VI

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Unos meses ya habían pasado desde que había llegado y la escuela había comenzado, me sentía plena. Volver a mis actividades de siempre que había abandonado con las personas que más quiero era todo lo que había deseado desde hace tres años. Cada vez me sentía más confiada de poder contarle todo lo que había estado viviendo en este tiempo que no estuve con ellos pero sabía que todavía debería esperar, necesitaba que la confianza y el control estén totalmente establecidos en mi para hacerlo.

Todo iba de maravilla, mis calificaciones eran altas a pesar de que este tiempo no estuve asistiendo a la escuela sino que, en cambio, recibía clases particulares y eran un tanto distintas a tener veinte o más individuos alrededor tuyo metidos en sus cosas y sin siquiera prestarle atención al docente. Debo confesar que yo era de esos, pero la vida te hace ver lo tonto que fuiste en tu pasado y por suerte tienes tiempo y una nueva oportunidad para demostrar que has cambiado y que agradeces estar vivo. Aunque sea un poco trillado, y sacado de esas películas que solo las hacen para decirte ''Ves, eres un idiota. Siempre quejándote de tonterías mientras que hay gente que la está pasando realmente duro''. Odio esas películas y sé que muchos compartirán el sentimiento.

En cuanto al grupo, también era genial. Habíamos tenido unas cuantas salidas todos juntos y la pasábamos tan bien, tuve más tiempo para hablar con cada uno y ponerme al día con ellos. Primero hable con Taylor para enterarme de que ahora era un chico con novia y ya llevaban más de un año como tales y me ponía tan contenta escuchar noticias como esas, él es un chico tan especial y seguramente su novia también lo es. Mientras que Jacob había salido con varias chicas pero todas las relaciones había fracasado así que ahora solo se disponía a disfrutar de la soltería por un gran tiempo, lo cual era muy maduro para venir de él. Las chicas le seguían esquivando al tema ''amor'' y en cambio Melissa, Claire y Becca, preferían pasarse el tiempo hablando de sus crushes: Liam Payne, Ryan Gosling y Adam Levine respectivamente. Si, tenían 17 años.

Brad también había formado parte de esas salidas, claro era parte del grupo como cualquier otro amigo. Pero no era mío, es decir, no era mi amigo. Pero había aprendido a disfrutar del sonido de sus carcajadas como respuesta a mis chistes sin gracia o lo largas que son sus pestañas, o incluso las caras graciosas que podía hacer. Era un gran chico, Claire tenía razón y nos habíamos hecho lo bastante cercanos en los últimos días.

Es más, creo que me gusta y odio tener que admitirlo. No sé cómo explicarlo, pero simplemente disfrutaba tenerlo cerca de mí y reírnos de las mismas cosas aunque no eran graciosas para el resto. Pero también siento que estoy yendo demasiado lejos con todo esto, no puede pasar tan rápido. Ni siquiera éramos amigos, como ya lo había mencionado. No estoy lista, pero no sé si quiero estarlo.

No puedo ser tan bipolar.

Y ahora salteare toda esa parte donde cuento mi rutina matutina y lo idiota que soy por otra vez olvidar la bicicleta en la escuela o incluso cuando mi padre me dijo que no estaba vestida como para asistir a estudiar (no sé lo que le pasa a ese hombre) y me hizo volver a cambiarme. Bueno al menos hice el intento de salteármelo.

Porque ahora todo lo que importa es que lo tenía nuevamente solo en el patio esperando a que el resto del grupo se le una, y sentí que debía estar ahí. Con él. Desde hace mucho tiempo no me dejaba llevar por los sentimientos porque siempre decía que eso era para las personas que no tenían cerebro, pero nunca me había sentido tan segura de hacer algo. No sabía por qué y tampoco sabía si era lo correcto, pero ya estaba caminando cuando quise darme cuenta. No me reconocía a mí misma, yo no funcionaba de esta manera.

Pero ¿Qué importaba? Ya estaba a su lado, admirando su perfil sin que él se diera cuenta y sé que estoy sonando un poco loca y obsesiva pero sé que no me arrepentiré de esto, o al menos no por el momento. Y eso era todo lo que necesitaba para avanzar, para mantenerme parada.

En todas estas noches, no hubo ni siquiera una, en la que no haya pensado en esa primera vez que me llamo para preguntarme como me sentía y yo fui una estúpida, para variar y le mentí sobre eso.

Se volteó a mirarme, mierda.

-¡Janel, Dios! Sí que me has asustado- su expresión era como la de una persona que hubiese visto un fantasma.- ¿Qué pasa?

-Te mentí- Dije con la respiración entrecortada, sentí como el calor llegaba a mi cara y mis pupilas se humedecían.

-Sabia que mi cabello era genial.- dijo tratando de jugar, pero yo no estaba para esto. 

No ahora.

-¿Recuerdas esa vez que me llamaste diciendo que en la tarde habías tenido una fea sensación de como si yo estuviera triste?- lo corte fríamente.

-Sí, ¿a qué viene todo esto?- dijo algo confuso, tenía todo el derecho de estarlo porque hasta yo lo estaba.

-Te mentí, si me había sentido mal. Y la razón por la que no te dije la verdad es que realmente estaba asustada.-Dije.

-¿Asustada de qué?- Preguntó.

-De nuestra conexión, cuan conectado podíamos estar.-Respondí sin estar segura si eso era lo que quería decir.

-Creo que es una gran introducción para invitarte a salir.- dijo y miro al piso avergonzado, para luego mirarme con sus mejillas sonrojadas.

-¿Una cita?- Dije. 

Mi sonrisa no podía ocultarse.

-Si, como una cita señorita Janel, ¿Podrías darme el honor?- Dijo y me ofreció su mano.

No quería pero la tomé.

-Pensé que éramos demasiado estúpidos para esto.- concluí.

-Tomare eso como un sí.- Dijo el.

Y así fue como nuevamente caí en lo que era el principio de mi final. No era consciente de eso, otra vez en lo mismo pero no me arrepentiría. No por el momento.

Creo que ya he dicho eso.

rocket ship [b.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora