XI

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-Que gran bienvenida fue ver a mis dos niñitos juntos como en los viejos tiempos.

Mi madre nos ahogaba en un gran abrazo a ambos cuando bajamos para desayunar, estaba de vuelta y me animaría a decir que hasta se sentía nuevamente su esencia en la casa. Brandon fue al baño, entonces aproveche para hablar con ella de lo que había ocurrido anoche. No de como mi hermano había golpeado mi puerta llorando y pidiendo que lo cuide hasta quedarse dormido, si no de la pelea con mi padre.

-Deberías hablar con papa, ha sido demasiado duro con Brandon y le ha dicho cosas muy injustas. No soy defensora de nadie pero creo que nunca hizo nada como para que desconfiemos de él.- Dije.

-Solo tiene miedo.- Me lo dijo de tal forma como si yo fuera la responsable de todo. Me hirió tanto.

-Claro, tendría que haberlo pensado antes. Teniendo una hermana con problemas probablemente siga su camino, lo siento.- Dije. Su comentario me dolio.

-Hija, no quise sonar asi. Lo siento mucho, tu padre ha sufrido mucho desde- No quería escucharla mas.

-No sigas por favor, ¿Alguna vez te preguntaste todo lo que ha sufrido Brandon, viendo como me alejaban de el?- Dije.

-No quiero tener esta conversación ahora Janel, recién llego.- Apenas musito ella.

-Ya lo sé, tú nunca quieres hablar. -Dije enojada.

Sin hacer el mínimo ruido me di vuelta y salí rápido de la cocina, me encontré con mi padre mientra subía las escaleras pero ni siquiera me inmute ante su presencia. Llegue a mi cuarto y me encerré a llorar, sentía como la angustia no me dejaba respirar y estuve ahí hasta que mi hermano me aviso de que bajara para almorzar. No tenía ganas de hacerlo pero no me saltearía ninguna comida ya que me lo tenían prohibido, no solo mis padres sino el doctor y la nutricionista que veía cada dos meses. Me lave la cara para tratar de disimular un poco mis ojos rojos y baje, tratando de tomarlo todo con calma.

La mesa era la típica de los domingos al mediodía: Solo los cuatro, la panera en el medio, el vino para mi padre y la jarra de jugo para el resto. Bastante deprimente. Sentía como Brandon me miraba con un rostro preocupado a lo que le respondí que todo estaba bien y que esté tranquilo, lo que hizo que él se preocupara más.

-Te ha salido de maravillas la comida, querida.- Dijo mi padre dedicándole una sonrisa a mi madre desde la otra punta de la mesa. Y no mentía, era cierto pero ¿Acaso no iba a pedirle disculpas a Brandon? Él no era de esos que esquivaban las discusiones o dejarlas pasar como si nada. Incluso cuando se equivocaba hacia públicas sus disculpas casi siempre en las comidas.

-Gracias querido, ¿A ti que te parece, Janel?- Mi madre me miraba pero no iba a ser tan descortés de no seguirle la conversación aunque se perfectamente que estaban ignorando a Brandon. El pobre solo de dedicaba a tocar la punta de la carne con el tenedor, estaba totalmente afectado.

-A mí me parece que está muy rica, sin embargo y sin querer ofenderlos, quiero decir algo que nunca dije y tengo el impulso de hacerlo ahora mismo- Mi padre me miraba perplejo- Amo a mi hermano, esa persona que ven ahí allí sentada que cierta persona le ha dicho cosas horribles que no merece en absoluto y espero que no lo crea porque es mi persona favorita en el mundo y no soporto verlo asi, como también espero que esa cierta persona se disculpe.

-Janel, ya basta.- Sentencio mi madre, no lo podía creer.

-¿Hablas en serio? ¿Qué tiene de malo lo que dije?- Dije sin poder sacar la mirada de mi hermano, era lo único que me importaba.

rocket ship [b.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora