para que me acerque a ver el menú. Accedo y me estiro un poco hacia delante, posando mi vista en la hoja que se encuentra en manos del chico, quien la sostiene en el aire para que pueda ver.
Deslizo la mirada rápidamente entre las opciones, y no tengo que deducir mucho sobre mi elección, tan solo con ver el nombre mi paladar se alegra y mis ánimos se elevan.
— Helado de Té Verde —decimos ambos al mismo tiempo, elevando nuestras miradas las cuales se encuentran en un instante.
Bien, debo decir que si sigo viendo esos ojos voy a derretirme cual helado sin frío. Al tenerlos desde esta perspectiva, el espectáculo es aún mejor… y eso quiere decir peor.
Nuestros ceños se fruncen mientras nos incorporamos de a poco.
— ¿En serio? —pregunto curiosa.
— Lo mismo te pregunto —dice riendo un poco entre dientes.
Suelto una pequeña sonrisa ladina. Eso es malo…
— Eso es muy raro, pensaba que era la única persona en este continente que le gustaba ese sabor de helado —informo aún con el ceño levemente fruncido.
El chico mantiene su peculiar sonrisa ladina.
— Lo mismo pensaba yo —declara mientras asiente.
Bien, su tono es genuino así que podemos descartar idea de burlas. Ahora… ¿en serio?, ese helado es mi sello personal.
— Bueno, te aviso que es mi favorito y no estoy acostumbrada a compartirlo —informo con firmeza mientras me cruzo de brazos.
Suelta una pequeña risa mientras niega.
— ¿Hasta eso tienes que pelearlo? —cuestiona en modo retórico, yo solo me encojo de hombros—. Te aviso que es mi favorito también —declara con simpleza.
Oh si, claro.
Lo fulmino falsamente con la mirada mientras entorno los ojos. Él se limita a sonreír con ganas esta vez. ¿A caso esa es una forma de dar un mensaje?, porque la verdad es que no sabría como interpretar sus pequeños actos de hermosas sonrisas.
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Su Realidad Y La Mía
RomanceHablemos de posiciones en el mundo. Siempre estamos a cuestas de ellas. Dicen que debemos encajar siempre con nuestra posición social; cualquier sueño con ser, tomar, llegar más allá del destino que nos tocó es derribado por argumentos que, aunque...